La Iglesia celebra el 15 de noviembre la IV Jornada Mundial de los Pobres. Una Jornada en la que el papa Francisco invita a toda la Iglesia a ser signo concreto del amor de Cristo por los últimos y los más necesitados.

Una oportunidad para recordar la predilección de Jesús por los pobres. Una invitación a mantener la mirada fija en quienes tienden sus manos clamando ayuda y pidiendo nuestra solidaridad. “Son nuestros hermanos y hermanas, creados y amados por el Padre celestial” recalcaba el Santo Padre en su mensaje para la I Jornada.

Este año la Jornada Mundial por los Pobres se celebra en medio de una pandemia que ha zarandeado el mundo. Ha dejado al descubierto la fragilidad humana y ha puesto en crisis muchas certezas. Ha puesto nuevos rostros a la pobreza. Ha traído -escribe el Papa en su mensaje- dolor y muerte, desaliento y desconcierto. Pero también hemos visto como a nuestro alrededor se tendían muchas manos.

En este espacio web se facilitan algunos materiales para reflexionar y preparar esta Jornada.

INFANTIL Y PRIMARIA:

TIENDE TU MANO AL POBRE

Tender la mano al pobre significa estar pendiente de los demás, saber que no estamos solos, que reconocemos que todos aquellos que sufren son nuestros hermanos, hijos del mismo padre Dios. Es vivir de verdad el mensaje de Jesús... AMAOS.

¿QUIÉRES AYUDAR A LOS DEMÁS?

PUEDES REZAR POR LOS POBRES, COMPARTIR LO QUE TIENES,...

ESO Y BACHILLERATO:

Tender la mano es un signo.

“Tiende la mano al pobre” es, por lo tanto, una invitación a la responsabilidad y un compromiso directo de todos aquellos que se sienten parte del mismo destino y una llamada a llevar las cargas de los más débiles.

“Tiende la mano al pobre” destaca, por contraste, la actitud de quienes tienen las manos en los bolsillos y no se dejan conmover por la pobreza, de la que a menudo son también cómplices.

Manos que desafían al contagio

Resalta el Santo Padre las manos tendidas durante estos meses en los que el mundo entero ha estado como abrumado por un virus que ha traído dolor y muerte, desaliento y desconcierto. La mano tendida de los sanitarios y farmacéuticos; del personal administrativo, de los profesores y maestros, de servicios esenciales y de seguridad; del sacerdote; del voluntario… de los que han desafiado el contagio y el miedo para dar apoyo y consuelo.

Este momento ha puesto en crisis muchas certezas, pero también hemos madurado la exigencia de una nueva fraternidad, capaz de la ayuda recíproca y estima mutua. redescubrimos la importancia de la sencillez y de mantener la mirada fija en lo esencial. Este es un tiempo favorable para «volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo» .

¿QUIÉN SE ATREVE A TENDER LA MANO A LOS POBRES?

Santos de la puerta de al lado

El papa Francisco también advierte que las prisas no nos dejan ver las manos tendidas ni reconocer todo el bien que se realiza en el silencio y con gran generosidad. “Así sucede que, sólo cuando ocurren hechos que alteran el curso de nuestra vida, nuestros ojos se vuelven capaces de vislumbrar la bondad de los santos “de la puerta de al lado”, «de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios» (Exhort. ap. Gaudete et exsultate, 7), pero de los que nadie habla.

Las malas noticias son tan abundantes en las páginas de los periódicos, en los sitios de internet y en las pantallas de televisión, que nos convencen que el mal reina soberano. No es así. Es verdad que está siempre presente la maldad y la violencia, el abuso y la corrupción, pero la vida está entretejida de actos de respeto y generosidad que no sólo compensan el mal, sino que nos empujan a ir más allá y a estar llenos de esperanza”.