ACIERTOS Y ERRORES FRENTE A LOS ÚLTIMOS ATENTADOS EN ESPAÑA

F. Javier Blasco

22 de agosto de 2017

Ya han pasado algunos días de los atentados en varias ciudades españolas (Barcelona y Cambrils), el luto y los actos oficiales han terminado y los impactos mediáticos y reacciones de la gente se vienen apagando poco a poco aunque, empiezan a surgir algunas o muchas dudas y ciertas preguntas sin o vaga respuesta, al menos de momento. Ya sabíamos que este era un guion anunciado y que más o menos iba a ocurrir lo que ha sucedido.

Aunque parezca que todo ha quedado resulto, todavía quedan muchos flecos por aclarar y muchas investigaciones por finalizar por lo que parece ser muy prematuro para dar un juicio completo de las diversas actuaciones políticas, policiales y de inteligencia sobre los hechos tanto antes, como después de los mismos. Además, no soy nadie ni tengo la preparación ni la capacidad para analizar lo ocurrido en toda su profundidad y amplitud; pero, mi inagotable manía de analizar todo lo que recibo y percibo, y hacerlo siguiendo los preceptos derivados del pensamiento crítico, me hace resaltar aquellas cosas, que en mi humilde entender, hayan podido ser positivas o bastante negativas en todo este quilombo mediático, político y policial que se ha montado durante bastante tiempo e intensificado al máximo, al menos tres jornadas, desde que ocurrieron los hechos.

No pienso seguir un orden cronológico de los hechos, acciones y reacciones tomadas, aunque trataré de hilar unas cosas con otras. Tampoco acabaré, a pesar de ser una costumbre propia, esbozando mis conclusiones de lo dicho y analizado. Esta vez, prefiero que sea aquel que lea este trabajo el que saque las suyas.

Veníamos anunciando por todo tipo de medios y formas que España era un claro objetivo yihadista, que ocupaba un papel preferente en sus redes y que pesar de que, gracias a las ingentes actividades y aciertos de nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, policías autonómicas y locales, los servicios de inteligencia y una cada vez más creciente cooperación internacional, llevábamos más de trece años librándonos de las garras del terrorismo a pesar de ser un país que alberga mucho migrante –algunos en segunda y tercera generación- y bastantes refugiados de variopinta procedencia al ser España un lugar de paso obligado para ellos; cercano a Marruecos y cuyo número se incrementa cuando la mayoría de las rutas hacia Europa se les cierran o llenan de dificultades.

Mucho se ha escrito y hablado por la mayoría de analistas -y yo mismo he contribuido a ello con diversos trabajos publicados en mi blog- anunciando los peligros que este fenómeno encerraba, por lo que era altamente probable que pudiera darse cualquier tipo de acto terrorista ya que el grado de riesgo cero no existe y determinadas causas endógenas y exógenas te obligan a pensar en ello.

Las políticas de acogida conocidas como el “welcome refugees” sin tasa, control, orden ni concierto suelen llevar a este tipo de actos, porque es muy difícil saber quién es de verdad al que se le abre las puertas. Cataluña, por su idiosincrasia, porque el PIB per cápita es un buen indicador de la calidad de vida -en 2015 fue de 27.663€ euros, frente a los 24.000€ euros de PIB per cápita en España- o tal vez por su afán de buscar, como sea, adeptos a su causa independentista (más votantes agradecidos), es una de las comunidades que más ha abusado de este tipo de aceptaciones – no en vano, duplica el número de refugiados y migrantes extranjeros al resto de las comunidades españolas y esta cifra en la provincia de Girona, se llega a cuadruplicar-. Según diversas fuentes, entre una población algo superior a los siete millones y medio de habitantes que tiene Cataluña, unos 500.000 son musulmanes de primera o segunda generación.

Barcelona es la segunda ciudad más importante de España y es mundialmente conocida desde la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992, cosmopolita, moderna, bella, comerciante, abierta al mar, al cielo y la tierra y, por ello, un lugar que recoge millones de visitantes todos los años –la ciudad que anualmente recibe más turismo en toda España-; hecho este, que a pesar de ser una de sus fuentes principales de ingresos, últimamente, al igual que en otras ciudades o comunidades españolas, venía siendo objeto de diversas protestas y demostraciones de repulsa por parte de determinados grupos extremistas, totalitarios e inconformistas.

