EVANGELIO 15NOV

“Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”. Mateo 25, 14-30.

INFANTIL Y PRIMARIA:

DIOS NOS HA DADO MUCHOS DONES (¡Todo lo bueno que hay en tu corazón!)

Y QUIERE QUE LOS USEMOS PARA EL AMOR,

QUIERE QUE CONSTRUYAMOS, ASÍ, UN MUNDO MEJOR

¿QUÉ TALENTOS PUEDES COMPARTIR TÚ?

ESO Y BACHILLERATO:

El Señor nos da unos talentos, unos dones para que saquemos el máximo partido de ellos. La actitud del que recibe un talento es doble: agradecimiento y trabajo. Gratitud a Dios por lo que nos brinda. Y, luego, ponerse a trabajar con los talentos recibidos.

No somos los cristianos gente de esconder el talento. Lo ponemos al servicio de los demás. Esto requiere esfuerzo, entrega, constancia, disponibilidad… y, al final, la satisfacción del deber cumplido, de la entrega que se va realizando en el día a día, de la alegría de poner en juego lo que gratuitamente el Señor nos regala.

Así que, ¡adelante!, a aprovechar al máximo esos talentos con los que el Señor ha tenido a bien ponernos en este mundo para que se note que estamos en él.

Dibujo: Patxi Velasco FANO Texto: Fernando Cordero ss.cc.

¿QUÉ TALENTOS PUEDES COMPARTIR TÚ?

Evangelio del domingo, 15 de noviembre.

Mateo 25, 14-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.

El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.

En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos.

Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:

“Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”.

Su señor le dijo:

“Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:

“Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”.

Su señor le dijo:

“Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.

Se acercó también el que había recibido un talento y dijo:

“Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”.

El señor le respondió:

“Eres un siervo negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”».