A. BERGARA y sus CASERIOS

BERGARA y sus CASERIOS

Por Fco Javier Larrañaga Guridi

DESCRIPCION

La Villa de Bergara situada en el valle del río Deba de Gipuzkoa, ocupa un suelo algo desigual, asentándose en una zona donde confluyen dos vías de comunicación: de N. a S., siguiendo el cauce del Deba, y de E. a O. aprovechando la depresión existente intramontañosa; limitando al norte con Soraluze – Placencia de las Armas, Elgoibar y Eibar, al este con Azkoitia y Antzuola, al oeste con Elgeta y Elorrio de la provincia de Bizkaia, y al sur con Oñati y Arrasate.

Su posición geográfica es de 1 gr 18min. 26 seg. de longitud oriental y 43 gr.7 min.18 seg. de latitud septentrional, distando de la capital guipuzcoana, provincia a la que pertenece, 70 Km. Su extensión es de 77,1 Km2 (Segundo municipio en extensión de la Provincia), y la altitud en el núcleo urbano es de 155 m. sobre el nivel del mar. A lo largo de la historia, como mas adelante se podrá comprobar, Bergara a sufrido varias modificaciones que afectaron a su composición y extensión, en un principio con las incorporaciones de Oxirondo y Uzarraga, posteriormente con la separación de Uzárraga-Antzuola (1629) y por último las incorporaciones relativamente recientes, de Angiozar y Ubera en el año 1927.

Según la descripción de Gorosabel en su Diccionario, Bergara “ocupa un suelo algo desigual y costanero a orillas del río Deva, cerca de la carretera general de Madrid a Francia, y sobre el camino de coches a Bilbao al pie del monte de Elosua. Su posición geográfica es a los 1gr. 18 min. 26 seg. de longitud oriental, 43 gr. 7min. 18 seg. de latitud septentrional, y dista de San Sebastián y Bilbao once leguas, de Tolosa y Vitoria siete, de Madrid setenta. La plaza principal está a la altura de 534 pies sobre el nivel del mar...”

Alrededor del casco urbano y a lo largo de todo el territorio atravesado por el río Deba el terreno va ascendiendo de altitud hasta alcanzar las cimas montañosas entre las que merecen ser destacadas Irukurutzeta (908), Agirreburu (838), Klabelinaitz (687), Irutontorreta (627 m.), Lasartegaña (626), Agirremendia (637), Topinburu (591) y Krabelinaitz (604).

Aunque en líneas generales se puede decir que el suelo de Bergara esta formado por margas y areniscas cretácicas, debemos resaltar el asomo ofítico que se encuentra entre las cuencas de los ríos Urola y Deva, midiendo 14 km de longitud por 5 de anchura máxima, considerado uno de los más grandes de la zona Pirinaica. Así mismo hay otro que recorre el sur del término municipal por Anguiozar hasta el sur de Elgueta, separando el cretáceo inferior del superior. Épocas que claramente definieron el actual suelo y su orografía. Con mucha frecuencia acompaña a la ofita, que antes hemos mencionado, el Yeso, sobre todo cuando aparece entre margas y calizas arcillosas, consecuentemente es normal que en nuestra villa halla zonas donde el yeso abunde, como son muy conocidas las minas en Arane Erreka y las que antiguamente existían en Ipintza.

Volviendo a la ofita, indicar que la descomposición de la misma engendra tierras fértiles, ricas en ácido fosfórico, debido a la presencia, casi constante en la roca, de pequeñas agujas de apatita. Por eso se ven nuestras montañas constituidas por ofita, cultivadas hasta en sus pendientes más abruptas, diviendolas en escalones, para moderar la velocidad de las aguas pluviales, Esto es practicamente lo que puede observarse en toda la margen derecha del río Deva hasta practicamente el cruce de Maltzaga.

Corroborando este hecho, podemos mencionar la disertación que sobre agricultura práctica se leyó en la Junta celebrada por la Sociedad Vascongada de Amigos del País en Vitoria el 14 de Abril de 1766, y que se incluyó en el tomo que bajo el titulo Ensayo publicó la misma Sociedad el año 1768; Este Ensayo indicaba:

<< en las villas de Azcoitia, Bergara, Placencia y Eibar, de la provincia de Guipúzcoa, y en la de Marquina, del Señorío de Vizcaya, se conoce una veta de tierra que atraviesa desde los montes de Elosua y Anagoa, jurisdicción de los dos primeros, hasta la parroquia de Barinaga, que lo es de la ultima, la cual tierra sin otro abono que el sacar a la superficie de ella una piedra en varias partes cenicienta y en otras pardusca, (que a la inclemencia se reduce brevemente a tierra sugra Escorial), cría el trigo mejor que se coge en dichos lugares; y es de notar que así esta piedra como la de Oñate hierven mucho con el agua fuerte>>.

Mucho se ha discutido acerca de la edad de las erupciones ofíticas, y algunos autores indican que la salida de las ofitas no se limitó a un solo periodo determinado de la historia de la tierra, y el estudio de nuestra región induce a creer que la mayor actividad en estas manifestaciones internas, acompañó y siguió de cerca a los movimientos orogénicos que levantaron la cordillera pirenaica.

Como complemento, podemos citar que según Madoz en su Diccionario, en el término municipal de Bergara, se dan: sulfuros de hierro ó piritas, fierro ologisto, galena, deposito bastante considerable de yeso, asbato, horublenda, spato calizo, barita, sronciana y un mineral fosforescente que no se ha estudiado ahún.

Siguiendo con la descripción geográfica indicar que la red fluvial se compone del río principal el Deba, que discurre de sur a norte por el término municipal, y de una serie de arroyos y regatas que van a morir a él, entre los que cabe destacar los arroyos de Anguiozar, Ubera, Galarza , Abrain, Elosua,etc.

El clima es de tipo atlántico y se registran precipitaciones superiores a los 1500 mm, en escasas ocasiones de nieve.

La vegetación del municipio es abundante, pues cuenta con un 73% aproximadamente de terreno forestal y un 17% de prados y pastos; destacando sobre todas las demás especies el pino insignis, aunque afortunadamente todavía quedan, aunque no tanto como uno quisiera, especies autóctonas de frondosas como son hayas, robles y castaños.

Centrándonos en el hábitat, indicar que hasta hace unos pocos años, era el casco urbano y su entorno el que concentraba fundamentalmente a la población tanto en su residencia como en su medio de vida, principalmente la industria y el resto del término municipal era esencialmente rural y agrícola y ganadero. De unos años a esta parte la industria se está reubicando en los distintos barrios del término municipal, aprovechando los terrenos existentes y los medios de locomoción y está empezando a darse, en pequeñas dosis, el retorno de los ciudadanos a la residencia fuera del casco urbano.