Pero, Barcelona también está rodeada por asentamientos organizados de refugiados y migrantes (nacionales y extranjeros) -siendo el porcentaje total de personas de origen inmigrante del 14,49 %- lo que hace que su control poblacional resulte mucho más dificultoso no solo por su procedencia, color, cultura o lengua, también por su religión. Es por lo que alberga en el caso de la religión musulmana salafista – la más radical de todas las ramas- la mitad del total de las mezquitas dedicadas al culto de ideología yihadista-salafista, de las que sabemos que proceden la mayoría de los elementos dedicados a hacer o apoyar la yihad o guerra Santa, al contrario que el resto de mezquitas musulmanas, que solo buscan practicar su religión en paz y armonía.

Es en la comunidad catalana, junto a Madrid, Ceuta y Melilla donde en los últimos años más detenciones se han practicado sobre individuos practicantes de dicha deriva religiosa por sus inclinaciones probadas o sospechadas de actuar en beneficio del autodenominado Estado Islámico (EI) o por querer unirse a sus fuerzas en sus diversos campos de batalla o de guerra.

Este coctel peligroso y otros indicativos ya señalados han sido más que suficientes para pensar que, a pesar de que la mal entendida autocomplacencia publicada y propagada por muchos medios y tertulias -que ahora callan-, donde se aseguraba que nosotros estábamos casi vacunados contra todo tipo de estos ataques; éramos muy propicios a recibirlos en cualquier parte del territorio y especialmente en zonas carismáticas, llamativas y muy turísticas aprovechando la creciente bonanza del turismo y la acumulación casi inmanejable de personas que llegaban a nuestras tierras por todos los medios y maneras. En esta rifa, Barcelona jugaba muchos números y era más que factible que le tocara el gordo.

Me consta, por haberse incluso publicado en diversos medios antes de los hechos, que hasta se habían recibido alertas y señales de peligro de medios exteriores y que el propio Ministerio del Interior desde hace varios años venía aconsejando a las autoridades catalanas de que tomaran muchas precauciones al respecto. Cosa difícil de coordinar e implantar, a pesar de muchos esfuerzos personales, cuando una Comunidad autónoma tiene transferidas competencias en materia de seguridad, como es el caso de Cataluña y el País Vasco y ambas, por una mal entendida auto complacencia y exceso de confianza en sí mismas, se resisten a ser dirigidas desde el Estado aunque dichas indicaciones o recomendaciones vayan en su propio beneficio.

A pesar de todo este tipo de alarmas enunciadas y de que los diversos cuerpos y fuerzas de seguridad propios y del Estado habían venido practicando un determinado y creciente número de detenciones y seguimientos sobre sospechosos potenciales yihadistas radicalizados en dicha Comunidad, las medidas adoptadas por las autoridades de la misma y por las locales o municipales no parecían muy agravadas y la vida en Barcelona, sus playas y en el resto de ciudades catalanas seguía bastante normalizada o sin grandes variaciones en materia de seguridad ciudadana. Tanto es así, que ni siquiera supuso un cambio de rumbo cuando en la noche del pasado miércoles 16 de agosto se produjo una extraña y grave explosión en una casa, al parecer abandonada y okupada, en Alcanar; una pequeña población de la provincia de Tarragona situada en el límite con la de Castellón (Comunidad Valenciana), donde tras una fuerte explosión - inicialmente atribuida por los bomberos y Mossos a un escape y acumulación de gas-, a simple vista se podían apreciar grandes destrozos y un excesivo almacenamiento (más de cien) bombonas y recipientes de butano y acetileno[1] y que los daños sufridos en la vivienda y alrededores eran muy superiores a los atribuidos inicialmente y de forma oficial e incluso a las pocas horas tras el atentado de las Ramblas[2].

Vivienda, en la que, además de un muerto inicial entre sus ocupantes, así como varios heridos entre la vecindad, se capturó a un ocupante herido en la explosión y posteriormente, se han encontrado restos de otra persona más – siendo uno de ellos el instigador de la célula e imán de una mezquita salafista de Ripoll-. Lugar donde, con alto grado de probabilidad, se pudo fraguar, durante al menos tres o seis meses, todo el sistema para el atentado y la captación del resto de la célula de no menores dimensiones –al menos doce integrantes-. Todos ellos muy jóvenes y sin antecedentes yihadistas ni terroristas hasta la fecha salvo, el susodicho imán que había sufrido prisión por diversos delitos relacionados con la droga y que a pesar de habérsele impuesto como pena adicional la expulsión de España, consiguió en segunda instancia, que un juez la derogara.

