¡¡ALLÁ VAMOS!!

 


F. Javier Blasco, coronel (r)

22 de octubre de 2025

 

Hace muy pocas fechas que el mundo ha sido testigo, casi mudo y completamente atónico, de la celebración de una serie de reuniones, con una gran parada militar incluida entre ellas, de tres de los cuatro países más potentes en materia militar y tecnológica mundial (Rusia, Corea del Norte y la India) y dos ellas situadas entre las cinco primeras potencias económicas del mundo actual.

Aquella reunión, teñida de tintes de gran alianza y que jamás podía haber sido pensada hasta los días en los que se hizo patente, debería haber sido más que suficiente para ponernos a temblar. A temblar, no solo por las capacidades militares y nucleares que representan tales potencias juntas, que suponen un 40% de la población del globo, sino por las mismas palabras que se captaron gracias a un micrófono abierto, en las que sus tres mandatarios bromeaban mientras paseaban, sobre la posibilidad de perpetuarse sobre la tierra hasta bien pasados los 150 años de edad.

Sin embargo, no ocurrió nada, el resto del mundo siguió con el desarrollo y evolución de los conflictos de baja o media intensidad en los que se encuentran y el Tío Sam en lanzar mensajes incoherentes y de difícil cumplimento para solucionar problemas ya muy enquistados o con la finalidad de manejar a su antojo, los dichosos aranceles con los que tiene liados y de cabeza a todas las economías mundiales, aunque con diverso grado de implicación y peligrosidad.

Parecía que nada nuevo podía ocurrir y hasta los más intrépidos o desnortados siguieron lanzando sus discursos baratos o bravatas contra sus vecinos o el nuevo ‘enemigo mundial’ (Israel) al que ya abiertamente, muchos indocumentados acusan o tildan de puro ‘genocida’.

La UE, que ni está ni se le espera, con la dubitativa e ineficaz presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen a la cabeza, sigue a su ritmo con la maquinita de imprimir dinero para préstamos con la finalidad de tratar de cubrir impagables deudas económicas, fruto de nuestra mala cabeza presente o pasada, o de vergonzosos despilfarros por gobiernos irresponsables; y ahora, no bastando con ello, aparece en juego otro nuevo increíble monto de miles de millones para poder afrontar la ya cada vez más que necesaria y urgente compra de material militar e inversiones en infraestructuras de defensa. Ocasión o circunstancia, otra vez desaprovechada por España, país que, por aquello de hacerse el pijo progre y amigo de sus peores enemigos, solo ha solicitado mil millones de euros, situándonos en el segundo vagón de cola, cuando cualquier país de nuestro entorno y hasta con muy menores necesidades de compras, ha solicitado varios cientos de miles de millones.

Por su parte, la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, culpa de ineficacia al sistema de aprobación de las decisiones por dar la sensación de arraigada inactividad de Europa frente a la guerra en Gaza. Hecho que lo ha acaba de poner de manifiesto en unas duras declaraciones en las que deja con el calzón bajado a su ínclito predecesor, Borrell en su pésimo papel en dicho conflicto, y no dudó en ser muy crítica con la actuación que tuvieron respecto a la guerra que enfrenta a Israel y Hamás en Gaza sus predecesores en el cargo, con especial mención y relevancia negativa del último de ellos.

En medio de todo este casino (palabra empleada en el sentido literal en italiano) al déspota Putin, a la vista de que no ocurría ninguna reacción de importancia ante la puesta de largo de su nuevo triunvirato, se le ocurrió remover algo más el saco de los ratones y lanza diez y nueve o veinte drones a estrellarse en Polonia tras hacer un recorrido de mas de doscientos kilómetros hasta el punto de impacto.

Hecho que debe ser calificado de agresión por parte de la OTAN y más que suficiente como para invocar el artículo quinto del Tratado de la Alianza que hace referencia a la defensa colectiva del territorio OTAN cuando alguno de sus miembros se sienta atacado.

Artículo, que literalmente dice "Las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas y, en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva, reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, asistirá a la Parte o Partes así atacadas, adoptando seguidamente, individualmente y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer y mantener la seguridad en la región del Atlántico Norte".

Pero en lugar de eso, solo se invocó el artículo cuarto de dicho Tratado, que literalmente dice que “los aliados se consultarán siempre que, a juicio de alguno de ellos, su integridad territorial, independencia política o seguridad se vea amenazada”. En otras palabras, una reacción muy tibia por parte de la Alianza por muchas frases tan explicitas y conducentes a engaño, o por lo menos de falsas esperanzas, por parte de Trump y que dan título a este trabajo.

En función de lo adoptado, la mayoría de los representantes de los países miembros se pusieron en contacto en una reunión de urgencia para ver posibles pasos a dar en su día si las cosas van a más. Reunión o encuentro virtual o real a la que, como ya viene siendo tradicional, nuestro poco fiable presidente del gobierno, tampoco fue invitado, poniendo de manifiesto y subrayando que ya no cuentan con la España de Sánchez para temas de trascendencia y que en la arena internacional las chulerías y los desplantes individuales o colectivos, siempre se acaban pagando.

En las últimas horas se habla de posibles reuniones más reposadas, pero, inicialmente algo más contundentes por parte de la Alianza para mostrar una postura enérgica y común con la que parar o, al menos aplacar, los escarceos de Putin con algo tan trascendente como puede ser el inicio de una tercera guerra mundial, tal y como algunos ya anuncian o temen seriamente y en la que se pudieran ver implicados los ‘nuevos aliados’ de Rusia anteriormente mencionados.

Personalmente, y dadas nuestras escuálidas capacidades, creo que no va a ocurrir nada trascendental, salvo anuncios graves por parte de los aliados para tratar de arrancar, alguna excusa de Putin o al menos, promesas formales de que ha sido un accidente pero que no tiene visos de que vuelva a ocurrir. El tiempo nos lo dirá. No me gustaría equivocarme en este juicio y valoración de urgencia.