TERCER DOMINGO

DE ADVIENTO

Alegraos siempre en el Señor

PARA INFANTIL Y PRIMARIA:

“¿Qué debemos hacer?”. Lo que hace el Niño que viene: ser pan para el que está pasando hambre y frío...

Domingo de la alegría para estar alegres anunciando la Buena Noticia, que se concreta en palabras de esperanza y en gesto que ayuden a los demás.

“¿Qué debemos hacer?”. Mira a tu alrededor. “¿Qué puedes hacer?”. Mira bien: da de comer, colabora con la CAMPAÑA DE NAVIDAD... con los PORTALES que hoy necesitan tu ayuda: tus monedas, tu azúcar, tu arroz,... La alegría se manifiesta en la generosidad de la mirada y en aquello que compartimos sintiendo profundamente el dolor y sufrimiento de nuestros hermanos.

“¿Qué debemos hacer?”. No quejarnos demasiado y ser felices. Hemos recibido la Buena Noticia: el Niño traerá la justicia. Simplemente haz el bien.

Dibu: @agustindlatorre

Texto: Fernando Cordero ss.cc.

PARA ESO Y BACHILLERATO:

“¿Qué debemos hacer?”. Lo que hace el Niño que viene: ser pan para el que está machacado por el hambre y la desnudez. Ser pan, alimento, calor, puentes que acercan y evitan exclusiones.

Domingo de la alegría para estar alegres anunciando la Buena Noticia, que se concreta en palabras de esperanza y en signos que hablan por sí solos de fraternidad y vida compartida.

“¿Qué debemos hacer?”. Mira a tu alrededor. “¿Qué puedes hacer?”. Mira bien: da de comer, colabora con los que están haciendo campañas en estos días por los demás o promueve iniciativas solidarias, da tu capa (algunas monedas o lo que puedas para esos PORTALES que hoy necesitan tu ayuda)… La alegría se manifiesta en la generosidad de la mirada y en aquello que compartimos sintiendo profundamente el dolor y sufrimiento de nuestros hermanos.

“¿Qué debemos hacer?”. No quejarnos demasiado y ser felices. Hemos recibido la Buena Noticia: el Niño traerá la justicia. Simplemente haz el bien.

Dibu: @javi_comino

Texto: Fernando Cordero ss.cc.

Evangelio del DOMINGO, 12 DE DICIEMBRE.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 3, 10-18

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:

«¿Entonces, qué debemos hacer?».

Él contestaba:

«El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».

Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:

«Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?».

Él les contestó:

«No exijáis más de lo establecido».

Unos soldados igualmente le preguntaban:

«Y nosotros ¿qué debemos hacer?».

Él les contestó:

«No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga».

Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:

«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga».

Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.