PUTIN Y SU PERSONAL FORMA DE ENTENDER LA POLÍTICA

F. Javier Blasco, Coronel en la Reserva

9 de octubre de 2016

Mucho se ha y, personalmente he escrito sobre este personaje, muchas veces lo he calificado de zorro político y cada vez más me reafirmo en mi definición sobre él.

Vladimir Putin, el viejo Coronel de la KGB que nunca ha abandonado sus orígenes y lecciones aprendidas, surgió como el líder ruso en una situación bélica hace 17 años, cuando su predecesor, Boris Yeltsin le entregó el poder para que aplastara la insurrección en Chechenia. No dudó en emplear todo tipo de artimañas y el disminuido poderío militar de Rusia en apagar el fuego que le venía amenazando con su extensión a otros secos y propicios pastos de ser incendiados.

Descubrió sin embargo, que aquella pírrica victoria había puesto de manifiesto numerosas cadencias y que para poder estar en condiciones de actuar con la suficiente contundencia y eficiencia, dos elementos eran esenciales para ello: unas fuerzas armadas leales, potentes y modernizadas y un control férreo sobre su propia población; y en ello, lleva tres lustros dedicado en cuerpo y alma.

Sabedor que EEUU copaba las mayores capacidades militares en el mundo y que contrarrestarlas o inquietarlas era muy difícil; poco a poco, con efectivas alianzas y patrañas propias de un verdadero espía ha sabido conquistarse la confianza de un país que tendía a modernizarse y aparatarse de los conflictos así como, ha mejorado y modernizado en mucho la capacidad bélica rusa y el arsenal y eficacia de sus armas nucleares.

Su política interna y externa es bien sencilla; presentarse como una potencia acosada por Europa y los norteamericanos en todos sus frentes. Baste fijarnos en las palabras de su máximo opositor político Guennadi Gudkov, quién “casualmente” perdió su escaño de diputado por acudir a una manifestación en contra de Putin, y que afirma que «agitando el fantasma de la amenaza externa y presentado el país como una fortaleza asediada, Putin ha convertido ahora Rusia en un inmenso cuartel». Por tanto, Gudkov piensa que, «esto va a ser el mecanismo de Putin para perpetuarse en el poder».

Con respecto a las mencionadas alianzas, Putin ha sabido granjearse la amistad de la mayoría de los eternos rivales de EEUU: Venezuela, China, Irán, Cuba o Siria entre otros. Aplica sobre ellos políticas diversas que van desde el apoyo internacional a la venta indiscriminada de potentes y certeras armas pasando por jugosos acuerdos económicos.

Otra herramienta, no menor, es la que aplica en otros frentes a base de claros apoyos comerciales o políticos como los aplicados sobre Corea del Norte -limitando la capacidad coercitiva del CSNU sobre dicho país-; Arabia Saudita y el propio Israel -tratando de cubrir el vacío comercial y armamentístico dejado por sus eternos aliados, los norteamericanos-; Turquía -llamando a sus puertas comerciales con el cebo de las inversiones en provechosos ductos más que necesarios para Europa y apoyando sin fisuras y, desde el primer momento, el fructífero autogolpe de Erdogan- y, el intento de convertirse en un fiable aliado de Grecia cuando sufrió los avatares y turbulencias políticas y económicas tras el acceso al poder de Syriza con sus grandes discrepancias con Europa; azuzando, al mismo tiempo, los peligros estratégicos para la OTAN con potenciales alianzas, como posteriormente también hizo con Turquía tras su golpe.

Busca siempre la confrontación aunque, para ello, se ampara en razones de tipo defensivo y de protección de sus áreas de interés; así recarga las tintas en los peligros que para los rusos suponen sucesos como: la ampliación de la OTAN hacia el este con el puntual refuerzo a dichos países; el despliegue del escudo antimisiles en las inmediaciones de sus fronteras que, realmente constituyen una clara amenaza a sus propios intereses defensivos u ofensivos, en su caso; las duras sanciones económicas y comerciales sufridas por la anexión de Crimea y su solapada intervención en el conflicto en Ucrania; la defensa de sus intereses en el Ártico; tratar de contrarrestar las diversas expansiones en Asia y, por último, las discrepancias en torno a la solución e intervención en la guerra en Siria y sobre el futuro personal del dictador, Al Assad.