En las valiosas horas transcurridas antes del atentado del día siguiente, no hubo, que se sepa, ninguna medida adicional, no saltó una sola alarma y tampoco se alertó a las fuerzas de la Guardia Civil o al Cuerpo Nacional de Policía, por lo general, mucho más preparados y expertos en identificar y perseguir atentados terroristas, sus antecedentes, conexiones y derivaciones.

Según diversas fuentes y debido a lo expresado en apartados anteriores, se piensa que la célula terrorista tenía planeado uno o varios atentados según el número de vehículos (tres) previamente alquilados -unas pocas horas- con suficiente capacidad de carga y sin muchas medidas de seguridad para ello por parte de la empresa de alquiler del tipo low cost. Atentados, de mayor gravedad y repercusión por tener previsto el uso de explosivos como iniciador y muchas bombonas de gas como carga principal. Nadie lo pronuncia, pero es hasta posible que atentar contra algún monumento identitario, tremendamente valorado y muy visitado a diario por multitud de personas, podría haber entrado en sus planes.

Llegado a los primeros hechos del jueves por la tarde; sorprendidos y atónitos todos, pudimos comprobar lo fácil que le resultó al conductor asesino circular con una furgoneta de carga más de 500 metros por las Ramblas y a toda velocidad –no había ningún tipo de impedimento físico ni personal que le dificultara el paso y de esa forma por dicha vía peatonal- y mucho más estupor surgió cuando, casi de inmediato se supo que pudo abandonar la furgoneta sin que nadie le siguiera ni obstruyera en su huida y muy pronto –al instante-, se conocía la descripción del mismo y su ropaje[3]. La explicación oficial dada por los responsables de la seguridad fue tan inocente como increíble; algo así como: ni una sola palabra a la no existencia de bolaños o grandes jardineras en el paseo y que la prioridad de los agentes en servicio en dicho momento y desplegados en el lugar fue atender a la salud física y psicológica de las personas atropelladas y, que dicha huida se produjo sin dar tiempo a más.

Pronto comenzaron a circular las historietas y batallitas más singulares que uno puede oír en estos momentos y vimos muchas situaciones de pánico y zozobra; pero lo malo de todo ello, es que la mayor parte de estas “hazañas” partieron de tuits lanzados por la propia guardia urbana o los mossos de escuadra. Así y según estos, hubo muchas actuaciones -todas ellas falsas- como: atrincheramientos, toma de rehenes, disparos, armas largas de fuego, persecuciones y como consecuencia de ello y la huida del fatídico conductor, se montó la famosa e ineficaz “operación Jaula” –ineficaz por dotarse a los responsables de las mismas de escasos y poco apropiados medios para ello- y se mantuvo a miles de personas -inmersas en el pánico- encerradas en comercios, casas particulares, hoteles y lugares de ocio durante muchas y largas horas.

Mientras tanto, y siempre al parecer, el autor de la masacre en las Ramblas, había andado a píe varios kilómetros y a buen seguro, secuestrado a un inocente conductor, le apuñaló y consiguió saltarse uno de los mencionados controles policiales en un coche de poca cilindrada y potencia a pesar de chocar, herir a una agente de los mossos y ser disparado en varias ocasiones[4]. De nuevo, surgieron los bulos durante horas sobre si el conductor de dicho vehículo había sido abatido a tiros durante el mencionado control hasta que resultó ser que el coche apareció abandonado a varios kilómetros, con su propietario muerto por arma blanca y tumbado en el asiento trasero. Persona esta, a la que se ha tardado tres días en dar como víctima y no como un elemento más de la banda terrorista. Menudo trago para su familia.

