Apuntes mirmidónicos XXXII

26 de diciembre de 2014

Hasta la 84

Parcialmente complacido me entero hoy del anuncio de la ampliación de la carrera 51B desde la calle 87 hasta la 84, uno de los sectores más bonitos de Barranquilla. Y digo parcialmente porque considero que dicha ampliación debe ser hasta la calle 82 como mínimo, lo ideal es que llegara hasta la 76 (en total, 1.200 m), veamos por qué: el voluminoso tráfico automotor de la 82 (que se moviliza únicamente en dirección norte-sur) no podrá (ni puede) cruzar a la derecha (el cruce normal, sentido oriente-occidente) por la 51B, pues en ese sector, la 51B continuará siendo solo de bajada (sentido occidente-oriente). Lo mismo se aplica a quienes se desplazan por la 80 en sentido norte-sur, y a quienes transitan por la 76 (cuyo tráfico –también voluminoso- se mueve en el mismo único sentido norte-sur). En todos estos casos (calles 82, 80 y 76), los conductores tendrán que subir por la carrera 51, luego tomar la 84 y finalmente empalmar con la 51B (cuando ya sea en doble sentido), en un recorrido ineficiente, pues hacen dos veces un mismo trecho: el de la 76, 80 y 82 entre 51B y 51, y el de la 84 entre 51 y 51B. No hay problema para quienes se desplazan en sentido sur-norte por la calle 79 y la 80, pues subirán por la 51, luego la 84 y finalmente la 51B.

No a Valorcón

Afortunadamente no le adjudicaron la ampliación a Valorcón, responsable del vergonzoso desastre de la primera ampliación. Habría sido un insulto para la ciudadanía. Ojalá no haya gato encerrado y no haya accionistas de Valorcón en el Consorcio Barranquilla, representado por Edgardo Osorio, ganador de la licitación por valor de $4.485 millones. Los ciudadanos de bien nos quedamos esperando una sanción ejemplar para Valorcón.

La calidad de las obras

Ayer recorrí las obras de la 79 y el pavimento se ve francamente mal hecho. Las juntas son el perfecto ejemplo de lo que no se debe hacer. Y no parece que se haya ampliado a tres carriles, ojalá alguien haya medido el ancho de la calle antes de iniciar las obras. Saltan positivamente a la vista, sin embargo, dos cosas: el box culvert, cuyas rejillas de desagüe ojalá no taponen los pudientes vecinos del sector arrojando basuras; y los amplios andenes, por fin uniformes, algo de lo que adolece Barranquilla: el concepto de acera no existe como en cualquier ciudad civilizada, son un batiburrillo sin orden ni concierto de subibajas, escalones, rampas, escombros, árboles mal dispuestos, estacionamientos, vendedores invadiendo el espacio público, entre otras aberraciones urbanas.

La Murillo de 1989

A quienes presenciamos la reconstrucción de la Murillo por el alcalde Jaime Pumarejo Certain en 1989, la calidad de estas obras de la 79, del corredor portuario, de la avenida del Río, de la 51B, de la 54 o de la plaza del río Magdalena (los materiales parecen usados) nos resulta escandalosa. En realidad, estamos retrocediendo en calidad y durabilidad la bicoca de veinticinco años, algo increíble. ¿Qué pasa? Los constructores e interventores están dando mucho que pensar… Cabe recordar que, cuando con motivo de las eliminatorias del Mundial Italia 1990 se reconstruyó la Murillo entre las carreras 21 y 46 (a mediados de los 1990 se reconstruyó hasta el estadio Metropolitano), se anunció que tendría una vida útil de veinte años. Pasaron esos veinte años y el pavimento –que se mantenía absolutamente incólume- fue reemplazado por uno supuestamente más resistente, adecuado para el peso de los buses de Transmetro. Veremos cuánto dura.

El parque del batallón de Paraíso

Aunque de dimensiones inusitadas en Barranquilla (35 ha), estaría muy lejos del Simón Bolívar de Bogotá (400 ha) o los Bosques de Palermo de Buenos Aires (400 ha), para no hablar del Central Park de Nueva York (3,4 km2). Sobre este parque, excelentes propuestas hizo Nicolás Renowitzky en relación con la conectividad: 

1. Empalmar la calle 79 entre su fin en la carrera 60 y su tramo en el barrio Paraíso a la altura de la carrera 64. 

2. Conectar las carreras 65 y 68 con la 67 y la 71, respectivamente, atravesando el parque. 

3. Prolongar la calle 78 hasta la Vía 40 a manera de parkway.

Más parques

Aunque en Barranquilla nunca se planificó adecuadamente el espacio público, y solo hasta hace algunos años se empezó a trabajar en este importante aspecto, los resultados se empiezan a ver y de qué manera: plazas, parques, recuperaciones en los cuatro puntos cardinales. En el ocaso de los años 2000, las cifras eran para taparse la cara: el espacio público por habitante no llegaba ni al metro cuadrado, mientras que las ciudades civilizadas cuentan con seis como mínimo. Se dice que con el parque del batallón Paraíso, la ciudad pasaría a 6,2 m2 por habitante, algo que dudo, por lo que me atrevo a sugerir unos cuantos sitios para parques, haciendo la observación de que, a causa de la inveterada escasa atención al espacio público, es casi imposible contar con un parque de las dimensiones del Simón Bolívar de Bogotá dentro del casco urbano:

-Barrio Barlovento. Es el lugar llamado a ser no solo parque, sino mirador del río. Lástima que se vaya a urbanizar La Loma (sitio ideal para el jardín botánico), que integraría con Barlovento una importante zona recreativa y ecológica. El mencionado Renowitzky, una de las pocas personas a las que les duele el urbanismo en Barranquilla, también explicó, en días pasados, por qué debe desaparecer el colegio adyacente a la plaza del río Magdalena. Hay que retrotraer que desde hace muchos años se contempla el traslado de Barlovento, invasión que surgió cuando las compañías navieras abandonaron el sector en fuerza del traslado del terminal marítimo a su actual ubicación. Estamos hablando de por lo menos 71.000 m2.

-Sector occidental de Miramar hasta la Circunvalación y hacia el occidente, unos 3 km2. Este sería un hito urbano no solo por sus dimensiones, sino porque es ideal para un teleférico. Además, quedaría en medio de una zona de expansión urbana, como un oasis. Habrá que encontrar solución al espacio que ocupan las empresas que flanquean la Circunvalación.

-Lote entre las calles 98 y 99, carreras 53 y 56, unos 16.000 m2. Magnífica ubicación en uno de los sectores más exclusivos de Barranquilla.

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