El arco Puerta de Oro y el sitio web institucional de Barranquilla

10 de abril de 2013

Desde hace varios años he expresado entre amigos mi idea de que Barranquilla debe contar con un monumento que la represente, como la puerta de Brandenburgo a Berlín, el arco del Triunfo a París o la puerta de Alcalá a Madrid. Necesariamente debía ser una puerta o arco alegórico del apelativo más reconocido de la ciudad: Puerta de Oro de Colombia. En 2012, durante un panel en el Museo de Arte Moderno en el que también participaron Moisés Pineda y Carlos Bell Lemus, le expresé mi idea a Diana Acosta, consejera para el Bicentenario, a quien lo recuerdo nítidamente inmediatamente se le vino a la memoria el arco de la Défense de París. En 2011, en un artículo en el que criticaba la tal megabandera de la calle 17, reproducido primero en el portal barranquillaabierta.com, incluí la idea del arco o puerta monumental, pues mi concepto siempre ha sido que ese monumento debe estar ubicado donde hoy se encuentra la megabandera, ya que quedaría al pie de la principal entrada a Barranquilla, la del puente Pumarejo, por donde ingresan la mayoría de viajeros de otras regiones de Colombia y de Venezuela. Vea el artículo aquí.

Arco de la Défense, París.

Posteriormente, en 2012, el arquitecto Ignacio Consuegra Bolívar expresó una idea similar en la que el elemento principal es una plaza institucional con monumento central, frente al edificio de la Gobernación del Atlántico. En cuanto al monumento, recomendó el cóndor de Obregón ubicado en la plazoleta del antiguo edificio de Telecom en el Centro Cívico, aunque en su dibujo plasmó un arco. Vea el artículo aparecido en El Heraldo aquí.

Plaza institucional y arco, propuesta de Ignacio Consuegra Bolívar.

Ahora resulta que, según el escultor pereirano Roy Pérez, un desconocido “tuvo la idea” hace un año (vea el informe de El Heraldo aquí). El proyecto, ya aprobado, fue auspiciado por la Presidencia de la República (el apoyo financiero) y el Ministerio del Transporte, todo concertado con la Secretaría de Infraestructura, la Consejería para el Bicentenario, los miembros del sector privado, la Sociedad Colombiana de Arquitectos y la Sociedad de Arquitectos del Atlántico, entre otros.

Barranquilla, que cada vez se vuelve más excluyente, y para muestra la bochornosa celebración del Bicentenario en la plaza de la Paz, ha dado un ejemplo más de cómo se manejan las cosas aquí. No se explica uno cómo un proyecto tan importante no fue socializado ni se convocó a un concurso de méritos para escoger al diseñador y el diseño definitivos. Roy Pérez, arquitecto egresado de la CUC, venido a regular escultor y pintor, fue el escogido (¿nombrado a dedo?) esta vez. Y digo esta vez porque cuando no es él es el tal Yino Márquez, este sí un fracaso total como escultor, autor de varios de los más espantosos mamarrachos de Barranquilla como las manos atornilladas del parque de los Locutores o la grosera estatua de Joe Arroyo. Por su parte, el pereirano Pérez es el autor del monumento a la cumbia ubicado en Siete Bocas, escultura que recuerda todo menos el ritmo y danza ancestral, comenzando porque siendo el baile de la cumbia de seducción y cortejo, el hombre y la mujer nunca se abrazan, como en la escultura de Pérez. En cambio, en el monumento a la cumbia de El Banco, Magdalena, los parejos están perfectamente separados, como debe ser.

Monumento a la cumbia del escultor pereirano Roy Pérez, Siete Bocas, Barranquilla. Nótese que el varón abraza a la mujer por la cintura.
Monumento a la cumbia, El Banco, Magdalena.

Volviendo al arco de marras, Roy Pérez, su diseñador, ha manifestado que “Esta obra simboliza el espíritu; es un encuentro entre el mar y el hombre, donde el mar es una metáfora que representa a la ciudad de Barranquilla”. Señor Pérez: se equivoca de cabo a rabo, la verdadera y directa relación de Barranquilla ha sido con el río (es más: con sus caños), no con el mar. Antes de la construcción de los tajamares de Bocas de Ceniza, la que estaba en contacto con el mar era Puerto Colombia, Barranquilla nació y se desarrolló gracias a los caños que la conectan con el gran Magdalena; y desde 1936, el puerto de Barranquilla se encuentra sobre el río, luego ¿de dónde saca usted que el mar representa a Barranquilla?

Arco Puerta de Oro. Nótense las burdas manos.

El diseño del arco es “posmodernista”, ha dicho su creador. En realidad solo tengo que hacerle dos reparos pero qué reparos a la tal estructura, ojalá escuchen no solo esta voz, sino las muchas que por las redes sociales se han levantado contra lo que puede convertirse en la mayor empanada (adefesio) de Barranquilla:

1. La entrada por la Vía al Mar es un craso error, si bien su nombre está en consonancia con el cuento de que el mar representa a Barranquilla. Por esa entrada ingresamos los propios barranquilleros cuando regresamos de Cartagena o de los balnearios del Atlántico, y los cartageneros cuando nos visitan, más nadie. En cambio, por el puente Pumarejo ingresan viajeros de los departamentos de la porción oriental de la Costa, del interior del país y de Venezuela. El arco, ubicado en lugar de la tal megabandera (que, por cierto, se vuelve trizas cada dos meses, por lo que su mástil casi siempre está vacío, en deplorable espectáculo) completaría lo que sería la más agradable bienvenida a los viajeros tras salir del que será el nuevo puente Pumarejo, o incluso, del actual, que, aunque limitadita, no deja de tener su  imponencia.

2. El diseño de las manos del arco, en alusión a las olas del mar que supuestamente representa a Barranquilla, son conceptualmente erradas, como ya expliqué, y estéticamente horribles, de muñeco. No parecen manos que acogen a nadie, sino como que se extienden para agarrar algo furtivamente, manos desesperadas, esquizofrénicas, catatónicas, marciales, burdas.

En el caso de la remodelación de la plaza de Paz, algo se alcanzó a mejorar porque se escuchó el clamor de la ciudad, si bien el proyecto se anunció tarde y cuando ya habían asignado a dedo al arquitecto. Espero que esta vez suceda algo similar.

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El sitio web institucional de Barranquilla, idea de mi amigo Rubén Madariaga al conocer mi trabajo sobre Barranquilla en Wikipedia, acaba de ser anunciado este 7 de abril con ocasión del bendito Bicentenario. Presentamos esa idea como proyecto formal en 2010 sin éxito alguno ni atención de ninguna clase, a José Carlos Herrera, entonces Jefe de Sistemas de la Alcaldía, aún conservo su número celular. El año pasado, en una de las pocas reuniones pro Bicentenario a las que asistí en el Museo de Arte Moderno, le hablé del asunto a Diana Acosta (consejera) y a Mábel Zúñiga (asesora) y, por indicación suya, envié el mismo proyecto a las cuentas de correo electrónico bicentenario@barranquilla.gov.co y mzuniga@barranquilla.gov.co, como propuesta a implementar en el marco de la celebración del Bicentenario. Esto fue el 16 de agosto, conservo el correo, que nunca mereció respuesta alguna.