EVANGELIO 8NOV

Encended las lámparas... Estad atentos. Mateo 25, 1-13.

INFANTIL Y PRIMARIA:

¡ENCIENDE TU LÁMPARA INTERIOR!

Hoy Jesús nos dice en sus palabras del Evangelio que tenemos que intentar que no se apaguen nuestras lámparas... que no se apague la luz que hay dentro de ti... que estés atento a mantener encendida la luz de tu corazón y, también, atento a luz de los demás...

Si pudieras encender luces como el mago... ¿a quién le regalarías un poquito de tu luz: de tu alegría, de tu sonrisa, de tu ayuda? ¿quién crees que necesita un poquito de tu luz?

ESO Y BACHILLERATO:

En el día de hoy, se nos invita a abrir los ojos y reconocer a Dios en los acontecimientos vividos. Esto requiere el estar vigilantes, tener encendida nuestra lámpara, en el aquí y ahora, en nuestra familia, en el colegio, en nuestro pueblo o ciudad, en nuestro país, a través de los distintos hechos vividos, sean dolorosos o felices…, a través de esto que llamamos VIDA. En ella se manifiesta Dios, y nos pide una respuesta evangélica.

El Reino de Dios “está dentro de nosotros”, no tenemos que buscarlo fuera. No es algo material, es una forma de existencia, una manera de responder ante las distintas circunstancias de la vida.

Estemos vigilantes, pues el Señor está presente de una u otra manera en los distintos acontecimientos de nuestra vida.... ¡ENCIENDE TU LÁMPARA!

D. Juan Manuel López Montero, OP

Hoy Jesús nos dice en sus palabras del Evangelio que tenemos que intentar que no se apaguen nuestras lámparas... que no se apague la luz que hay dentro de ti... que estés atento a mantener encendida la luz de tu corazón y, también, atento a luz de los demás...

Si pudieras encender tu luz interior... ¿a quién le regalarías un poquito de tu luz: de tu alegría, de tu sonrisa, de tu ayuda? ¿quién crees que necesita un poquito de tu luz?

EVANGELIO DEL DOMINGO 8 NOV.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

«Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo.

Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.

Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.

El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

A medianoche se oyó una voz:

“¡Qué llega el esposo, salid a su encuentro!”.

Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.

Y las necias dijeron a las prudentes:

“Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”.

Pero las prudentes contestaron:

“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”.

Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.

Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:

“Señor, señor, ábrenos”.

Pero él respondió:

“En verdad os digo que no os conozco”.

Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».