COMPOSICIÓN Y CARACTERISTICAS

Cualquier pueblo ó villa ha sido y es, y en nuestro caso, si cabe, en mayor medida, la suma del casco urbano, que indudablemente tiene gran importancia, y los barrios de la periferia que lo enriquecen y engrandecen con el quehacer diario de sus habitantes.

Actualmente el municipio de Bergara está formado además de la propia villa ó casco urbano, por las siguientes entidades de población: Anguiozar, Oxintxu y Ubera, y el resto de caseríos todos ellos agrupados en barrios rurales dispersos por el término municipal como son los de: Agirre-San Martin, Aldai egia-San Kristobal, Arane erreka, Aritzeta-San Miguel, Azkarrunz, Basalgo, Buruñao, Elorregi-San Prudencio, Elosua, Goiauzo, San Anton Abad y San Juan. .

Desde la fundación de Bergara en 1268 la importancia del medio rural, que es el que nos atañe, siempre fue y es importante. Como núcleo de población fue fundado por Alfonso X El Sabio y bautizado con el nombre de Villanueva en el lugar llamado Ariznoa.

En 1344 el rey Alfonso XI otorgó un privilegio por el cual los moradores del medio rural podían acogerse al fuero de la villa; en años posteriores (1348 y 1391) lo hicieron, es decir, se incorporaron como vecinos, gran parte de los caseríos de Oxirondo, que contituían la mayoría de la población rural.

Según indica Maria José Aramburu, en una fogueración de 1575 de la parroquia de Oxirondo, señala un total de 249 fuegos, de ellos 155 son caseríos y cuando en 1657 se creó la “Hermandad de las casas germadas” se incribieron 194 caseríos.

Es interesante, resaltar, aunque mas adelante se podrá leer con mayor detalle, que antiguamente el territorio de Bergara, estaba dividido en tres partes, cuya respectiva extensión y vecindario eran aproximadamente iguales (Vergara, Oxirondo y Uzárraga) (Anguiozar y Ubera pertenecían a Elgueta) razón por la cual el Concejo de Bergara acostumbraba repartir entre ellas las derramas y demás cargas comunes por tercias partes, así como los oficios de repúblicas, honores, rentas y emolumentos.

También es de reseñar, que desde antiguo se conoce el peso específico de los distintos barrios rurales que conforman la Villa; tanto es así que hasta el año 1847, según las actas del Ayuntamiento, en la toma de posesión de la nueva Corporación se seguía el siguiente procedimiento: Preside la sesión el Alcalde saliente, con asistencia de los miembros de la Corporación saliente y entrante. Con arreglo a la práctica antiquísima que se observa en esta Villa, el Señor Alcalde saliente acompañado de todos los señores concurrentes, se dirige a la Iglesia de San Pedro, y después de haber oído Misa en la Capilla del Santo Cristo de la Agonía, recibe juramento al Sr. Alcalde electo y acto continuo habiendo vuelto a la Sala Consistorial, el nuevo Alcalde lo verifica igualmente de todos los Concejales en la forma establecida, declarando enseguida haberse instalado el nuevo Ayuntamiento. Seguidamente, con arreglo a las Ordenanzas de esta Villa y uso y costumbre, los Parroquianos de las Iglesias de San Pedro, Santa Marina de Oxirondo y San Andrés de Elosua, distribuidos en tandas de a doce individuos por cada Parroquia, efectúan la elección de dos Diputados del Común y del Síndico Personero.

A partir de 1847, el Ayuntamiento empieza a nombrar a los Alcaldes pedáneos en los barrios rurales, delegando en los mismos las responsabilidades de control de las actividades y acuerdos adoptados a nivel corporativo y que tienen incidencia en cada uno de los mismos, al mismo tiempo en que actúan como enlaces de las necesidades e inquietudes que se observan por parte de cada uno.

Y a modo de curiosidad, según recoge Iñaki Linazasoro en su obra Caseríos de Guipúzcoa en el año 1974 la composición de los caseríos de Bergara era la siguiente:

Familias campesinas ………………………………. 353

Familias que ocupan fincas propias ……………….. 279

Familias que ocupan fincas arrendadas ………...….. 74

Caseríos en explotación: Unifamiliares ……………. 242

Plurifamiliares …………..…. 61

Caseríos deshabitados y en ruinas …………………… 65

Caseríos transformados para otros menesteres ………. 15

Caseríos que ostentan escudo de armas ……………….15

Antes de seguir profundizando en la composición de Bergara y la descripción de sus casas y caseríos que nos llevan a los apellidos, pensamos que previamente, debemos aclarar unos conceptos mucho mas amplios de lo que ha sido ó considerado, desde su origen, y es considerado, en muchos casos, actualmente el caserío.

Como muy bien lo clasifica y define Pedro Berriochoa en su obra “El sector agrario guipuzcoano …” el caserío en su amplio concepto es algo mas que un mero edificio. En pocas palabras, puede definirse como “una unidad de explotación, económica, juridica y familiar” o de otra manera “una continuidad fisica entre paisaje, naturaleza, hogar y habitantes” en difinitiva podiamos calificarlo como una forma de vida, una manera de concebir la misma, definitivamente una manera de “ser”.

Ese “ser”, su nombre, denominación, tiene su origen en la toponimia del lugar, el hábitat en el se encuentra, la relación botánica, zoológica o geológica o otras posibles relaciones bien personales, temporales o circunstanciales. Los habitantes del mismo tomaron y siguen, todavía hoy, tomando esta denominación para diferenciarse unos de otros; así nacieron nuestros apellidos y aunque no son muchos, todavía podemos encontrar familias que después de varios cientos de años se mantienen unidas al caserío original, de tal manera que, su apellido sigue siendo el mismo que el nombre del propio caserío y así tenemos en Bergara los Garitano, Yrazabal, Arando, etc, por poner solamente algún ejemplo. Lo cierto es que con las variaciones de residentes que se han dado a través de los años, hay pocos, como se ha indicado, que mantienen el apellido relacionado con el nombre del caserío, pero también es cierto que todavía hoy en día, se conoce mas a los habitantes de un determinado caserío, por el nombre del mismo que por su propio apellido, sea propietario o simplemente inquilino y/o rentero del mismo. Por lo indicado, puede uno darse cuenta de la importancia y significación socio cultural que ha tenido y tiene aún el caserío, en su amplio concepto, en nuestra sociedad.

El caserío fisicamente, en su mas amplia acepción, se componía de la propia vivienda, otras construcciones anejas, los terrenos, animales, los aperos y en muchos casos la sepultura familiar en la iglesia correspondiente.

En definitiva, el caserío pasa a tener un doble significado: el del lugar con su edificio propiamente dicho y el de las personas que lo habitan a los que les da un rango de identidad social.

Entrando en este aspecto social, inicialmente según los primeros escritos disponible y consultados, podemos decir que los habitantes caseros del entorno vivían en unas condiciones pésimas que sin ningún rubor se puede decir de medio esclavitud y pobreza a excepción como es normal de unos pocos propietarios y “jauntxos”.