Las primeras informaciones oficiales, trascurrido más de una hora, sobre los hechos y dadas por el Consejero de Interior de la Comunidad y el Comisario Mayor de los Mossos fueron verdaderamente patéticas[5]. Se mantuvo repetidas veces en uno el número de las personas fallecidas, cuando todas las cadenas de radio y televisión, hacía tiempo que, daban por cierto entre diez o doce y las propias imágenes particulares, difundidas por irresponsables y poco sensibles viandantes en el lugar, mostraban varios cuerpos totalmente inertes y a los que nadie prestaba ningún tipo de atención o ayuda, porque no se podía hacer nada por ellos. Se detalló con claridad la identidad de la persona cuya documentación fue encontrada en la furgoneta y comenzó a hablar de la explosión de la noche anterior en la casa de Alcanar aunque, asegurando que esta se produjo por una acumulación de gas[6]. Los datos sobre la identificación de un personaje y posible miembro de la célula y la sola mención de dicha explosión, seguramente alertaron al resto de la misma de que estaban muy cerca sobre su pista, lo que pudiera obligarles a un más que seguro suicidio -a ser posible matando- por ser estos novatos y no contar con muchos medios o posibilidades de escape. Cosa que ocurrió esa misma noche en Cambrils donde acudieron todos juntos (los cinco restantes) hacinados en un coche mediano y armados de cuchillos y unas latas de refrescos rodeando sus cinturones a modo de explosivos.

La segunda intervención oficial por los mismos personajes, fue al filo de la media noche, donde se siguió ampliando la información y corrigiendo algunos errores anteriores, aunque de nuevo se volvieron a citar datos y pistas totalmente innecesarios para la prensa y el público en general como haber encontrado una segunda furgoneta abandonada en una zona comercial lejos de los hechos hasta ese momento conocidos. Además, en un alarde de imprudencia, el mencionado jefe de los mossos respondió solemnemente, a preguntas de un periodista, de que estaba plenamente seguro que no habría un nuevo atentado en poco tiempo en Cataluña. Una hora y pico más tarde, ocurrió el atentado de Cambrils con el resultado de una nueva víctima mortal, varios heridos de diversa gravedad y cinco terroristas abatidos a tiros.

A la mañana siguiente en su tercera intervención, el mismo mando de los Mossos, se excusó de su falta de lucidez en las posibles respuestas porque, no había dormido mucho durante esa noche. Nada de auto reproche ni tampoco preguntas capciosas e intencionadas por parte de la prensa o del periodista que había recibido la mencionada aseveración la noche anterior. En ninguna de estas declaraciones se permitió o admitió la presencia de mandos de la Policía Nacional o de la Guardia Civil, presuntamente, mucho más expertos y preparados en la lucha antiterrorista que los propios Mossos. Aparte de un exceso de protagonismo, pudo ser un mensaje subliminal más ante los catalanes de que, para ellos, estas fuerzas y cuerpos no son necesarias en su territorio.

Con respecto al ataque en Cambrils y la respuesta de los mossos no seré yo quien ponga en duda si fue proporcionada o no en función de las amenazas esgrimidas con “sus armas”; la poca luz de la noche que llevara a confusión del agente que disparó -del que pronto alguien se ha empeñado en desvelar que es un ex legionario, por si acaso se empieza a pedir responsabilidades por dicha reacción-; el alto estado de cansancio y nervios de la jornada o que los falsos cinturones[7] que portaba la mayoría, pudieran hacerle ver un peligro mayor. Se acabó a tiros con la vida de cuatro de ellos y otro compañero, con la del quinto terrorista tras haber echado pie a tierra y cobrarse varias víctimas, una de ellas mortal. Puede, que la muerte de todos en ellos en el momento y lugar del ataque haya impedido conocer muchos más datos de esta célula que pudieran haber resuelto algunos cabos e incertidumbres que, seguramente, quedaran sueltos para siempre.

Para terminar con el ciclo de declaraciones, en mi opinión, inadecuadas; baste resaltar la aseveración del Ministro de Interior español quien, al día siguiente de los hechos de Barcelona y Cambrils, entró en polémica sobre si estaba o no desarticulada del todo la célula. Las informaciones a la población a través de la prensa o las declaraciones oficiales de los personajes políticos y policiales deben ser lo más acotadas y prudentes posibles. No sea que no se cumpla lo asegurado y luego, se pase factura. Además, los errores de apreciaciones en estos casos, suponen una mancha y tacha para los cuerpos policiales implicados -que cuesta mucho tiempo levantar- por entenderse que dicho juicio proviene de ellos.

Las primeras declaraciones oficiales del Presidente del Gobierno fueron bastante tardías, más allá de la media noche del día de los hechos, y muy poco esclarecedoras. Las del día siguiente, se hicieron desde instalaciones de la Comunidad y junto a su Presidente dando una mayor prueba de soporte a la propia entidad comunitaria frente a las prerrogativas y capacidades del Estado en todo el territorio español.