Se ha convertido en el perejil de todas las salsas, aparece con voz potente y discrepante en todos los foros y conflictos internacionales y siempre, lo hace con un acento personal y en defensa de una nación perjudicada por la intransigencia de sus opositores internacionales. Son los demás los que le acosan y fustigan, así que él, no tiene más remedio que defenderse.

Conoce perfectamente que debe extender sus áreas de interés e influencia y sus capacidades de actuación; por ello, no ha dudado en lanzar maniobras expansivas y a la vez provocadoras con medios estratégicos por tierra, mar y aire, rozando la violación de los acuerdos internacionales y los espacios de soberanía nacional provocando así las iras de todos sus oponentes. Ahora, comienza con una campaña dedicada a la reapertura de antiguas bases abandonadas hace tiempo o al reforzamiento de otras, hasta ahora de menor capacidad en áreas muy cercanas a EEUU o en otros lugares estratégicos como el propio Mediterráneo.

Internamente y, para mejorar su capacidad de control, a finales de septiembre, mientras la apabullante victoria del partido gubernamental Rusia Unida en las elecciones parlamentarias era asumida por las clases medias en Moscú y San Petersburgo (donde apenas votaron el 30%); de forma claramente dirigida, se filtraba a los medios que se intenta volver hacia el pasado en materia de inteligencia; el KGB (o más bien una reencarnación del MGB que fue su precursor en los años cuarenta) prepara su regreso a la vida real y política en forma de un omnipotente ministerio. Esta resurrección, se supone que va a ser a lo grande.

Moscú planea relanzar los servicios secretos y de espionaje bajo una gran reorganización de sus actuales fuerzas de seguridad e inteligencia e integrarlos en un macro ministerio con todos los poderes. En definitiva, estamos ante la reencarnación del antiguo "Ministerio de Seguridad del Estado" y el enterramiento del actual FSB que fue creado en 2011[1] y, al parecer, no cumple con las expectativas generadas.

No da puntada sin hilo, por lo que todos sus movimientos, como si se tratara de un tablero de ajedrez, hacen que su contrincante haya perdido la iniciativa y se vea obligado a aplicar reacciones defensivas o a tener que ceder ciertos peones o figuras no tan menores en aras de la propia supervivencia y con tal de mantener “a salvo” el Rey.

No me cabe la menor duda de que tras muchas de las inexplicables cesiones de Obama, como en los casos de la apertura de relaciones con Cuba o en la inesperada e ignominiosa firma del acuerdo sobre el programa nuclear iraní, esté la mano o la presión indirecta de Putin. Barack Obama ha perdido la iniciativa internacional, trata de sobrevivir y de hacer gala al Premio Nobel de la Paz que hace unos años se le concedió aunque sin haber hecho gran cosa para ello tal y como parece viene siendo la norma casi generalizada y reciente en el otorgamiento de dicho galardón.

Sabe que su economía no está muy boyante, pero también es sabedor que las de los demás tampoco lo están; él juega con dos bazas que los demás, de momento, tienen perdidas: el ejercicio de un potente y reconocido Liderazgo interno y en mantener a una nación o conjunto de naciones satélites unidas e ilusionadas bajo su batuta.

Las expectativas políticas que se ciernen sobre la vieja Europa no son nada halagüeñas, los populismos, en gran parte impulsados o provocados por él o sus afines, están al borde de asaltar el poder en muchos países, el desconcierto creado por una mala praxis para superar la crisis económica y las erráticas y mal llevadas acciones y decisiones con respecto a los flujos masivos de refugiados sobre Europa, que siguen llegando a ella por miles diariamente empleando todos los verosímiles o inverosímiles medios y rutas, han provocado una situación de inconformismo, repulsa, protesta contra sus dirigentes y desconexión de los valores y raíces tradicionales que pone en muy difícil situación el papel y el futuro de aquellos líderes europeos de los que se suponía, estaban en disposición y con capacidad para solventarlos.