Su casa ó vivienda era también muy acorde con la forma de vida, practicamente era una chabola, en la que convivian con el ganado en el mismo habitáculo, solo disponian de un local que era cocina, dormitorio y lo que hiciera falta, y es a partir del siglo XVI, aunque en su mayor parte se realizasen a partir del siglo XVIII, cuando se empiezan a hacer obras y comenzamos a tener datos sobre las mismas, estableciendo cuadras, paredes para la sala, cocina, muros cortafuegos etc.

La primera y gran transformación socio-económica se da en el siglo XVI, basicamente a través de las riquezas del comercio y principalmente como consecuencia de la colonización de las indias occidentales; por esta época decir que se establecen muchos vascos en general y bergareses en particular, en Sevilla, Cadiz, etc centro del mercado con el “nuevo mundo”, así mismo, como consecuencia de este mercado, se da la creación de muchos puestos de forja en la villa especializándose en la fabricación de tijeras, cuchillos, puñales, picas, etc, participando en todo este entramado activamente los caseros del entorno, bien como suministradores de materia prima, carbón, etc como dedicándose a la propia forja, así mismo en lo que se considera mercado, con la aportación de cereales, ganado, etc. También los jóvenes, en muchos casos segundones, que emigran a las Indias y algunos mandan o vuelven cargados de ciertas riquezas que contribuyen a la mejora del entorno y principalmente de la familia. En resumen con este enriquecimiento se dan los primeros arreglos de los caseríos, compra y arrendamientos de otros caseríos y compra tanto de terrenos como de otras propiedades.

Podíamos analizar aspectos organizativos importantes y su evolución como la Propiedad, Arrendamiento, Montes comunales, Seles, Cultivos, Ganado, etc, pero nos vamos a centrar y de manera somera en aspectos humanos y físicos que nos conducen y centran el estudio de los apellidos de Bergara.

En primer lugar y como aspecto básico, debemos resaltar que la unidad familiar estaba compuesta por la propia familia, los agregados por razones de matrimonio, en muchos casos los adoptados o prohijos y los criados que vivían con ellos.

En el grupo humano prevalecía en general el matrimonio joven que se convertían en propietarios ó en cabezas de familia, en la mayoría de los casos, desde el momento de su matrimonio, como consecuencia de las Capitulaciones ó Contrato Matrimonial correspondiente, en el que se especificaba las condiciones de residencia y participación de los padres en la vida y explotación del caserío. También era normal la convivencia con los hermanos solteros que colaboraban en las labores del caserío, a cambio de su manutención.

Respecto al aspecto físico de la vivienda, decir que el tipo característico del edificio de caserío es bajo, robusto, de planta cuadrada o rectangular, concentrada, sin patio; las diversas habitaciones tienen, por lo tanto, sus luces al exterior y generalmente mirando al Mediodía y Oriente. En la mayoría de los casos, las cubiertas a dos aguas, con el frontón a la fachada principal y terminan en amplios aleros. En algunos casos, para defenderse de las borrascas del noroeste, construyen un tercer faldón y casi siempre, éstos edificios están adaptados a la inclinación del terreno.

Los primitivos caseríos debieron ser de una sola vivienda; pero a partir del siglo XVI, época donde puede decirse que se inicia la historia del actual caserío, se construyen y modifican algunas de las existentes indistintamente para una y dos familias.

Como indica J. de Yrizar, en los ejemplares mas antiguos, la cocina se encuentra en la planta baja, generalmente en la fachada y junto al portalón, variando su situación de la esquina al centro, según se halle el portalón en medio o no. Primitivamente los dormitorios estaban también en la planta baja, subiéndolos al piso principal posteriormente, desde hace unos doscientos años aproximadamente.

Los establos siempre están situados al fondo del edificio, contra el muro que azota el temporal y ocupan la mayor parte del solar. Los pesebres, de madera en principio, con puertas corredizas, comunican en algunos ejemplares con la matriarcal cocina; comiendo y conviviendo asi los animales en el mismo habitáculo que sus dueños.

La sala encima del portalón, cuando éste es central, y un par de dormitorios completan la vivienda en la planta superior, perfectamente separada de la parte agrícola. Los depositos de paja y heno se encuentran sobre el establo; y en el centro del edificio, para aprovechar la altura del caballete, construyen un segundo desvan que avanza hasta la fachada principal, por encima de la sala, acusandose por un hueco triangular que por la buena orientación del caserío puede permanecer abierto y sirve de solana.

En los caseríos de dos viviendas el portalón, si existe, es central y común generalmente ó dividido; sirve, en ambos, de ingreso a un vestíbulo mas o menos amplio que contiene la escalera y es paso a los establos, cocina y dormitorios. Los establos, como siempre, en la parte trasera, y junto a ellos el departamento del carro y de los utensilios de labranza. En el piso superior la sala y los dormitorios en fachada, y los desvanes detrás.

En cuanto a su extructura, decir que inicalmente los caseríos eran practicamente en su totalidad de madera, para luego realizar las paredes de mampostería hasta el primer suelo, donde apoya una estructura entramada de madera que en algunos ejemplares estaba cerrada con tablas y no servía de habitación humana, sino de depósito de heno y paja, como anteriormente se ha mencionado.

Como una variedad de la generalidad de los caseríos, tenemos las denominadas Casas Torre que pertenecían a las familias mas pudientes e importantes, bien por razones de antigüedad ó económicas, aunque en un principio ambas estaban muy relacionadas.

Las torres se pueden considerar como fortalezas por sus características constructivas de piedra, el espesor de sus muros, la ausencia practicamente de puertas, ventanas y balcones.

Estas torres tenían como características defensivas en las partes altas, almenados, cadalsos y ladroneras y aunque en Bergara no queda ninguna en pie con estas caracteristicas, si pueden observarse algunos vestigios de las mismas y que en los distintos documentos consultados se han denominado casi siempre Torre; nos podemos referir a la Torre de Gaviria, Arregi Torre en Partegoitia de Angiozar, Lamariano Dorrea en Goiauzo ó Gallastegui Torre en Basalgo, por citar unos ejemplos; además también se da algún caso en el casco urbano, pero eso está muy bien estudiado por Jesús Angel Gil Massa en su trabajo Urbanismo y Arquitectura civil en Bergara, siglos XIII-XVIII.

En general son de planta cuadrada o rectangular, de gruesos muros de mampostería con esquinales de sillería. Los huecos estrechos escasos y altos.Otra característica en algunos casos es la existencia de cubos en los cuatro angulos, algunos con el arranque en forma de cono, aunque las muestras existentes en Bergara no son mas que de adorno. La escalera exterior es uno de los rasgos mas tipicos de las torres vascas, pero en Bergara no queda ningún caso donde se pueda observar esta característica, si podemos decir que quedan algún rastro y en diversa documentación se hace alguna mención al respecto.

