SEMANA VEDRUNA. (dinámica tutoría)

1. Los mirada saca lo que yo soy al mundo

• Reconocer emociones que se expresan en la mirada. Haciendo una dinámica o a través de fotografías que ya existan, o trayendo fotos de los ojos (suyas o recortadas de revistas) para hacer un “diccionario de emociones”.

2. La mirada me permite ver el mundo y mirar al futuro.

• Posible actividad: “Veo, veo”... escribir lo que vemos al mirar por la ventana (en casa, en el pueblo, de vacaciones…) Compartirlo con la clase

• Individualmente: En una ventana escribir o dibujar aquello que ven de su futuro… qué les gustaría ver, a dónde les gustaría asomarse. Poner a Joaquina en nuestras ventanas (#SomosVedruna y se notará en nuestro futuro)

• Luego lo ponen en común, y a partir de lo que quiere cada uno y juntando sus proyectos, soñamos con un mundo mejor donde poner nuestra mirada Vedruna.

REZAMOS JUNTOS PARA TERMINAR:

Un hombre pregunta...

¿Dónde está Dios? Se ve, o no se ve.

Si te tienen que decir dónde está Dios, Dios se marcha.

De nada vale que te digan que vive en tu garganta.

Que Dios está en las flores y en los granos, en los pájaros y en las llagas,

en lo feo, en lo triste, en el aire, en el agua. Dios está en el mar

y a veces en el templo.

Dios está en el dolor que queda y en el viejo que pasa,

en la madre que pare y en la garrapata, en la mujer pública

y en la torre de la mezquita blanca.

Dios está en la mina y en la plaza.

Es verdad que está en todas partes, pero hay que verle,

sin preguntar que dónde está como si fuera mineral o planta.

Quédate en silencio, mírate a la cara.

El misterio de que veas y sientas, ¿no basta?

Pasa un niño cantando, tú le amas. Ahí está Dios.

Le tienes en la lengua cuando cantas. En la voz cuando blasfemas,

y cuando preguntas que dónde está,

esa curiosidad es Dios, que camina por tu sangre amarga.

En los ojos le tienes cuando ríes, en las venas cuando amas,

ahí está Dios, en ti,

pero tienes que verle tú, de nada sirve que te lo señale,

que te diga que está en la ermita, de nada, has de sentirlo tú,

trepando, arañando, limpiando las paredes de tu casa.

De nada vale que te diga que está en las manos de todo el que trabaja,

que se va de las manos del guerrero, aunque éste comulgue o practique cualquier religión, dogma o rama;

huye de las manos del que reza y no ama,

del que va a misa y no enciende a los pobres velas de esperanza;

suele estar en el suburbio hasta altas horas de la madrugada,

en el hospital, en la casa enrejada.

Dios está en eso tan sin nombre que se sucede cuando algo te encanta,

pero de nada vale que te diga que Dios está en cada ser que pasa.

Si te angustia ese hombre que se compra alpargatas,

si te inquieta la vida del que sube y no baja,

si te olvidas de ti y de aquellos, y te empeñas en nada,

sin que una angustia se te enquiste en la entraña,

si amaneces un día silbando a la mañana y sonríes a todos y a todos das las gracias,

Dios está en ti, debajo mismo de tu corbata.

(Gloria Fuertes)

1. La mirada saca lo que yo soy al mundo

• “¿Que veo en los ojos de los demás?” ¿Qué perciben los demás de mi mirada?” ¿Qué ves cuando me miras?” Detectar miradas de las personas (tristeza, alegría, etc…). Pueden buscarlas en internet o fijarse a lo largo de unos días en su casa, en la calle… miradas llenas, vacías, etc… Observamos nuestras miradas en silencio,... desde hace un tiempo y tras las mascarillas, es lo que más se ve de nosotros... qué intuyes en las miradas de los otros (¿se pueden ver e imaginar los sentimientos? ¿Cómo gestionamos las miradas que percibimos?. Por otro lado también pensamos en situaciones en que nosotros hayamos mirado así… ¿Cómo han recibido los demás nuestra mirada?)

• ¿Qué hay detrás de mi mirada? Les pedimos antes que traigan miradas recortadas o proyectamos miradas en la pantalla de la clase… y se tienen que inventar una historia para esa mirada que ven ahí… ¿Qué emociones y qué historia hay detrás de esa mirada?

2. La mirada me permite ver el mundo y mirar al futuro.

• Mirar más allá

Los ojos permiten que el mundo entre en nosotros… pero podemos ser cortos de miras… o mirar lejos…

“Cuando el sabio señala a la luna, el necio mira al dedo”. (Confucio)

En el día de emprender y fundar… queremos invitar a mirar hacia adelante, poner nuestras miradas VEDRUNAS ante el mundo que nos espera (¿qué aporta mirar como Jesús o como Joaquina? ¿Qué ventanas se abren, y cuales se cierran en ese futuro que soñamos?

REZAMOS JUNTOS PARA TERMINAR:

Un hombre pregunta...

¿Dónde está Dios? Se ve, o no se ve.

Si te tienen que decir dónde está Dios, Dios se marcha.

De nada vale que te digan que vive en tu garganta.

Que Dios está en las flores y en los granos, en los pájaros y en las llagas,

en lo feo, en lo triste, en el aire, en el agua. Dios está en el mar

y a veces en el templo.

Dios está en el dolor que queda y en el viejo que pasa,

en la madre que pare y en la garrapata, en la mujer pública

y en la torre de la mezquita blanca.

Dios está en la mina y en la plaza.

Es verdad que está en todas partes, pero hay que verle,

sin preguntar que dónde está como si fuera mineral o planta.

Quédate en silencio, mírate a la cara.

El misterio de que veas y sientas, ¿no basta?

Pasa un niño cantando, tú le amas. Ahí está Dios.

Le tienes en la lengua cuando cantas. En la voz cuando blasfemas,

y cuando preguntas que dónde está,

esa curiosidad es Dios, que camina por tu sangre amarga.

En los ojos le tienes cuando ríes, en las venas cuando amas,

ahí está Dios, en ti,

pero tienes que verle tú, de nada sirve que te lo señale,

que te diga que está en la ermita, de nada, has de sentirlo tú,

trepando, arañando, limpiando las paredes de tu casa.

De nada vale que te diga que está en las manos de todo el que trabaja,

que se va de las manos del guerrero, aunque éste comulgue o practique cualquier religión, dogma o rama;

huye de las manos del que reza y no ama,

del que va a misa y no enciende a los pobres velas de esperanza;

suele estar en el suburbio hasta altas horas de la madrugada,

en el hospital, en la casa enrejada.

Dios está en eso tan sin nombre que se sucede cuando algo te encanta,

pero de nada vale que te diga que Dios está en cada ser que pasa.

Si te angustia ese hombre que se compra alpargatas,

si te inquieta la vida del que sube y no baja,

si te olvidas de ti y de aquellos, y te empeñas en nada,

sin que una angustia se te enquiste en la entraña,

si amaneces un día silbando a la mañana y sonríes a todos y a todos das las gracias,

Dios está en ti, debajo mismo de tu corbata.

(Gloria Fuertes)