El lunes 21 por la tarde se localizó, tras ser denunciado por una testigo, al huido conductor de las Ramblas a unos treinta kilómetros de donde abandonó el mencionado coche sustraído, estaba solo en una zona de viñedos -cercana a una localidad muy conocida por sus cavas- portando diferentes ropas. Igualmente, este resultó ser abatido de muerte por los mossos. Al parecer, porque también portaba y mostró “un cinturón” de explosivos, que como los anteriores, resultó ser falso. Costumbre esta, la de acabar en el acto con la vida de los terroristas, que no discuto, pero pienso que empieza a ser endémica y que, además de hacerles mártires –el principal fin perseguido por ellos-, insisto en que puede dificultar la continuidad o rapidez de los subsiguientes procesos de investigación.

Hemos tenido mucha suerte en este tema, la célula atacante y anulada en casi su totalidad – quedan con vida tres presuntos integrantes- era muy joven (entre 17 y 34 años de edad), totalmente inexperta y además, a pesar de una planificación mucho o poco detallada ya que solo hemos conocido y sufrido el plan que parece ser una alternativa al inicial y realizado a la desesperada. A esto, se debe añadir el fallo en el manejo del explosivo y la consiguiente muerte del cerebro organizador lo que dejó a la célula sin su cabeza pensante más visible y, posiblemente, la persona con mayor ascendencia sobre el resto del grupo. Sus resultados, de haberse llevado a cabo con todos sus efectivos y explosivos, hubieran sido mucho más sangrantes.

Entiendo la dificultad en la que se encuentran las fuerzas policiales y de inteligencia e información del mundo en general y de España en concreto para luchar contra el terrorismo yihadista por las grandes posibilidades de que actúen en cualquier rincón del planeta y la necesidad de muchos medios, experiencia y muy buena coordinación entre las diversas fuentes y fuerzas. Además, este atentado demuestra que el modus operandi del EI está cambiando: ya no emplea a terroristas retornados y formados en combate allá por tierras lejanas que son mucho más fáciles de identificar y vigilar que verdaderas almas cándidas y personas jóvenes, aparentemente integradas en la vida nacional, a las que atraen por diversos medios, engaños, promesas, convicción o porque realmente sufren un desarraigo donde viven o en una sociedad que no les entiende y margina; que los medios de financiación para estas fechorías pueden haber variado ya que a los tradicionales empleados hasta la fecha hay que unir los pingues beneficios de los “trasportistas” de inmigrantes y refugiados a través del Mediterráneo o el control de los manteros[8] y sus diversos beneficios.

La inmensa mayoría de todos ellos son refugiados o inmigrantes ilegales y, aunque muchos solo sean unos pobres parias y muy buenas personas, no sabemos nada de cómo han llegado hasta nosotros, que compromisos han contraído para hacerlo y cuáles son sus ideas e ideales. Manteros de los que hay a cientos o miles en Cataluña y que, por cierto, y al igual que sucede con los okupas[9], son bastante bien acogidos y protegidos por más de una administración local.

En este caso particular, parece que la financiación del atentado era de poca entidad y que la mayor parte de los costos sufragados provino de una cierta venta de oro y joyas sin conocer su procedencia o de sus bolsillos particulares, aunque no se descarta otro tipo de ayuda exterior.

Es también ciertamente peculiar, que estos “nuevos” terroristas yihadistas inicialmente ya no buscan inmolarse matando; buscan hacer el mayor daño posible y tratan de huir indemnes de sus fechorías. Ahora parece que, solo aceptan o buscan dicha muerte cuando ya no tienen más remedio al encontrarse rodeados o identificados y sin salida aparente. Igualmente, ya no suelen llevan armas de fuego, quizá porque sean más caras de obtener, fáciles de ser perseguidas por la traza que deja su adquisición o porque la persona que las va a utilizar precisa de una cierta instrucción y adiestramiento por lo que su aceptación a matar y la decisión para emplearlas necesita un mayor tiempo que un convencimiento o captación de última hora, con lo que se evitan los arrepentimientos.

El manejar personas no fichadas es altamente rentable porque no levantan sospechas en sus necesarios movimientos a Marruecos[10], Francia o Bélgica como ha demostrado que se han producido por varios de ellos en los meses, semanas y días anteriores al atentado. Dichos traslados obedecen a contactos exteriores en busca de apoyo o entrenamiento, posiblemente a cualquier tipo de financiación o para recibir instrucciones concretas sobre la forma, modo, lugar y fecha para actuar.