HISTORIA DEL CASERIO DE BERGARA.

A lo largo de la historia de la villa, la propiedad de la tierra y del caserío ha ido variando según las circunstancias y la situación por la que atravesaban sus habitantes; en un principio, al igual que en el entorno comarcal y provincial, es muy probable que no existiera la propiedad como hoy se entiende y todo, casas y tierras, incluyendo a los habitantes fueran “propiedad” del rey correspondiente y de su delegado en la zona.

Aunque hay pequeñas noticias anteriores sobre el lugar, las primeras noticias escritas de Bergara como nucleo de población , como anteriormente se ha indicado, vienen de 1268 cuando el rey castellano Alfonso X El Sabio la funda y bautiza con el nombre de Villanueva en el lugar llamado Ariznoa.

Cara al caserío de Bergara hay un antes y un después de la fundación de la villa y prácticamente es en 1273, cuando se redacta por orden del Rey Alfonso X el documento que condiciona el devenir de los habitantes de la zona; en esta carta se indica: “Para que la mi villa nueva de Vergara se pueble mejor otorgo y mando que todos los fijosdalgo que sena poblados e los que quisieren venir que sean quitos de todo pecho”, con esta premisa de libre de impuestos y la cierta seguridad que daba la existencia de la villa va variando la situación de los baserritarras.

En este momento los campesinos eran subditos del rey, pero sus tierras también eran propiedad del Rey y es en 1305 cuando el rey Fernando IV, realiza un cambio de propiedades con Beltran Ibañez de Guevara, entregandole los caseríos de Anzuola, Oxirondo y las iglesias de Uzarraga y Santa Marina (entre otras) a cambio de unas propiedades que el Guevara tenía en Alava. De esta manera el mas poderoso del entorno que era el Señor de Oñate pasa a ser propietario de una gran parte de la actual Bergara y gozar del patronazgo de las iglesia de Santa Marina de Oxirondo, de la de Uzarraga y de la de San Miguel Arcangel de Angiozar, por lo cual percibía los diezmos y primicias y se reservaba el derecho de nombrar sacerdotes y beneficiados en la misma y tener tanto poder como el lector quiera imaginar.

No está muy claro, pero por lo que sabemos, en esta época, el campesinado se dividia de algunan manera, en propietarios, hijosdalgos libres de pago de cualquier impuesto y los campesinos no propietarios que eran practicamente de “segunda categoría” sometidos a explotación, vejaciones y control de sus personas.

Las luchas y peleas entre los “jauntxos” de la zona, hacen que la vida de los campesinos sea practicamente inhumana y así los de Elgeta peleaban con los de Bergara y las propias familias importantes de Bergara peleaban entre si y para mantener sus necesidades; las exigencias señoriales sobre el campesinado llega a ser insostenible por momentos.

Como muy bien resume Maria Jose Aramburu, la población dispersa por los caseríos tendió a organizarse obedeciendo como cualquier colectivo humano a una imperiosa necesidad de relación y socialización: había que realizar tratos, desde concertar matrimonios a comprar y vender ganado, presentar en sociedad a cada uno de los miembros de esa comunidad o ayudarse en casos de desgracia y divertirse y alegrarse por las novedades, nacimientos, buenas cosechas, etc. En general se trata de campesinos libres, de pequeños propietarios (al menos hasta la segunda mitad del siglo XVIII) que se situan en un plano de igualdad, por lo que no hay caseríos que tengan preeminencia juridica ni social sobre otros, por lo que es necesario un lugar común en el que poder materializar esas relaciones; por esto y por el sentimiento religioso que es otro vinculo importantisimo de unión, se constituyen las barriadas siempre en torno a una ermita. Estas ermitas son el centro de la vida social del barrio y se convierten en el elemento imprescindible en la articulacion de esa sociedad dispersa por las montañas del entorno.

La constatación de la existencia de los caseríos es a mediados del siglo XIV (20-5-1344) cuando se promulga de manera oficial una carta de privilegio por el rey Alfonso XI en la que “se invita a los labradores a ser vecinos de la villa de Villanueba de Vergara al tiempo que sean amparados por el fuero y libertas de dicha villa” y sirve como comienzo a la emancipación de los campesinos dependientes de la zona, no obstante la situación de los mismos seguía siendo prácticamente la misma y solicitan el amparo del fuero de Bergara.

Por fin, los primeros que se integraron en la villa,y con ello las primeras noticias escritas que tenemos de los habitantes de nuestro entorno, fueron un grupo importante de caseros y caseríos de Oxirondo el 27 de Mayo de 1348 del que consta la siguiente relación, y de los que, teniendo en cuenta los apellidos toponímos ó locativos, nos hemos atrevido a poner al finalizar la Relación, el nombre del caserío del que probablemente eran originarios y que por tanto son los caseríos de los que se tiene primera noticia de su existencia.

RELACIÓN DE FAMILIAS QUE SE INCORPORAN A LA VILLA Y SON ADMITIDOS POR EL CONCEJO COMO VECINOS EN 1348: (colección de DOCUMENTOS MEDIEVALES DE LAS VILLAS GUIPUZCOANAS (1370-1397) PAG.451

Primeramante indicamos que el Alcalde era Juan garcía de Galardi y como jurados figuran Juan diaz de Larrarte y Martin ybañes de Galarça.

Garcia Sanchez de Gallaiztegui e dona Maria Ybanez su madre.

Yénego de Gallayztegui e doña Ochanda de Yribe su mujer.

Lope Ybanez de Eguiguren fijo de Juan Ortiz de Eguiguren.

Juan de Vasoa, hijo de Martin Garcia de Vasalgaray.

Martin Ybañez de Eguiguren hijo de Juan Ortiz de Eguiguren.

Juan Perez de Monesteriobide.

Pero Ybañez de Arizmendi e doña Maria su mujer.

Doña Teresa de Munabe, e Juan Martines su marido.

Pero Martinez de Olariaga e doña Elvira su mujer.

Juan Ortiz de Arechavaleta, fijo de Furtun Ybañez de Arechavaleta.

Garcia Sanchez de Amatiano fijo de Sancho Lopez de Amatyano e doña Sancha su madre.

Pero Ybañez de Barrutia.

Juan Martines de Munabe hijo de Martin de Aguiçaval.

Garçia Ybanez de Albexua, fijo de Juan Martines de Alberxua.

Juan Ortiz de Olariaga hijo de Fortún Ybañez de Yraçaval.

Martin Martinez de Yrurio e doña Maria Perez su muger.

Juan Martinez de Uriarte de Lamariano.

Juan perez de Yraçaval.

Lope Ybanez de Narbaxa.

Garcia Martinez de Egurbide e Doña Sancha su muger.

Pero Miguel de Alberxua fijo de Juan Miguel de Alberxua.

