A VUELTAS CON LO DE TRUMP

F. Javier Blasco, Coronel en la Reserva

9 de enero de 2017

El pasado 10 de noviembre, nada más conocerse los resultados de las elecciones en EEUU, publiqué un trabajo[1] en el que traté de reflejar, a mí entender, el porqué del triunfo de Donald Trump en dichos comicios. Trabajo que presenté como resultado de un análisis de los factores que pudieron influir en favor y en contra de cada uno de los dos candidatos y aspirantes a la presidencia de dicho país.

Pienso que en él quedaron bien patentes las razones y motivos por los que la balanza se inclinó a favor de Trump en detrimento de Hillary Clinton, los errores y los aciertos que ambos cometieron en la larga campaña presidencial y las motivaciones que posiblemente llevaron a los norteamericanos a dar su voto y confianza a quién debe llevar las riendas del, todavía, más poderoso país del mundo.

En EEUU sus habitantes suelen aceptar democráticamente los resultados de la mayoría de los comicios electorales; están acostumbrados a la alternancia de los dos partidos clave, y casi únicos, en liza y suelen sobrellevar con dignidad tanto las victorias como las derrotas. Saben que su espíritu crítico es lo suficientemente grande y capaz para cambiar el sentido de su voto en función de cómo haya transcurrido el mandato del personaje electo y, muchos, una gran mayoría, no dudan en cambiarlo si no se encuentran satisfechos con las políticas desarrolladas por él o por las características y programa del nuevo aspirante al puesto aunque este no sea de su partido.

Como todos sabemos, estos no son partidos políticos monolíticos a la usanza europea y a la hora de las elecciones se nutren de personas y recursos en función de sus seguidores, de los programas de los aspirantes y los apoyos económicos que estos reciben. Las personas elegidas para cada puesto tienen plena libertad de opinión y voto y, por ello, su pertenencia al mismo partido no garantiza un seguimiento a ojos cerrados de las decisiones de sus líderes por lo que cada votación en la Cámara de Representantes y Senado debe ganarse a pulso y por convencimiento con lo propuesto.

A pesar de todo lo dicho, esta vez y por primera en mucho tiempo de forma tan patente, los perdedores no han estado de acuerdo con el resultado de las urnas y el sistema de asignación de escaños para votar y elegir finalmente. El Presidente saliente, Obama, desde un principio no ha sabido ni podido digerir la derrota de su delfina y su cólera y odio hacia el triunfador se han hecho más que recalcitrantes. Un hombre que se ha caracterizado por las buenas y pacifistas maneras, que ha llevado a su país a la firma e impulso de acuerdos difíciles de digerir incluso para los norteamericanos y, que hasta fue merecedor del galardón como Premio Nobel de la Paz al principio de su primer mandato, ha sacado a la luz lo peor de su carácter y personalidad ante una derrota más que justificada por razones bastante obvias y que quedaron patentes en mi anterior trabajo.

No ha aceptado la derrota de su partido, de su elegida a sucederle y sobre todo de su implicación personal y familiar en el proceso electoral. Al parecer, su carácter no es tan benévolo como aparenta, no resiste un no o una derrota sin más y trata de buscar los tres pies al gato para justificar que esta no ha sido tal sino como resultado de un complot interno y externo que se ha involucrado y mucho en dicho proceso; tanto, que haya podido decantar desfavorablemente su predecible triunfo.

Casi desde el día siguiente de la confirmación de los resultados, a mediados de noviembre, no ha cesado de buscar motivos y razones por las que poder impugnar los mismos y todo apunta a que a falta de otras razones, ahora le toca a la conocida como implicación rusa en el hackeo y publicación del mal uso de unos mensajes de la candidata en y desde su partido que trataban sobre temas de seguridad nacional y ciertas “patrañas” sobre determinados enlaces y trapicheos de tipo económico de la Sra. Clinton con parte del establishment y la jet bursátil.

En otras palabras, que Putin amplificó las historias sobre “aparentes” escándalos acerca de la ex Secretaria de Estado Clinton y transfirió documentos hackeados a WikiLeaks durante la campaña electoral para hacerla daño, a pesar de que el fundador de dicha organización, Julián Assange, no cesa en repetir que los mensajes publicados por su organización no se han recibido de manos rusas.

A finales de la semana pasada se ha conocido el contenido de un informe no clasificado editado por la llamada comunidad de inteligencia de EEUU (CIA, NSA y el FBI) en relación con la supuesta participación de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016. En dicho informe se pone de manifiesto el interés de Putin en entrar en la campaña con la única intención de favorecer el triunfo de Trump contra las aspiraciones de Clinton y que la mejor forma de hacerlo era a base de una auténtica campaña de desprestigio de esta a todos los niveles posibles. Que para publicar los documentos obtenidos por los servicios de inteligencia rusos se traspasaron a WikiLeaks por gozar dicha organización de bastante credibilidad entre la opinión pública.