El sábado 19 se supo que España no iba a elevar su grado de alerta, pasándolo al nivel 5 porque, entre otras cosas no confesadas como tales, esto supondría el despliegue de las fuerzas armadas por las calles, plazas y puntos neurálgicos de nuestro territorio y, hay parte de este territorio nacional, que razones separatistas o recónditos y perversos sentimientos no quieren ver a nuestros soldados ni en pintura por considerarlos como una fuerza de ocupación. Al parecer, según opinión de algunos, que yo no comparto, no es este el momento de ofender sensibilidades en una tierra que está en pleno proceso de escisión[11] donde se les niega cualquier tipo de presencia incluso en actos de ocio, culturales o de divulgación. Así como, tampoco en el País Vasco de cumplida tradición anti militar. Además, ambas comunidades han declarado no aceptar las recomendaciones que procedan del Estado aunque estas sean tan elementales y certeras como blindar con bolardos o pesadas jardineras los lugares más populares para el tránsito de peatones en sus ciudades más importantes y atractivas para el turismo o el público en general.

Con respecto a la cooperación, trasferencia de datos y transparencia ente los mossos y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y el CNI, no tengo datos para apoyar o criticar las declaraciones ni la realidad al respecto. Las autoridades catalanas y del Estado se afanan en asegurarlo aunque, muchas fuentes, de diferente categoría, ponen en tela de juicio dicho trabajo en común o la clara y nítida cooperación. Quien lo anuncia y repite, en uno u otro sentido, sus razones tendrá para hacerlo. Pero lo que sí está claro, es que su existencia y realidad es imprescindible por el bien de todos.

Investigaciones y declaraciones posteriores a los hechos apuntan claramente a la responsabilidad del famoso y ya confirmado fallecido imán de Ripoll. Una persona fichada por droga y con múltiples contactos con yihadistas durante su estancia en la cárcel de Castellón; que campaba a sus anchas dentro y fuera de España sin ningún tipo de control especial, a pesar de haber sido repudiado hace meses por su propia comunidad y haber abandonado la dirección de su mezquita. Un hombre, del que se ha sabido que, además de cumplir su condena de varios años en prisión, fue condenado a ser extraditado, pero que gracias a las lagunas y resquicios de nuestro Código Penal y la bonanza de algunos jueces, sorteó dicha condena y estaba en situación de obtener la propia nacionalidad española. Sus habilidades eran tales que supo, sin levantar muchas sospechas, llegar y captar a un gran grupo de jóvenes que, eran amigos o hermanos entre sí y que les cambió totalmente su forma de pensar y actuar en tiempo record, incluso les hizo abandonar sus malos hábitos con respecto a volver a practicar su religión y repudiar el uso de las drogas y el alcohol.

Pero mi pregunta es que si ahora todos esos incrédulos familiares y vecinos alegan haber observado, durante meses, ciertos cambios anormales y que la propia comunidad musulmana había repudiado al imán por radical ¿Por qué no se supo nada por parte de las fuerzas policiales y de inteligencia de estos aspectos? Es seguro que la involucración de la comunidad musulmana para denunciar y tratar de evitar este tipo de actos es bien poca. Encubriendo u ocultando comportamientos alarmantes por un falso corporativismo, amiguismo o familiaridad, no se dan cuenta del mal que hacen a ellos mismos y a toda la humanidad.

De nada sirven luego las lágrimas y los signos de incredulidad. En Occidente, tras los atentados, nadie tiene miedo de salir en los medios y contar los avatares y descarríos de su hermano, hijo, sobrino o vecino; quien habiendo sido un buen chico hasta hace poco; de pronto, aparece como un malvado terrorista. Quizá la razón de ello sea porque saben, que a pesar de que se pueda generar cualquier brote mínimo de islamofobia, este será temporal, poco generalizado y porque en occidente, a diferencia de lo que ocurre en otros países como Israel, no se adoptan medidas contra las familias del terrorista. Por estas tierras, estos quedarán cubiertos, en su casa, sin problemas y hasta puede que sean merecedores de una mayor asistencia social de las que ya muchos, incluido alguno de los terroristas, disfrutaban.

