¿Qué le dirías si te lo encontraras al abrir la puerta de tu casa?
Jesús, quiero abrirte la puerta de mi corazón.
Si te quedas en mi corazón sé que sabré perdonar y querer como TÚ.
Gracias Jesús.
¿Reconoces su voz?
¿Qué puerta es para ti? ¿Por dónde te invita a entrar?
¿Cuántas puertas has dejado sin abrir por temor?
¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro, solamente por sentir miedo de abrir la puerta de nuestros sueños o nuestras metas?
Acabamos de comenzar una fase de desescalada que nos permite salir de nuestro confinamiento y volver a pisar el mundo. Precisamente por eso, estos días nos regalan una nueva oportunidad de empezar a abrir nuestras puertas.
Os proponemos que nuestra salidas no sean solo desde la puerta de un edificio a la calle, sino que seamos capaces de abrirnos también nosotros a los que nos rodean. Ahora es el momento de abrir la puerta a la sociedad. Tenemos que pensar en el bien de todos y no únicamente en nuestra conveniencia. Tenemos que evitar los reproches que, en muchas ocasiones, vienen porque no conocemos la situación del otro. Estemos atentos a las necesidades de los demás, seamos solidarios y tratémonos con más respeto y cariño.
Ojalá comprendamos la necesidad de cuidar todos lo de todos, la importancia de cuidarnos los unos a los otros, porque compartimos un horizonte común hacia el que queremos caminar.