Juan Martinez de Ybarra, fijo de Juan Martinez de Ybarra.

Doña Maria de Unçeta.

Yénego Garcia de Barrenechea, fijo de Pero Garcia de Barrenechea.

Juan perez de Orueta.

Juan Blanco, fijo de Per Yéneguez de Lamariano.

Martin de Sagastibarria e doña Maria su mujer.

Per Ybañez de Azcargorta.

Juan Perez Masusta.

Juan Urtiz de Palaçio.

Martin de Olariaga e doña Elvira su muger.

Garcia Lopez de Larrinaga e doña Toda su muger.

Pero Garcia de Lamariano, fijo de Garcia Martinez de Lamariano.

Pero Garcia de Baçestigui.

Juan Garçia de Vasalgo, fijo de Lope Garçia de Berasiarto.

Martin Fernandez de Urruxain e doña Sancha su muger.

Per Ybañez de Rrotalde e doña Sancha su muger.

Martin Ybañez de Buruñano e doña Toda su muger.

Juan Garçia de Çabalotegui, fijo de Garçia Ybañez de Çabalotegui.

Sancho Perez de Yraçaval.

Pero Garçia de Yraçaval.

Juan Ybañez de Aguirre, fijo de Juan Martinez de Aguirre.

Juan Perez de Çapide, fijo de Per Ybañez de Çapide.

Furti Ybañez de Aumategui.

Garçia Ybañez de Çabalotegui fijo de Juan Ybañez de Rrecalde.

Martin Ybañez de Eguino e Juan Martinez su fijo.

Furti Ybañez de Aguirre, fijo de Juan Ybañez de Azcoegui.

Fotun de Leysasarri.

Juan Garçia de Guenechea, fijo de Garçia Garçes de Ascarate.

Juan Martinez de Galardi, dicho Morga.

Martin Martinez de Garitano, dicho sobrenombre Mostrol.

Martin de Garitano e doña Maria su muger.

Pero Martinez de Bereçeybar e doña Sancha su muger.

Pero Martinez de (blanco) e doña Maria Ybañez su muger.

Juan de Garitano, fijo de Martin de Arregui.

Garcia de Ascarrunz fijo de Fortun de Ascarrunz.

Martin Yvañez d´Amilaga e doña Maria Ybañez su muger.

“e cada uno dellos sobre si entraron vezinos del dicho lugar de Villanueva de Vergara por si y por sus solares e caserías que han e por sus herederos (blanco) obieren de aver e de heredar.”

A continuación se indica el compromiso de participación como vecinos en la Villanueva y dan por fiadores a Martin Sanchez de Micolalde e a Miguel Sanchez, su hermano, e a Martin Ybañez de Galarça e a Martin Perez de Castiello e a Garçia Lopez de Beraxiarto e a Garcia Ybañez de Vrrizcarate e a Juan Sanchez de (blanco) e a Martin Garçia de Castiello.

“Otrosi binieron en el dicho logar e conçejo Juan Ybañez de Olabarria e doña Elvira, su muger, e doña Maria Ortiz de Liçarralde, biuda, e entraron vezinos de la dicha Villanueba con las casas e caserias e solares e bienes…”

De toda la relación se puede entresacar con bastante probabilidad los caseríos a los que pertenecen por estar además bastante relacionados por barrios y proximidad geográfica. Debido al sistema o a la forma o manera con que se denominaba en esta época, a las personas con el subfijo “de”, relacionándolo con el lugar ó casa de procedencia, vamos a indicar los caseríos que sacamos de este listado y por tanto consideramos junto con algunos otros, que no sabemos porque no se incorporaron a la villa en esta época, pero que pueden ser tanto ó mas antiguos que los que se indican a continuación:

GALLASTEGUI, EGUREN, MONASTERIOBIDE, ARIZMENDI, MUNABE, OLARIAGA, ARIZABALETA, AMATIANO, BARRUTIA, EGIZABAL, ALBIZUA, IRAZABAL, IDURIO, LAMARIANO, NARBAIZA, EGURBIDE, UNZETA, AZKAGORTA, JAUREGUI, LARRAÑAGA, LAMARIANO, BELASTEGUI, VASALGO, BERASIARTU, URRUPAIN, ROTALDE, MURINONDO, ZABALOTEGUI, RECALDE, AGUIRRE, ZUPIDE, AUMATEGUI, ZABALOTEGUI, EGUINO, AZKOI, LESARRI, GOENETXE, GARITANO (Varios), BERECIBAR, AZCARRUNTZ, AMILLAGA, MECOLALDE, GALARZA, GAZTELU, BERASIARTU, OLABARRIA, LIZARRALDE.

Unos años después el 20 de Enero de 1391, les siguieron otras 91 familias, de las que 63 eran del barrio de Uzarraga practicamente en pleno y el resto, pequeños propietarios de Basalgo, Muiñondo y Aldai – San Cristobal, que habían quedado anteriormente fuera.

RELACIÓN DE FAMILIAS QUE SE INCORPORAN A LA VILLA Y SON ADMITIDOS POR EL CONCEJO COMO VECINOS EN 1391:

Como se ha indicado anteriormente se indica la relación de personas que se incorporan con su caserío correspondiente y el barrio al que pertenecen. De este listado, hemos considerado entresacar 17 caseríos que actualmente, pertenecen a Bergara, siguen manteniendo el mismo nombre que entonces y probablemente ocupan el mismo emplazamiento:

- Iohan Sanchez de Necolalde de MEKOLALDE AZPIKOA en Muiñondo

- Pero Yvanez de Çabala de ZABALE en Muiñondo

- Martin Sanchez de Necolalde de AGARRE MEKOLALDE en Muiñondo

- Martin Martinez de Necolalde de MEKOLALDE TORRE en Muiñondo

- Lope Lopez de Verasiarta de BITXURTU en Kaparra Osintxu

- Iohan Garcia de Palço de Burunado de JAUREGUI en Muiñondo

- Furtunno Garcia de Çearreta de ZIARRETA en Muinondo

- Lope Sanchez de Gallayztegui de GALLASTEGUI TORRE en Basalgo

- Pero Martinez de Amechaztegui de AMUCHASTEGUI en Basalgo

- Iohan Martinez de Guebelondo de GUIBELONDO en Basalgo

- Iohan Martinez de Lemoyda de LONBIDE en Basalgo

- Lope Yeneguez de Yribe de IRIBE en Basalgo

- Fortuno Ortiz de Achotegui de ACHOTEGUI en San Juan

- Iohan Martinez de Aldaeta de ALDAETA en Azkarruntz

- Forunno Perez de Castiello de GAZTELU BEKOA en Azkarruntz

- Pero de Castiello de GAZTELU GOIKOA en Aldai

- Iohan Garcia de Garytacao de GARITANO en Aldai

Con este movimiento, tanto unos como otros, consiguen tener el amparo de la villa ante los asaltos continuos que sufrían sin defensa alguna, pero hay que resaltar que prácticamente seguían en la misma situación anterior ya que no podían acceder a ningún cargo de la villa y seguían pagando sus rentas a los dueños de la tierra, siendo feligreses de su iglesia correspondiente pagando los derechos correspondientes a entierros, diezmos y primicias.