No pretendo defender, en absoluto, lo que se hace en Israel, pero la comunidad musulmana, si de verdad quiere luchar contra esta lacra, si no quieren ser mirados con odio y encontrar ciertos problemas de convivencia pausada tras la multiplicación de estos actos; debe implicarse más en la lucha contra el terrorismo yihadista desde dentro de sus filas, no solo basta con repudiar a sus imanes descarriados; sino, que deben denunciar actos sospechosos a la policía; su certera y fundamentada opinión será de mucha utilidad.

Con respecto a la vivienda okupada y sede de la célula terrorista, una vez más salta a la palestra el grado de ineficacia de la Ley y la justicia ante este tipo de actos. Una vivienda unifamiliar, perteneciente a un banco, ha estado ocupada esporádicamente, sin ningún control ni denuncia durante seis meses a pesar de que en ella se realizaban tareas de almacenaje de material altamente explosivo en cantidades desproporcionadas (más de 100 bombonas de gas y acetileno).

Un hecho que tampoco debe pasar desapercibido para el manejo de la investigación posterior al ataque es la reciente concurrencia de cambios en las cúpulas policiales catalanas y del Estado y los consiguientes cambios en los escalones subordinados en momentos de mucho trasiego de turistas; grandes posibilidades de potenciales ataques terroristas espontáneos, coordinados o encadenados que nunca se pueden despreciar. Máxime, ahora que el EI puede estar ordenando movimientos o actividad al máximo como forma de contrarrestar sus fracasos militares en Siria e Iraq y, por último, no debemos pasar por alto, que encontrarnos muy cercanos al uno de octubre y las complicaciones que se pueden derivar del intento o puesta en práctica del conocido proceso en Cataluña a pesar de la firmeza y confianza en la aplicación de la justicia en defensa del orden constitucional.

El Pacto antiterrorista se ha celebrado el lunes 21 de agosto; aparte de la presencia de los tres partidos miembros parte del mismo PP, PSOE y Ciudadanos; Podemos ha continuado su postura en la misma posición de observación. La novedad para esta convocatoria es que se han presentado y por primera vez, aunque como observadores, el PdCAT, Esquerra Republicana de Cataluña (ambos en el gobierno de la Generalidad) y el PNV. Tan solo Bidu, no ha querido sumarse a dicha convocatoria; noticia, por otro lado, totalmente esperada. Es una pena que a pesar de que los actos terroristas y sus consecuencias estén todavía presentes en la retina de todos los españoles, los mencionados partidos mantengan una distancia muy alejada de la firme condena al terrorismo yihadista y solo aparecen a la hora de hacerse una foto sin adoptar ningún compromiso. No sé qué es lo que estos pretenden, pero, su diferencia y distanciamiento con la unánime repulsa de la ciudadanía puede ser un paso en falso.

A pesar de los grandes esfuerzos en la identificación de las víctimas y de la profesionalidad del personal forense, hemos vuelto a dar la misma imagen que se dio en Londres con la identificación de alguna de ellas. Un pobre niño australiano, que paseaba con su familia directa, fallecido en el acto, se ha tardado dos días en darle por fallecido por mucho que su fotografía y rasgos dieran la vuelta al mundo en una búsqueda desesperada y, oficialmente no se supiera nada de él.

No se debe olvidar que la finalidad última del EI es la desestabilización del orden institucional fuera de los territorios que controla en mayor o menor medida, atacar a los escasos valores que todavía sustentan las sociedades occidentales, crear el malestar entre los ciudadanos y sus dirigentes allí donde actúan y buscar reacciones entre aquellos que puedan poner en peligro la normal convivencia de los millones de musulmanes que viven alejados de sus países de origen, creando con ello un mejor caldo de cultivo en donde poder aumentar el número de adeptos a su causa.

No quisiera terminar este relato –basado en noticias y relatos de los medios- de unos hechos todavía no acabados o esclarecidos del todo, sin hacer una clara y positiva referencia a las reacciones individuales y colectivas de la población dentro y fuera de España. Hemos sido testigos de manifestaciones, concentraciones y todo tipo de gestos humanitarios y de convivencia que ponen de relieve el alto grado de civismo y cooperación de los ciudadanos de a pie, que sin seguir directivas ni premisas políticas, han sido capaces de sacar lo mejor y más positivo de sus mentes y corazones.

Mención aparte debe hacerse con el personal sanitario y de protección y cuerpo de bomberos, que estando de servicio o fuera de él, demostró su alto grado de preparación y predisposición para ayudar y salvar el mayor número de víctimas posible en momentos de gran trascendencia por la importancia de sus heridas traumáticas.

