MUCHO RUIDO, MAS HUMO Y POCAS NUCES. NADA NUEVO SOBRE EL HORIZONTE

F. Javier Blasco; Coronel en la Reserva

2 de abril de 2016

Esta sema hemos sido testigos de la tan cacareada IV Cumbre Internacional para la Seguridad Nuclear auspiciada por el Presidente de EEUU, Barack Obama en su propio país; incluso se le ha reprochado al Presidente Rajoy su no asistencia a ella.

Hay que decir que estas cumbres partieron de una iniciativa del mismo Obama al principio de su primer mandato tras pronunciar su famoso discurso de Praga en abril de 2009 en el que mostró su sueño y deseo de alcanzar un mundo sin armas nucleares.

Los golpes de efecto del líder norteamericano son famosos y cada vez más continuados y cortos en el tiempo y en el espacio. Da la sensación de que quiera romper con la tradición conocida en EEUU como “el Pato Cojo”. Denominación esta que se atribuye al último año de mandato de sus presidentes al final de su segundo y último periodo presidencial y por el que, normalmente, estos limitan mucho sus actividades legislativas y su presencia en la arena internacional a fin de dejar expedita la capacidad de introducción y aplicación de las políticas del nuevo mandatario al convertirse en el siguiente líder del orden mundial.

No, Obama insiste en dar golpes de efecto y trata de presentar al mundo constantemente sus logros en todo tipo de materias y sobre todo, en hacer valer su Premio Nobel de la Paz otorgado a finales de 2009. No ha dudado, entre otras cosas, en cerrar, aunque haya sido totalmente en falso, los conflictos en Afganistán e Iraq con las secuelas que ambos han reportado al mundo y fundamentalmente a las propias zonas en conflicto; ha forzado un acuerdo nuclear con Irán, que en realidad solo ha supuesto un corto aplazamiento en el tiempo para que dicho país, pueda realizar “legalmente” sus investigaciones y desarrollos en materia nuclear y en misiles de largo alcance; ha abierto la puerta a la “colaboración y el entendimiento” con Cuba aunque Fidel Castro haya despreciado públicamente su ayuda; ha llegado a bailar un tango para demostrar su acercamiento a Argentina; busca el acercamiento con Rusia y China en varios frentes; pretende liderar la lucha contra el autodenominado Estado Islámico (ISIS en inglés) sin demasiada implicación sobre el terreno, al contrario de lo que están haciendo los rusos en Palmira (Siria) y, ha celebrado hasta cuatro cumbres sobre la Seguridad Nuclear en solo seis años.

Si bien es cierto que todos los mencionados esfuerzos o gestos y, algunos más que dejo en el tintero, han podido ser causa de interesados elogios de carácter interno o mundial, los resultados de todos ellos, son mucho más humo que otra cosa. La mayoría dejan bastante de desear y algunos se orientan más hacia su público interno o a un más largo plazo que a la requerida, rápida y eficaz solución de los mismos.

Ahora, aprovechando que el famoso líder Kim Jong-un está tratando de marear de nuevo al mundo con amenazas más o menos fundadas sobre las capacidades alcanzadas con la posible reducción de sus cabezas nucleares para que tengan cabida en sus misiles de largo alcance y que el ISIS acaba de sembrar de nuevo el caos en Europa, aderezado por los alarmantes anuncios internacionales de que los yihadistas están tratando de encontrar material nuclear para perpetrar mayores fechorías, ha tomado las riendas de esta IV Cumbre sobre Seguridad Nuclear poniendo sobre el tapete fundamentalmente estos temas .