Con todo, hasta cien años después, y tras varios pleitos con los regidores de la villa, es en 1497 cuando llegaron a obtener ciertos derechos de participación en los cargos públicos y en el que los vecinos del casco urbano se avinieron a dar participación a los campesinos en el gobierno de la villa y se elaboraron unas nuevas ordenanzas equiparando los derechos y obligaciones de los habitantes del casco urbano y de los barrios rurales.

Volviendo de nuevo a la relación de familias que se incorporan a la villa en estos dos momentos, un análisis de dichas familias, nos da una idea clara de la composición del mundo rural, tanto demográfica como geográficamente. De los dos documentos, en el primero, que corresponde a la primera incorporación de vecinos rurales, extractamos los nombres conocidos que están totalmente ligados a sus casas y caserías, mientras que en la segunda incorporación se da claramente un ingreso organizado sobre todo de los caseríos de Antzuola y de los barrios de Basalgo, Muiñondo y Aldai como anteriormente hemos indicado, siendo los restos de la primera incorporación; en la primera entran la mayoría de los habitantes de lo que actualmente es el término municipal, sin contar Angiozar y Ubera que pertenecían a Elgeta. Además, desconociendo la causa, y como curiosidad, resaltar que no aparecen prácticamente ningún habitante de Elosua y de Elorregui y contados de Osintzu que son los barrios mas apartados, del centro de la villa.

De todas formas, éste análisis con cierto detalle de los listados, nos conduce a pensar en primer lugar que los caseros identificados pertenecen al grupo de personas propietarios de su solar, que forman conjuntos homogéneos, probablemente reunidos en torno a una ermita del barrio, formando así mismo su propia cofradía.

Respecto a los nombres y apellidos, recordar como las personas adaptan su apellido a la denominación de la casa a la que pertenecen y viven, y el nombre de la casa y caserío se mantiene después de 700 años, con algunas modificaciones habituales por razones gramaticales y costumbristas.

Posteriormente y según se recoge en el estudio CASA, FAMILIA y TRABAJO EN LA HISTORIA DE BERGARA, no hay muchas noticias de los caseros y caseríos hasta el siglo XVI, a excepción de noticias sueltas, en la Edad Media.

Así tenemos, como un tal Pedro ortiz de Jauregui y otro Pedro Sanchez de Mecolalde, el uno como jurado de la villa y el otro como árbitro en un acuerdo sobre la venta de unos montes comunales, a principios del siglo XV.

También tenemos información sobre los habitantes de nuestros caseríos cuando aparecen los arrendamientos de ciertas heredades, como ejemplo se citan a partir del efectuado el 2-7-1400 donde se indica que los arrendatarios eran: Pedro Martínez de Ugarte, morador de Ugarte (con dos heredades de manzanales), Pedro Martínez de Osinlucea morador de Aguirre (con las heredades de Celayeta), D. Fortuño cura del monasterio ( con la heredad de Zaldunmendi), Elvira López hija de Pedro Sánchez de Usárraga y María Ibáñez de Castillo viuda de Pedro Martínez de Castillo ( de una pieza manzanal en Zcurtegui), María Ortiz hija de Fortun Ibañez (manzanal, tierra y heredad de Cataibia), Juan García (heredad, tierra y manzanal de Lamiategui), Juan García hijo de García Ibañez de Marquina, y a Juan de Bereceibar (manzanales de Ohostola), Pedro de Basarte hijo de García (heredades de Lexariaga llamadas Zubiurruti), con las codiciones acostumbradas.

Igualmente, podemos mencionar cómo en 1434, la propia villa de Bergara, acosada por las deudas, sacaba a la venta una buena porción de sus montes comunales, Lacarregui y Basterrina, poniéndolos en manos de los fijosdalgo rurales deseosos de aumentar su patrimonio. Por cierto que en la autorización de dicha venta, llevada a cabo el 23 de Abril de este año, figuran en primer lugar como fieles regidores: Martin Garcia de Ozaeta, Martin Martinez de Alvisua, Juan Sanchez de Gorriz, Joan de Arispe, Lope de Ugarte y como testigos Joan Garcia de Eguino, Joan Martinez de Zabalotegui, Pedro Ibañez de Ugarte, Pedro Martinez de Urrutia, Joan Lopez de Ozaeta el mozo, Martin de Vidaurre, Martin Martinez de Galarza y Martin de Lasarri, probablemente propietarios de los caseríos de sus apellidos:

OZAETA, ALBIZUA, GORRIZ (Antzuola), ARIZPE, UGARTE, EGUINO, ZABALOTEGUI, VIDAURRE (Antzuola), GALARTZA ZAHARRA y LESARRI.

Coincidiendo con estas ventas de terrenos y su posterior poblamiento y explotación, es muy probable que fueran naciendo nuevos caseríos y así tenemos la suerte de disponer de información sobre la creación de uno, se trata de la copia de un documento de 1452, y como ejemplo y por su interés lo reproducimos integramente:

“Doña Ynes velez de Guevara viuda que fue de Juan perez de Ozaeta y otro Juan perez de Ozaeta su hijo Señores de la Casa Solar de Ozaeta, por escritura que otorgaron en testimonio de Martin garcia de Eguino Escrivano y Notario el día 1-5-1452, dieron a Juan Gonzalez de Elcoro vecino de la villa ”la heredad e tierras de AYARDI DE ABAJO con todas sus pertenencias entradas e salidas e caminos e derechos pertenecidos a la dha heredad, e tierras, que son en jurisdiccion de la villa de Vergara a teneinte de la parte de suso a la otra nuestra heredad e casa e casería de AIARDI DE SUSO, e la parte de iuso tierras y heredades de Martin de Aumategui e de la otra parte tierras e heredades de Martin de Aumategui e de la otra parte tierras e heredades de Juan Martinez de Ascarrunz e del dho Min de Aumategui e de la otra parte tierras e exidos comunes de Vergara, con cargo y condición que el referido Juan Gonzalez de Elcoro tuviese que edificar e facer en dha heredad e tierras de entre los dhos limites en el mas convenible lugar luego una casa razonable en que el dho Juan Gonzalez con sus hijos y familiares pudiesen vivir, e bien asi pudiese acoger e alvergar todo el ganado que los dhos dona Ynes y Juan perez oviesen de haver e tener en la dha casa. Otrosi con cargo e condición que el dho Juan Gonzalez de Elcoro fuese obligado de dar e pagar en renta, e tributo perpetuo por siempre jamas en cada un año a los dhos Ynes y Juan perez y a sus sucesores en la Casa e Solar de Ozaeta dos fanegas de trigo e dos fanegas de mijo seco limpio y la mitad de la ganancia de dho ganado.”

