ESPAÑA ¿EN PELIGO O YA SE HA RENDIDO?


F. Javier Blasco, coronel (r)

8 de abril de 2022

Cuando en un acto protocolario, y máxime si es de especial relevancia, se iza una bandera de manera diferente a la ordinaria, se debe tener en cuenta que, con dicho hecho -que parece nimio, pero no lo es- se puede faltar al respeto al país en cuestión o a los representados en aquel bajo dicha bandera.

De ahí la importancia de los encargados del protocolo en cuidar al máximo los detalles en la decoración, situación y del adecuado empleo y distribución de los ornamentos que complementan el escenario elegido.

Al izar la bandera boca abajo, claramente se transgrede el significado original de la enseña para dar paso al entendimiento o señalización de otro, muy diferente y de suma importancia. Hecho, con el que claramente, a nivel internacional, se corre el riesgo de llegar a interpretarse como una falta grave.

En tiempos de paz, izar una bandera al revés por personal ajeno al país representado, puede ser considerado como un insulto, aunque, por otro lado, en sentido contrario, se interpreta, que cuando este hecho se realiza por los propios implicados, puede ser debido a una forma de enviar un mensaje de petición de ayuda por estar gravemente amenazados o en contacto agresivo por fuerzas o personas indeseables.

En caso de conflicto bélico, se considera como sinónimo de rendición o también como una llamada de necesidad o auxilio al ser víctimas de una invasión o estar bajo el gobierno de agentes que no les representan y les gobiernan por la fuerza.

A este respecto, son muchos los ejemplos pretéritos de actos de izado de banderas al revés en fortalezas o buques para mandar señales de auxilio por amotinamiento, secuestro o terrorismo. Al hacerlo de ese modo, en muchos casos, se trata de evitar que las fuerzas que acudan en su auxilio, caigan en emboscadas si es que lo hacen de forma precipitada.

En cualquier caso, cuando una bandera es izada al revés el mensaje que transmite no es casual, ya que siempre está relacionado con el desastre o la petición de amparo: declaración de rendición ante el enemigo, solicitud de auxilio o incluso, algunos autores, lo identifican con cierto tipo de protesta.

Considero preciso insistir en que los servicios diplomáticos deben cuidar mucho los actos de protocolo y las simbologías del ambiente que acompaña, sostiene y encierra una cumbre, un encuentro bilateral o un acto protocolario de una comida o cena que acompaña o pone el broche final a dichos eventos.

Nada puede quedar al azar o al albur de unos simples empleados, generalmente poco conocedores de los usos y costumbres diplomáticas ni de las de los países representados en la reuniones o actos protocolarios que se llevan a cabo. Razón, por la que el escenario debe ser previamente revisado por expertos en ello, e incluso, hasta es admitido que, por la parte asistente o invitada al acto, se repasen conjuntamente con los encargados del país anfitrión todos los detalles, hasta los más mínimos, para no dar lugar a malos entendidos u ofensas que puedan llevar al traste la finalidad de dicho acto.

No es la primera vez que Marruecos manda mensajes claros o de tipo subliminal a España cuando invita a lideres socialistas, sean o no presidentes del gobierno. Zapatero se comió un marrón bien gordo, que ahora y no por casualidad, culmina con el reconocimiento del viejo plan de Marruecos con respecto al futuro del Sahara.

Aquel mapa que tuvo enfrente Zapatero sin rechistar ni pestañear, no solo hablaba de esto, sino, además las islas Canarias, Ceuta y Melilla, estaban incluidas en territorio marroquí sin anestesia no complejos. No se protestó oficialmente por aquello y de tales polvos, empiezan a aparecer parte de sus lodos.

Sánchez, de forma personalísima dentro de España, extraña o espuriamente; influido o no por EEUU y parte de los aliados de la UE, ha tomado una grave decisión, con la particularidad de que el mismo día que la materializaba con su visita al Rey de Marruecos, las cortes españolas, con su Parlamento en pleno, la rechazaron de forma inequívoca; pero a pesar de ello, ha seguido adelante, sin importarle, como suele ocurrir en él, lo que digan los demás.

Es una persona totalmente impermeable a las críticas constructivas o no; generalmente no acepta sugerencias o consejos de nadie; alguien que se encuentra sumido en sí mismo y convencido de una sublime creencia en su acierto personal, sea cual sea el tema en cuestión.

Tras tan arriesgada maniobra; todos esperábamos que el presidente volviera con un buen, detallado y fructífero acuerdo entre las manos, que explicara su hazaña, en el que debería estar implícito el tácito compromiso de que la integridad territorial y marítima de las islas Canarias, Ceuta y Melilla, serían respetadas por Marruecos sin fecha determinada.

Sin embargo, a pesar de tanto aparatoso movimiento, fuego de artificio y humo de pólvora en una importante batalla en el seno de su gobierno, solo nos trae un vano compromiso por el que las fronteras comunes se irán abriendo ‘paulatinamente’ y de que igualmente, se restablecerá el paso de marroquíes por el Estrecho.

Sinceramente, no tengo muy claro, si para tamaño viaje, fueran precisas tantas y pesadas alforjas, tuviera que cambiar tan bruscamente su ideario y programa internacional, dilapidar el histórico papel de España en este tema, pasar una grave vergüenza más y volver de esa situación ignominiosa, feliz aunque, casi con el rabo entre las piernas.

Espero que algún día, alguien explique, que es lo que realmente se maneja y hasta parecen ocultar entre Marruecos y el PSOE, si es que hay algo que merezca la pena. Pero, si eso llega y se demuestran ciertas graves sospechas que cada vez suenan y se agrandan más, estoy convencido que de sobra explicará estos actos de genuflexión y casi vasallaje de España cuando ellos gobiernan. Sumisión a un vecino, que además de sus muchas reivindicaciones y trastadas en las fronteras, nos lleva a una ruina personal al enfadarnos con Argelia.

Por si la economía y los precios de la energía no fueran graves para los españoles en los momentos críticos que atravesamos; ahora, con este cambio de rumbo inesperado, sin venir a cuento o como compensación del entuerto -creado por ellos mismos- con el tema de la entrada en España de Gali y, por nada tangible a cambio, deberemos preparar la cartera para pagar la subida del gas que se avecina por la borda.

Gas, que, por cierto, no viene de Rusia ni es de Putin, sino de Argelia; un país al que Sánchez con su mencionada decisión personal ofendió gravemente y nos lo van a hacer pagar a cada uno en el recibo mensual, mientras aquí, los españoles, como de costumbre, a sufrir el palo, pero chitón y a tragar.

Doble error diplomático por su parte, cuya solución en la arena internacional, supone un mayor quebranto para España, su economía y al trato con sus vecinos del sur de manera sencilla, clara y formal.