Para dicha comunidad de inteligencia, aunque no es altamente probable, sí que guarda cierto grado de credibilidad, que esto fuera cierto y a su entender las razones de ello se deben a que, con mucha probabilidad, la Sra. Clinton hubiera practicado una política muy continuista y similar a la que dirigió en sus cuatro años como Secretaria de Estado (2009-2013) siendo la voz e imagen de Obama en política exterior y mostrarse muy partidaria de la misma.

En definitiva, y como hecho más relevante del informe aparece que EEUU no debe implicarse de lleno en la lucha contra el terrorismo del autodenominado Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) ya que según consta literalmente en dicho informe: «Moscú también vio la elección del presidente electo Trump como una manera de forjar una coalición internacional contra el terrorismo dirigida con el Estado Islámico»[2].

Rusia, por razones muy personales y de seguridad nacional está decidida a acabar cuanto antes con el ISIS, sus seguidores y principalmente con los combatientes procedentes de zonas de su interés e influencia a fin de evitar males mayores y directos el día de mañana. Además, saben que una coalición internacional verdaderamente efectiva y realmente implicada en el terreno, nunca sería posible con unos EEUU liderados por Clinton y muy probablemente si lo sería con Trump.

Una vez más, los servicios de inteligencia norteamericanos en su conjunto, no se han dado cuenta de su error al hacer público dicho informe colectivo; si esa fuera la verdadera razón de la implicación rusa en el proceso, la cosa tiene mucha más miga de lo que parece. Porque, ha sido la participación rusa en Siria la que ha inclinado de verdad la balanza en la lucha contra el ISIS en dichas tierras; son los rusos los que le están haciendo retroceder y causado numerosas bajas entre sus filas y no otro tipo de coaliciones por mucho colorido y propaganda que se le dé en el ambiente internacional. Los norteamericanos, se han implicado mucho más en pretender derrocar a Al asad al forjar y nutrir lo que paradójicamente ellos mismos denominaron “los rebeldes moderados” que a luchar contra el ISIS en dichas tierras. Serán los rusos, y solo ellos, los que zanjen definitivamente el tema sirio e impongan las condiciones finales.

Putin, por muchas y diversas razones, está decidido a combatir esta lacra que asola muchas tierras y amenaza al mundo desde 2014; el resto EEUU, la OTAN y la UE juegan a un quiero y no puedo, a un aparentar y un muy poco actuar con eficiencia. Pero, sabe que los rusos solos no lo pueden llevar a cabo hasta el final; necesitan el concurso internacional y especialmente el de EEUU en esta tarea, ya que consideran al resto como meros peones en el tablero del ajedrez, que valen para poco, estorban y pesan mucho menos.

Otro error de bulto es insistir en demostrar que Putin ha estado decidido a implicarse en su proceso electoral interno, como si esto fuera una novedad o una tropelía jamás vista. Yo me pregunto, ¿acaso no es una práctica más que habitual entre los llamados países y alianzas occidentales? ¿No se ha intervenido en derrocar gobiernos como recientemente los de Sadam Husein, Gadafi o Al asad entre otros muchos o en crear conflictos como las llamadas primaveras árabes? ¿En apoyar la creación de partidos políticos inexistentes o residuales como el propio PSOE en España o, más recientemente los diversos partidos populistas de diverso corte y tendencia?

Claro que sí, estas prácticas siempre han estado a la orden del día y es precisamente EEUU el que cuenta con un Doctorado Cum Laude en estas materias. Desde hace más de un siglo son verdaderos expertos en intervenir, derrocar gobiernos o crear conflictos allá donde les interesa y ahora, se quejan de que alguien externo a ellos se meta en las cosas de su casa. Increíble, pero cierto.

Por último en esta serie de errores sobre el tema; han obviado que lo importante de esto no es quien haya adquirido o filtrado los mensajes comprometedores; lo más grave y, me atrevo a decir que hasta podría ser delictivo, es que estos se hayan producido y lanzado de forma y con métodos totalmente irregulares. Otra vez, como viene siendo una práctica habitual y muy peligrosa, se viene a poner el foco y a culpar al mensajero y no se va al fondo e importancia del hecho denunciado.