Con respecto al ISIS, hace meses el «National Risk Register of Civil Emergencie» del Gobierno de Reino Unido advirtió sobre esta capacidad y, posteriormente, tras los atentados de París el propio Primer Ministro francés, el Sr. Valls, levantó la alarma sobre dicha posibilidad dándola por más que cierta. Luego ha sido el Parlamento Europeo quien advirtió hace unos días que el grupo terrorista puede estar planeando atentar con armas químicas, radiológicas, biológicas y nucleares en suelo europeo y quién recomendó que los Estados miembros deberían mantenerse «en alerta» ante la probabilidad de que esto ocurra. Por último, ciertas informaciones obtenidas sobre determinadas actividades en Bélgica para obtener inteligencia sobre científicos nucleares, e incluso la substracción de una tarjeta de identificación de un alto responsable de una de sus centrales, han sido los ingredientes más que suficientes para dar pábulo a dichas ideas y crear una psicosis colectiva de un riesgo inminente, que a todas luces es, por el momento, un tanto exagerado.

La creación de una bomba nuclear no es tarea tan sencilla como se pretende aparentar, su inclusión en vectores de lanzamiento y llevar a cabo una explosión controlada de la misma son tareas mucho más complejas que lo anterior y, pensar que todo esto está al alcance de cualquiera, es cuanto menos, algo precipitado.

La verdad es que la Señora Laura Holgate, responsable del departamento de Armas de Destrucción Masiva (ADM) en el Consejo de Seguridad nacional norteamericano, anunció en una rueda de prensa previa a la Cumbre, que EEUU no tiene constancia de que ningún grupo terrorista haya adquirido materiales nucleares hasta la fecha.

Por otro lado, lo único que se sabe a ciencia cierta es que el ISIS ha usado pequeñas cantidades de Armas Químicas tanto en Siria como en Iraq; pero lo más seguro, es que estas puedan proceder de depósitos sirios no declarados durante su “oficial desmantelamiento” hace dos años y también muy aireado por los norteamericanos.

Los muchos dispositivos nucleares existentes en el mundo, de momento, siguen a bastante buen recaudo y en los últimos años se han mejorado grandemente las capacidades de control y seguridad de las instalaciones de almacenaje en Pakistán quienes, durante mucho tiempo, fueron causa de una enorme preocupación internacional por los fallos detectados sobre ellos y su seguridad.

Bien es cierto, que existe mucho material radioactivo fuera de las armas nucleares, diversas fuentes lo estiman en unas 2.000 toneladas repartidas en instalaciones civiles y militares por todo el mundo con el suficiente grado de enriquecimiento para que, tras determinadas y necesarias transformaciones, se pudieran convertir en muchos miles de armas nucleares; pero la verdad es que esto no se hace de forma automática o rápidamente.

Se pude afirmar a que todo apunta a que el interés real de esta cumbre se ha centrado en evitar que parte de este material pudiera caer en manos de terroristas. Principalmente, porque algunos de sus lugares de almacenamiento aún continúan sin ser lo suficientemente seguros o completamente controlados en función de las normas internacionales.

Está bien que se alerte de ello, pero, no es ninguna novedad, este tema ha estado sobre la mesa de cualquier foro en materia de seguridad y limitación nuclear desde hace muchos años y hay que decir que a fuerza de repetirlo y tras grandes inversiones bastante se ha logrado en los temas de seguridad y en la degradación de gran parte del material nuclear obsoleto o desechable.

La no asistencia de bastantes grandes líderes mundiales y fundamentalmente del Presidente Vladimir Putin a esta Cumbre, cuando Rusia es el país que posee el mayor número de estas armas, es un importante elemento de juicio de la escasa repercusión e importancia de la misma. El que no se haya fijado fecha para continuar con estas reuniones tras el cese de Obama es otro motivo más para poder considerar que, en realidad, estas cumbres no han aportado mucho valor añadido, no han logrado grandes supresiones de material nuclear y bien podríamos pensar, que en realidad, han sido un elemento más de propaganda de la actual Administración norteamericana y principalmente de su Presidente.

No se ha conseguido avanzar nada o casi nada en materia de reducción de las cabezas existentes hasta llegar a la supresión total de estas armas como se anhelaba y proclamaba; los poseedores oficiales de ellas, no están por la labor, al contrario, se tiene conocimiento de que los dos principales entre ellos, Rusia y EEUU están invirtiendo grandes sumas de dinero en mejorar y actualizar sus arsenales nucleares y puede que China también lo esté haciendo.

