Tenemos que sacar la pelota

Maqueta del nuevo estadio de béisbol, recientemente presentada por la Sociedad de Arquitectos.

7 de junio de 2009

Reflexiones sobre la actual coyuntura del béisbol colombiano.

Tenemos que sacar la pelota. La frase, tomada de uno de los tantos mensajes laudatorios que vía chat ha recibido el Team Rentería en los últimos días con motivo de la admisión de un equipo conformado por peloteros colombianos en la independiente Golden League de los Estados Unidos, no puede ser menos apropiada para el prometedor momento que vive el béisbol colombiano.

Lo importante no es llegar, sino mantenerse, diría un discípulo de Perogrullo. Pero más allá de esa antigua verdad, en estos momentos se impone dirigir una mirada penetrante a la actual coyuntura del béisbol colombiano y hacer una lectura cabal de su último logro, la participación en una liga independiente de los Estados Unidos. El acontecimiento, que para variar ha sido prácticamente ignorado por los todopoderosos medios andinos, habla no solo de la calidad y del nivel de competitividad de los peloteros, sino del compromiso y visión de los actuales dirigentes y empresarios del béisbol. Para nadie es secreto que una dirigencia comprometida es fundamental para el crecimiento y desarrollo de los deportistas en cualquier parte del mundo. En el caso del béisbol colombiano, parecen estar quedando en el pasado los tiempos en que los peloteros no tenían quien los representara ni quien se preocupara de que tuvieran oportunidades en el béisbol organizado de países con desarrollo beisbolero.

El béisbol colombiano no ha muerto, como insinuaron algunos medios ante la escasa asistencia de público a la primera fase del último campeonato profesional. La semilla sigue viva, de eso dan fe los múltiples torneos que actualmente, y durante todo el año, se llevan a cabo en la Costa a pesar de variados factores. La Copa Café Sello Rojo, la Copa Semillitas y el Torneo Departamental, así como la actividad de las Pequeñas Ligas y la atención al tryout del Oakton Community College son señales inequívocas de todo lo contrario. Paralelamente, a diario decenas de jóvenes que juegan en las Ligas Menores y en las ligas independientes se esfuerzan en Estados Unidos, República Dominicana y Venezuela por llegar a la Gran Carpa. La afición, por cierto bastante entendida, sigue igualmente viva y pendiente al milímetro de lo que ocurre con los peloteros en el exterior. Se vuelve a hablar con propiedad de la participación de Colombia en la Serie del Caribe y se contempla la actuación de la novena nacional en el próximo Clásico Mundial en 2013. Las permanentes visitas de personalidades del béisbol como Miguel Batista y el Embajador de los Estados Unidos demuestran el interés y el respaldo al béisbol colombiano. En consonancia, la construcción de un nuevo escenario beisbolero en Barranquilla, adecuadamente acondicionado para las exigencias actuales, es casi una realidad. Todo esto aunado a las audaces alianzas estratégicas de equipos como Tigres de Cartagena con organizaciones de la MLB como los Orioles de Baltimore y los Marlins de la Florida, las ideas de financiación de los equipos por medio de la venta de acciones, las perspectivas de que conjuntos panameños participen en el campeonato de la LCBP y que las novenas locales actúen en los torneos de naciones vecinas en el marco de la globalización del béisbol, así como el proyecto de expansión de la LCBP con equipos del interior del país, hacen pensar en un fortalecimiento y, por qué no, en un resurgir del béisbol que podría pasar a la historia como la época dorada de este deporte en Colombia.

Las visitas de apoyo al béisbol colombiano, como el sábado pasado la del exbigleaguer George Hinshaw, en la gráfica con uno de los primeros Grandes Ligas colombianos, Joaquín Gutiérrez, así como los tryouts de universidades norteamericanas, demuestran el interés por los logros de la pelota caliente en Colombia.

Como puede observarse, el dinamismo es total. Con toda seguridad, la organización, compromiso y constancia evidentes en los beisbolistas y dirigentes actuales lograrán un mayor desarrollo y proyección del béisbol colombiano, empresa en la que mucho contribuiría el apoyo estatal, que tampoco es momento de jeremiadas, discusiones bizantinas o señalamientos estériles. Sencillamente, ni un paso atrás: tenemos que sacar la pelota.