Del mismo se pueden sacar varias conclusiones ó análisis, la primera y mas importante es la manera como se fueron poblando nuestros montes de caseríos y sus gentes, los terrenos eran del “Señor Feudal” en este caso de Doña Ynes velez de Guevara viuda que fue de Juan perez de Ozaeta y otro Juan perez de Ozaeta su hijo Señores de la Casa Solar de Ozaeta, ella de apellido importante, que muy probablemente sería familiar del Señor de Oñate que era dueño entre otras poblaciones y terrenos, de más de la mitad de Bergara, siendo a su vez Patrono de las Iglesias de Santa Marina de Oxirondo y de las de Angiozar y Elgeta.

También podemos ver la ya existencia de otras casas y caserías, como la de AIARDI DE SUSO (Aierdi gañekoa), que también era del mismo Ozaeta, ELCORO, ASCARRUNZ, AUMATEGI, etc. y también la renta y condiciones que le impone al nuevo colono que va a fabricar su nueva casa, la frase “tributo perpetuo por siempre jamas” es de llamar la atención.

Siguiendo con mas información, vemos en la Historia del Condado de Oñate, en el siglo XV, y mas concretamente el 7-7-1459, se expone una escritura en la que aparecen como arrendatarios de las iglesias de Santa Marina de Oxirondo y San Juan de Usarraga, debiendo la misma a los Guevara, Martin garcia de Lamariano, Martin garcia de Eguinoa, lope de Gallaystegui fijo de Sancho Sanches de Gallaystegui, Juan ruis de Oxirondo por sy e nombre de Martin de Oxirondo, su hermano, Martin de Aumategui, e Juan de San Juan de Uçarraga, vecinos de Villanueva de Vergara y claramente originarios de sus casas solares respectivas.

A los pocos años, entre las propiedades del Monasterio de Santa Marina que se arriendan en 1477, aparece la casería ARISTAR cercana a la ermita de San Pelayo y se arrienda a Martín de Aristar y su mujer Mª Rosa de Ochoa..”… El sennor Don Ynigo de Guebara, sennor de la tierra e condado de Onnate, e patrón e feudatario de los Monesterios de Santa Marina de Oxirondo e de Sant Johan de Vergara, que en el dicho lugar presente estava, dixo que otorgaba e otorgó e conosçio que daba e dio a Martín de Aristar e María Ochoa su muger, que presentes estovan, desmeros del dicho Monesterio de Santa de Santa Marina de Oxirondo, a renta e tributo en feudo perpetuo para siempre jamás, la casa e casería e tierras e heredades de Aristar, con todas las heredades, mançanales e otros qualesquier árboles que fruto llevan e non llevan, asy verdes commo secos, que a la dicha casa e casería pertenesçen, por quanto la dicha casa e casería pertenesçe al dicho sennor Don Ynigo, commo a patrón e feudatario del dicho Monesterio de Santa Marina de Oysirondo…”.

Otro sistema de aprovechamiento de la heredades del monasterio fue el arrendamiento a censo que se hacían personalmente por el patrón. Así en el mismo año de 1477 se citan, catorce heredades (sitas en Volunsoro, Echevarren, Eysmendi, Çabala, Vueunaondo, Burunaondo de Yuso, Moyugoitia, Moyubeytia, Mocolaegui, Moyualdecoa, etc.) con un total de 1977 pies de manzanos y 10 manzanales con un total de 454 manzanos. Entre los distintos propietarios que aparecen en este memorial se citan a Lope de Echavarria, Juan de Gorostola, Pero Sanches de Varrutia, Martin Ruys de Moyua, Rodrigo de Leysarri, Juan de Leosyn, Martin de Echevarren, Juan Sanches de Ariçavaleta, Estivalis de Çavala, Garcia de Burunando, Juan de Munabe, Juan de Upaegui, Fortuño de Goytia, Pero Urtis de Alvisubaso, Juan Martines de Vergara e Moygoytia, Juan de Veosyn, Juan Lopes de Ayspilleta, etc .Otras rentas aparecen en 1495.

Mas arrendados, además de la ya indicada casería de Aristar, (30-IV-1477) cerca de la ermita de S. Pelayo a Martín de Aristar y Mª de Ochoa su mujer; vemos la de Olazabal o Cirirda a Pedro de Olazabal, por un censo de 3 fanegas de pan (medio mijo y trigo); Bolansoro a Martín Ruiz de Bolansoro la casa y manzanal, con permiso para poner los manzanos a 3,5 estados de distancia y hacer una huerta, pagando por todo una renta de los esquilmos y la mitad de los frutos recogidos; Leasy a Juan de Leasy a condición de tener casa enhiesta y cuidada, pagando una renta de 3,5 fanegas; Castañalde a Juan de Upaegui; Larrate (28-II-1485) a Martín de Eizmendi y Moyubeitia. Igualmente, indicar el arrendamiento del molino de Artizábal con sus casas, caserías y heredades. Por apoderados del Señor de Oñate, aparecen también los siguientes censos: censo perpetuo la heredad de Cataibia a favor de Juan de Usarraga ; a censo perpetuo ciertas tierras de Oxirondo a Pedro Abrahén . El 7-7-1459 doña Costanza de Ayala acuerda el arriendo de sus rentas a Martín García de Lamariano y otros 5 vergareses, durante 6 años, por la renta de 276.000 mrs. y 7 capones (el arriendo incluía solo la mitad de las rentas de Oxirondo y Usárraga).

El mantenimiento del cabildo, como anteriormente hemos mencionado, dependía del Sr. Guevara como su patrón. Este asignaba a cada uno de sus miembros ciertas fanegas de trigo y los diezmos de una determinada casería. Así tenemos, como ejemplo, que a mediados del siglo SVI el Conde repartía de la siguiente manera a los curas de Oxirondo.

38 ducados al cura (Pedro Abad de Izaguirre) por 25 fanegas de trigo de la medida menor y los frutos de los diezmos de la casería Achótegui.

38 ducados al beneficiado entero (Andrés Abad de Eguino) en 25 fanegas y el diezmo de la casa Sagastizabal.

38 ducados al beneficiado y coadjutor (Juan Abad de Izaguirre) por 25 fanegas de trigo y frutos de la casa Aguirre.

38 ducados al beneficiado entero (Juan Abad de Oxirondo) por 25 fanegas de trigo y frutos de la casa Elorza.

38 ducados al beneficiado entero (Juan Abad de Ganchaegui) por 25 fanegas de trigo y diezmos de la casa Vidaurre.

38 ducados a los medios beneficiados (bachiller Artolazábal y Pedro López de Leazárraga) a medias por 25 fanegas de trigo y frutos de la casa Lamariano.