También, es de justicia remarcar el entusiasmo de los cuerpos policiales que aún siguen actuando en torno al tema; que a pesar de ocupar puestos en su grado o nivel más bajo o de base, son quienes han cumplido y siguen cumpliendo con sus obligaciones llegando incluso a doblar turnos o a renunciar a sus merecidas vacaciones por un alto sentido del deber y en la creencia de que aunque sus dirigentes y mandos tengan otras intenciones, ellos saben perfectamente que es lo que deben hacer.

Ahora, en atención a la multitud de datos, la escasez de tiempo para depurarlos y pidiendo disculpas por el error que pudieran contener algunas de las informaciones volcadas y recogidas de muchos medios, es el momento de que sean Vds. los que saquen sus propias conclusiones.

[1] Sustancias ambas que se llegaron a almacenar en grandes cantidades sin levantar sospechas a pesar de la dificultad aparente de conseguir dichas bombonas llenas sin entregar a cambio una vacía o por iniciar un nuevo contrato.

[2] Investigaciones y análisis realizados, al parecer, con posterioridad a los atentados terroristas indican la presencia de Triperóxido de Triacetona (TATP), un alto explosivo de fabricación casera más conocido como “la madre de Satán”, de mención muy común en los foros yihadistas y confirmada su utilización en otros atentados en Europa en Manchester o Bruselas

[3] Posteriormente se ha sabido que el camino seguido por el terrorista; cruzó a pie Barcelona -unos seis kilómetros- hasta llegar a la Universidad donde continuó con sus fechorías.

[4] Según algunas fuentes, el vehículo tiroteado no tenía ni un solo impacto de los diez tiros disparados desde dicho control.

[5] Por las informaciones dadas y por tener que soportar largas intervenciones en catalán y su posterior versión en español ante una audiencia nacional y extranjera que desconoce dicha lengua cooficial y cuando todos estábamos ávidos de conocer la realidad y el desarrollo de los hechos.

[6] Mossos no consideraron otra hipótesis que la de un accidente por acumulación de gas y, aparentemente, no lo comunicaron oficialmente a la Guardia Civil ni a la Policía Nacional. Tampoco les dejaron investigar, a pesar de que, según algunas fuentes, la Guardia Civil del puesto más cercano, se personó en el lugar del incidente tras la explosión. El ocupante de la casa que resultó herido, fue trasladado al hospital aunque no en calidad de detenido hasta pasadas muchas horas más.

[7] Característica esta de aparición y repetición reciente, que no tiene más que alguna de las siguientes justificaciones: que sea fruto de una escasez de medios o conocimientos reales para su fabricación, crear una efímera ola de terror inicial o que su muerte como mártir sea certera por la amenaza que dicho aparente cinturón explosivo representa.

[8]No sé si tendrían vetada las ventas en el lugar, pero lo cierto, es que ninguno de ellos tenía desplegado su “escaparate” en el momento y lugar del atentado.

[9] Conviene recordar que la célula gozaba de plena impunidad en Alcanar al ser considerados unos “pobres” okupas más.

[10] País del que proceden cuatro de cada diez yihadistas y donde se viene practicando una incomprensible política bastante permisiva con ellos. Se sabe, que para el próximo sábado, está previsto el indulto de 15 condenados salafistas por el Rey de Marruecos, Mohamed VI.

[11] Ni siquiera este acto cruento en el que España entera ha mostrado todo su cariño, comprensión, solidaridad y apoyo con los conciudadanos españoles en Cataluña, sus dirigentes han dejado de usar el foco mediático para lanzar soflamas en pro de su llamado proceso de desconexión. El propio Presidente catalán declaró que no iba a cambiar su hoja de ruta al respecto, el Consejero de Interior hizo distinciones entre las bajas citando textualmente a dos catalanes y otros dos españoles y el mal llamado Ministro de Exteriores hizo gala de ser tal reuniéndose con verdaderos Ministros de Exteriores extranjeros que contaban con víctimas en el atentado; cosa que la prensa catalana ha dado pábulo y amplia propaganda. La falta de asistencia a tiempo de su comienzo a la misa funeral oficial de Estado y declaraciones posteriores de grupos extremistas y separatistas como la CUP y otros oponiéndose a la presencia del Rey Felipe VI en actos y manifestaciones de repulsa son otras pruebas de ello.