Escenario y momento de la IV Cumbre. Alex Brandon AP.

Había que dar un buen golpe de efecto en la última Cumbre de este tipo bajo la egida de Obama y que mejor ocasión que aprovechar el extendido y, a veces, exagerado miedo al ISIS y sus apetencias en este tema. Aunque, será positivo que se avance, tal como se refleja en sus conclusiones, en el intercambio de información al respecto. Cosa esta, que como en todo intercambio de inteligencia, es bien conocido que es harto difícil de conseguir. De momento, y tal como se ha comprobado recientemente, no somos capaces de pasarnos informaciones en tiempo y forma sobre las personas y, por ello, resulta más difícil pensar que lo seremos sobre este tipo de materiales mucho más peligrosos.

Estas informaciones son muy difíciles de conseguir y su difusión a los cuatro vientos puede poner en peligro bastas y amplias redes de información, colaboración e inteligencia; por lo que es bastante acertado pensar que se siga en el mutismo y en la contención de la información hasta que sea preciso.

La responsabilidad sobre la seguridad de los elementos nucleares y de sus depósitos corre a cargo de las autoridades y legislaciones nacionales aunque estas sigan unos preceptos internacionales marcados por las propias NNUU, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y otros organismos internacionales. Meterse en dichas legislaciones y responsabilidades nacionales exige una elevada cantidad y calidad de pruebas para que se pueda justificar dicha intromisión; y esto, no siempre es fácil de obtener.

Corea del Norte lleva muchos años con su programa nuclear, todos somos conscientes de ello porque un programa de este tipo requiere aparte de grandes instalaciones e inversiones, de los necesarios ensayos y pruebas que gracias a los sistemas de seguridad mundial, son fácilmente detectables. A pesar de tener millones de ojos y todo tipo de sistemas de observación sobre dicho país y de haber realizado hasta cuatro pruebas nucleares subterráneas, la última el pasado 6 de enero del presente año, la Comunidad Internacional aún no es capaz de asegurar que dicho país se encuentre en disposición de emplearla de forma efectiva.

Como buena noticia sobre dicho país se puede resaltar y valorar el incipiente compromiso de China, principal valedor y defensor de Corea del Norte en todo tipo de conflictos, para reducir sus apoyos a estos y cierta predisposición a aprobar algún tipo de medida coercitiva sobre el mismo si aquel continúa por el camino de la amenaza en la zona o allende los mares. Aunque dichos apoyos sean más que interesados para evitar que las grandes potencias en la zona multipliquen sus esfuerzos en mejorar sus capacidades militares; cosa, que no interesa nada a China en estos momentos de su expansión económica, militar y territorial.

Provocar un accidente en una central nuclear es una posibilidad que siempre ha existido y por ello, es ahora muy importante que se exijan mayores y mejores medidas de seguridad sobre dicho tipo de instalaciones y sobre su personal para evitar que se favorezca la entrada a grupos terroristas en ellas y que estos sean capaces de provocar cualquier tipo de accidentes. Pero esta situación tampoco es nueva, lleva muchos, muchos años sobre el tapete de la seguridad de estos centros y dista mucho de ser considerado como la capacidad de empleo de armas nucleares por los terroristas. Aunque, puede que esta "nueva preocupación" impulse la concienciación de la necesidad de nuevas y más restrictivas medidas sobre estas y su personal.

Por último, aunque no menos importante, conviene decir y recordar que el know how sobre estas armas es bastante amplio y algunos países musulmanes lo poseen y aunque ello no deba significar su transferencia automática a los grupos yihadistas, siempre existirá la posibilidad de que alguien de aquellos países, íntimamente ligado a los terroristas, lo haga sin el menor escrúpulo por ello. Es por tanto, perentoria la necesidad de que dichos países extremen sus precauciones y sea sobre ellos donde más actúen los medios y servicios de inteligencia internacionales.

Lo dicho, mucho ruido, más humo y nada "nuevo" sobre el horizonte.