24 ducados al sacristán (Agustín Abad de Eguino) y frutos de las casas de Aumátegui y Ayardisacona.

Los diezmos eran recogidos por su arrendatario (que lo era de manos del Conde), y de ellos se distribuía (por el Conde) parte a los clérigos, parte a los mercenarios, siendo a mediados del s. XVI aparecen como mercenarios en Oxirondo, los hijos y herederos del licenciado Martín Fernandez de Izaguirre (por la capellanía que tenían en la iglesia, que recogía los frutos de las casa de Ondarza, Moyubeitia, Jaúregui de Burunano y Castillo yuso, además de los de su casa principal y los de la de Oxirondo que compraron dicho licenciado y su mujer; tasado todo en 80 ducados anuales). Felipe su hijo (cobraba 14 ducados para ayuda de sus estudios en los frutos de la casa de EGUINO) y 12 ducados del señor de Ozaeta, sobre su casa-solar.

Como se ha indicado no conocemos muchas mas noticias de los caseríos de Bergara hasta el siglo XVI que es cuando aparecen en los libros parroquiales, sobre todo en la Parroquia de Santa Marina de Oxirondo y en las escrituras notariales ó protocolos. En muchos de los casos aparecen como Señor y/o dueño de la Casa Solar de… lo que ya indica la relación del habitante con la casa a la que pertenece.

Respecto a la constitución de la vivienda, aunque desconozcamos como eran dichos caseríos en ésta época de la Baja Edad Media, podemos asegurar que los edificios eran, como se ha indicado anteriormente, practicamente en su totalidad de madera y estaban situados en terrenos de utilización agraria que habían colonizado. En general se trata de poblamiento semidisperso, aunque casi siempre alrededor de una ermita, en lugares de media y baja ladera con gran aprovechamiento del suelo utilizado.

Por último, se puede resumir este apartado, resaltando que es a finales del siglo XV y principios del XVI, cuando podemos apreciar nitidamente la estructura de poblamiento basada en familias de base conyugal, Dueño y Señor de …, es decir, ligada al caserío, que se transmite integramente a un sucesor ó heredero. Nombre y Solar vienen totalmente unidos, a lo largo de los siglos, manteniendo en la mayoría de los casos el mismo como una unidad inmutable, aunque a lo largo de los años haya sufrido modificaciones, el uno por cambio de propietario y el segundo, como se ha indicado antes por cuestiones gramaticales ó linguisticas. En síntesis, puede afirmarse que los caseríos unifamiliares del siglo XIV copan ya la practica totalidad del territorio agrícola disponible, salvo las alturas extremas y las vertientes de umbria permanente.

Igualmente, consideramos que es ya en el siglo XV y XVI, cuando se estabiliza la situación de la propiedad de la Casa Solar y todos sus pertenecidos y debido, entre otras cosas, además de la riqueza obtenida por algunos en la Administración Publica, Ejercito y Comercio con las Indias, deciamos, debido a la explosión demografica comienza la eclosión de los arrendamientos de viejos caseríos, con los nuevos que se van creando y la división de ciertos caseríos en varias viviendas para su explotación via arrendamiento.

Es también a partir de éste siglo XVI cuando se inicia un proceso de concentración de propiedades rurales, bien como consecuencia de Contratos Matrimoniales o como consecuencia de la compra, por parte de personas ricas, de caseríos y sus tierras que se encontraban arruinados y acosados por las deudas que tenían contraídas sus propietarios. A mediados del siglo XVII la proporción entre propietarios y arrendatarios comienza a invertirse respecto a lo que existía años atrás.

Según se indica en “Casa Familia y Trabajo”. Los dueños de solares agrícolas constituían el 60% de la sociedad en 1391 y pasa a ser tan solo el 38% en 1647. Es importante resaltar que lo que mas llama la atencion no es su riqueza individual, sino su arraigo secular en el solar heredado. Todo esto se concreta, en esta época, en la constitución de Mayorazgos y en muchos casos la de Vinculo, por los cuales se transmiten la casa y solar, en la mayoría de los casos de padres a hijos y aunque en muchos casos la transmisión es vía varón y para el mayor de los hermanos, en otros muchos casos son Vinculo y Mayorazgo de libre elección, siendo la transmisión a cualquier hijo ó hija u otro familiar, incluyendo además de la casa y sus propiedades, los créditos, deudas, tumba ycuantas obligaciones inherentes se plantean respecto a sus familiares (padres y hermanos).

En mi caso y en base a los datos que manejo, podemos completar la información anterior con los datos del siguiente cuadro:

Siglos nº de caserios nº caserios renta

Podemos sacar diversas conclusiones de estos datos; en primer lugar, que mas de la mitad de los caseríos de Bergara ya existían en el siglo XVI, 291 sobre 409 un 71% del total de todos los habidos y que de ellos 80 eran o estaban alquilados, 80 sobre 291 nos da un 27% de renteros y por tanto un 73% de dueños o propietarios de unidad familiar de los solares, pero en el siglo XVII y XVIII, cambia totalmente la situación y nos encontramos con que la gran mayoría son arrendamientos, de un total de 371 caseríos, 287 están en alquiler lo que nos indica que el 77% es rentero y solo un 23% es dueño de su casa ó casería y vive de ella. Vemos que desde 1500 a 1800 cambia totalmente la situación de nuestros antepasados, de ahí, tantas matxinadas, guerras, etc, pero esto es otro tema que ya está tratado por especialistas.

Volviendo a nuestras casas solares, decir que a nivel grupal y convivencial, el barrio es el lugar organizacional y social por el que se reúnen alrededor de la ermita en un numero de caseríos variado; actúa como autentico foco aglutinante de los vecinos, uniéndolos no solo en una devoción común, sino también en una trama de derechos y obligaciones de asistencia recíproca.

Para terminar, este apartado, podemos recoger la síntesis de lo expuesto en Casa Familia y Trabajo, en el que se indica que la sociedad bajomedieval del valle de Bergara, aunque atemorizada por la violencia de los linajes banderizos, es una sociedad de hombres libres, integrada mayoritariamente por familias de pequeños propietarios, que viven en barrios de caseríos perfectamente consolidados. Se indica, que la documentación oficial, producida por las cancillerías reales, nos había proporcionado una imagen parcial y distorsionada de la realidad, desde mi punto de vista solo cierto en parte, impregnada en su lenguaje de la superestructura ideológica señorial. Pero apenas se rasca bajo su superficie, surge la presencia rotunda de una sociedad campesina fuerte y bien articulada, la misma que conquistará en 1497 un amplio espacio del poder municipal; de ahí la gran cantidad de Casas Solares y campesinos hijosdalgo, pero como todo en la vida evoluciona, resumir que a lo largo de los siglos XVI, XVII, XVIII y hasta en el XIX, se concentran las propiedades, se venden otras y en definitiva desaparecen las familias y con ellas el apellido en su relación con la Casa de su mismo nombre.