EVANGELIO 22 ENE

PARA INFANTIL Y PRIMARIA:

Mt 4,12-23

“El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló”. Una luz brilló para aquellos pescadores. La luz del amor de Jesús les cambia su misión: ya no serán pescadores sino pescadores de hombres, apóstoles, enviados por el Maestro a anunciar su Buena Nueva. Aquella luz les cambió, les transformó. Se embarcaron en el proyecto de Jesús y su vida se llenó de luminosidad.

También Jesús nos llama hoy a cada uno de nosotros por nuestro nombre. ¿Sentimos su llamada? ¿Hemos descubierto esa luz que disipa la oscuridad en la que a veces habitamos? Llenémonos de esa luz. Esta semana cuidaremos nuestra oración. Podemos utilizar para ello una vela, como símbolo de que la luz del Evangelio se ha encendido en tu vida. Navega en el Evangelio, como nos invita Patxi Velasco Fano en su dibujo.

TEXTO: Fernando Cordero ,sc.

PARA ESO Y BACHILLERATO:

Mt 4,12-23

En medio de la faena, del trabajo, Jesús nos busca. Igual que buscó a Simón Pedro, a Andrés, a Santiago y a Juan. Pero debemos dejarnos encontrar. Estar atentos, guardar momentos de parada, de oración, de celebración en comunidad, para escuchar su llamada.

«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Ellos lo tuvieron claro «Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron». Pescar personas, darles a conocer la buena noticia de que «está cerca el reino de los cielos», hacerles saber y sentir que ellos también están invitados a participar en este proyecto, el proyecto que propone Jesús, hacer realidad el sueño de Dios: una vida digna y plena para todos sus hijos, el reino de los cielos en la tierra. Hoy Jesús también te llama a ti ¿estás dispuest@ a dejarlo todo y seguirle?

“El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló”. Una luz brilló para aquellos pescadores. La luz del amor de Jesús les cambia su misión: ya no serán pescadores sino pescadores de hombres, apóstoles, enviados por el Maestro a anunciar su Buena Nueva. Aquella luz les cambió, les transformó. Se embarcaron en el proyecto de Jesús y su vida se llenó de luminosidad. Se dejaron pescar por el AMOR...

También Jesús nos llama hoy a cada uno de nosotros por nuestro nombre. ¿Nos dejamos pescar? ¿Sentimos su llamada? ¿Hemos descubierto esa luz que disipa la oscuridad en la que a veces habitamos? Llenémonos de esa luz. Esta semana cuidaremos nuestra oración. Podemos utilizar para ello una vela, como símbolo de que la luz del Evangelio ha prendido en tu vida. ¡Déjate pescar por el AMOR infinito! como nos invita @javi_comino en su dibujo.

TEXTO: Editorial verbo divino / Fernando Cordero ,sc.

Evangelio del DOMINGO, 22 DE ENERO.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 12-23

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:

«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,

camino del mar, al otro lado del Jordán,

Galilea de los gentiles.

El pueblo que habitaba en tinieblas

vio una luz grande;

a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,

una luz les brilló».

Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:

«Convertíos,porque está cerca el reino de los cielos».

Paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.

Les dijo:

«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó.

Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.