Sabe que uno de sus enemigos más cercanos, aunque menos potente militarmente, la UE está muy disminuida; las consecuencias del Brexit y las prometidas “nuevas políticas” sobre capacidades militares a aplicar por la Unión, contestadas y protestadas estas por el Reino Unido y vistas con perplejidad por EEUU; no solo harán que la opinión y cohesión en la UE pueda quedar dividida, sino que la propia capacidad de reacción de la OTAN puede verse resquebrajada.

Dos de sus principales enemigos que llevan un claro camino a debilitarse lo que, sin duda, le ha dado por pensar, que se convertirán o ya son “menos enemigos” y con ello podrá sustentar en dicha debilidad muchas más exigencias sabiendo de la poca capacidad de respuesta de ambos contra sus pretensiones por alocadas que estas fueran.

No contento con esto, acaba de anunciar el pasado día 3 de octubre, un grave ultimátum contra EEUU en un claro mensaje de herencia recogida para el próximo y controvertido nuevo Presidente o Presidenta del país. No se anda con rodeos y el contenido de dicho ultimátum se refiere a los siguientes puntos: retorno a las infraestructuras de la OTAN y reducción de su personal a los niveles de septiembre del año 2000; derogación del conocido como Magnitsky Act, por el que se imponían sanciones sobre personas oficiales rusas acusadas de estar involucradas en actos de violación de los derechos humanos; derogación de las sanciones norteamericanas contra determinadas personas y negocios rusos; compensaciones a Rusia por los “daños” causados por las anteriores sanciones y por las contramedidas a las que Rusia se ha visto obligada a realizar para contrarrestarlas y por último, la presentación de un plan “claro e irreversible” para la destrucción de los excedentes norteamericanos de plutonio.

De no cumplirse todo lo anterior, Rusia se reserva el derecho de continuar con su proceso de utilización de sus excedentes de Plutonio en nuevas cabezas nucleares.

En realidad, lo que Putin pretende es recuperar las inversiones norteamericanas para completar un acuerdo sustentado con alfileres y firmado en 2014 por el que EEUU apoyaría económicamente a Rusia para degradar 34 toneladas de plutonio, y a la par, también ellos se comprometían a hacer por su cuenta lo mismo y en la misma cantidad en su propio país. Acuerdo, que fue puesto en suspenso en 2015, cuando los norteamericanos hartos de gastarse miles de millones de dólares, no veían progreso alguno por parte rusa.

En cualquier caso, Putin no es que persiga reducir los arsenales, lo que realmente pretende es la llegada de un río de dólares cuyo gasto tiene una difícil justificación y que EEUU se ponga manos a la obra con el consiguiente desgaste político y económico.

Estos ataques y órdagos vienen claramente definidos y estudiados al ser también sabedor de que el futuro mandatario en EEUU no tendrá un claro, limpio y mayoritario apoyo entre su población por la escasa calidad y los problemas y acusaciones que ya arrastran sus dos máximos candidatos a la Casa Blanca.

Un día definí a Putin como un zorro por su reconocida astucia, pero hoy me atrevo a puntualizar algo más, es el típico zorro ártico también conocido como el zorro plateado; un animal astuto de ojos claros que vive en manadas en las tierras frías y que es capaza de cambiar de color según la estación del año para camuflarse y acercarse a sus presas sin ser visto hasta que cae mortalmente sobre ellas y las atenaza con sus fuertes dientes.

También, cuando sus capacidades están mermadas por las condiciones climatológicas o de otro tipo como en invierno y, las presas a nivel del suelo suelen escasear, los zorros árticos siguen al mayor depredador de la región, el oso polar, para comer los restos o animales malheridos que este deja tras sus cacerías[2].

En definitiva, es un animal acostumbrado a sobrevivir y multiplicarse en ambiente hostil que siempre saca provecho y tiene algo que echarse al estómago; o bien por sí mismo, o porque otros le hacen el trabajo duro.

[1] http://www.elmundo.es/internacional/2016/09/24/57e5740ce2704eec618b467d.html

[2] http://nationalgeographic.es/animales/mamiferos/arctic-fox