Obama está malgastando sus últimos días, habitualmente de suave transición y buenas maneras y prácticas, en poner en marcha el ventilador esparciendo porquería por doquier, sin darse cuenta de que esta le puede salpicar y siendo totalmente inconsciente de que esto solo le sirve para poner de manifiesto su incapacidad para evitar que estas “graves” cosas hayan ocurrido bajo su mandato sin ser capaz de evitarlo y mucho menos de preverlo. Para colmo, ayer anunció que infravaloró las capacidades de los rusos para realizar dichos espionajes y sobre la posibilidad de influencia de los mismos en el proceso electoral. Un muy grave error para aquel que arbitra la situación mundial en un entorno en el que la ciberguerra es una de las principales herramientas.

En su alocada carrera de desprestigio y lucha de golpes bajos contra Putin, no hace más que aplicar medidas coercitivas y restrictivas contra Rusia. Muy lejanos quedan aquellos años de su primer mandato cuando anunciaba su famoso “reset” con Rusia para poner fin a los malos momentos de relación vividos con ellos en los últimos meses de su predecesor en la Casa Blanca.

Al contrario, le está poniendo palos en las ruedas y sembrando el camino de minas a su sucesor sin importarle el costo que pueda suponer para EEUU volver a restablecer unas relaciones “de normalidad” con su eterno rival Rusia y compensar las capacidades y amenazas de este. Menos mal, que parece que Putin lo está tomando como resultado de una especie de pataleta sin consecuencias al saber que le quedan solo diez días para dejar de enredar desde la Casa Blanca. Incluso, hasta se ríe de él y califica de alocadas las ideas vertidas en el susodicho informe de la inteligencia norteamericana.

Imagen de ambos durante su primer encuentro, basta con verles la cara que ponen

Es tiempo de que dicho señor se calle, que deje a su sucesor hacer las cosas como le corresponda o entienda que debe hacer y que, por el bien de su país y la paz mundial, evite lanzar declaraciones que no sirven de nada salvo para enturbiar unas tradicionalmente tensas y difíciles relaciones entre Rusia y EEUU.

No hay que desdeñar que, de manera muy llamativa, la comunidad de inteligencia norteamericana se libra muy mucho en su informe de emitir un juicio sobre la influencia real de la injerencia rusa en los resultados definitivos de las mencionadas elecciones ya que explícitamente afirma: «no realizamos afirmación respecto al impacto que las actividades rusas tuvieron en el resultado de la elección de 2016. La Comunidad de inteligencia de EEUU está encargada de la monitorización y evaluación de las intenciones, capacidades y acciones de los actores extranjeros; no analiza los procesos políticos de EEUU o la opinión pública en ellos».

En cualquier caso, no es bueno emperrarse en este tema como única agarradera para justificar una mala o pésima política en sus mandatos y una horrenda previsión electoral. Este hecho, ya está sirviendo de ejemplo para poner la venda antes de la herida en otros países como en Francia donde los que se saben perdedores ya achacan a un posible caso de hackeo los previsibles malos resultados electorales en los próximos comicios.

Ya tendremos tiempo de averiguar si las políticas y alianzas que establezca Trump con Putin o contra él serán buenas o perjudiciales para EEUU y para el resto del mundo. Hay mucho por hacer y, entre las varias nuevas y viejas tendencias y amenazas globales o regionales que se deberán tratar en los próximos años, aparte del ISIS, hay un tema sobre la mesa del que hoy en día, casi nadie habla; el futuro de Afganistán.

Un país que se está complicando y radicalizando en demasía, que ha sido y sigue siendo foco y base de muchos de los males que hoy nos acosan a todos y donde ambos, rusos y norteamericanos, tras muchos esfuerzos, inversiones y miles de bajas fracasaron en combatir allí y por separado al terrorismo y sus fantasmas en diversas facetas. Puede que haya llegado la hora, de dejarse de tretas, traiciones y artimañas sobre el tema y lugar y, que unidos se pongan a la tarea de forma conjunta y combinada para cerrar un sangrante conflicto que lleva muchos años abierto y sin un futuro cierto.

Amanece un nuevo año y por desgracia, estará lleno de problemas y retos para lo que queda de Europa tras el Brexit británico; por ello, deberá ser mucho más proactiva y dejar de mirarse al ombligo; corren los tiempos en que ninguno de los dos poderosos estará dispuesto a sacarnos las castañas del fuego; más bien al contrario. Tras los próximos comicios electorales en Francia y Alemania, será el momento de empezar a tomarse las cosas en serio y de otra forma. España e Italia también, si esta sale de su atolladero, están llamadas a jugar un papel importante y deberemos estar preparados para ello, ya no vale seguir viajando en los furgones de cola, mirando el paisaje y sin preocuparnos de otra cosa.

[1] https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/analisis-preliminar-del-triunfo-de-trump

[2] http://www.larazon.es/internacional/articulo-OC14258035