¿Día de la costeñidad?

2008

En un hecho impropio de la lucidez que deben poseer las personas que ocupan sus cargos, los gobernadores de la Costa, así como ciertos sectores de la prensa y de la intelectualidad de la región, abrazaron en la VI Reunión de Gobernadores realizada en San Andrés Isla el 13 de diciembre de 2008 la propuesta de un profesor de filosofía de Barranquilla y proclamaron el 10 de octubre como el “Día de la Región Caribe”. Se apoyan, como argumento irrecusable para la instauración de semejante celebración, en que el 10 de octubre de 1821 fue expulsado el último reducto español de Cartagena (y de la Colombia en ciernes), dando como resultado la completa independencia de la naciente nación y que sus habitantes comenzaran a gozar de las condiciones presuntamente adecuadas para desarrollar libremente y en toda su inigualable riqueza y extensión sus incomparables potencialidades. De postre, han retomado la atávica alharaca por la marginación a que nos tiene sometidos el centralismo opresor, por los altos índices de pobreza de la Costa, por su exigua participación en la repartición del tesoro nacional y porque los altos funcionarios del gobierno, en otra actitud demostrativa de sus malignas intenciones, no asistieron a la VII Reunión de Gobernadores y al Foro Regional en Cartagena, evento en que se reivindicó la nueva fecha patriotera. Cientos de asistentes se identificaron con que para asegurar el desarrollo es necesaria una política de regionalización cuya viabilidad jurídica ya está demostrada, y exhortan a la lucha por la autonomía regional llamando al combate con escritos como este: “Los chapetones del centralismo todavía nos dominan. Tenemos que sacudirlos de la región Caribe”. Se apresuran, sin embargo, a aclarar que no tienen intención de conformar una república independiente.

El 10 de octubre de 1821 como día de la costeñidad es un contrasentido en toda su extensión. Sus promotores dejan olímpica y contradictoriamente de lado que nos libramos del “yugo” español (si todavía se podía denominar así a fuerzas completamente diezmadas que ni siquiera hacían presencia en las demás regiones de la Costa) para quedar sometidos, hasta la fecha, a la tiranía del centralismo colombiano, mil veces peor y más dañino, pues es canibalismo fratricida. El mismo centralismo al que le reprochan no haber asistido al lanzamiento con “protocolarias excusas”. ¿Entonces, qué independencia se alcanzó el 10 de octubre de 1821?

El término “costeñidad” arrastra, sin duda, una connotación cultural. El 10 de octubre de 1821 es una fecha de carácter histórico y constituye, ciertamente, un punto de referencia. Pero afirmar que lo ocurrido en esa fecha es el punto de partida de la identidad cultural de la región (como lo sugieren la palabra “costeñidad” y los promotores de la iniciativa), es poco menos que una sinrazón, cuando no un exabrupto. Sobre todo porque ya la “costeñidad” se venía fraguado en presencia de los españoles, que, dicho sea de paso, marcaron indeleblemente la identidad local, guste o no: ¿puede concebirse la costeñidad en otro idioma que no sea el español?

Campaña por la creación de la Región Caribe, votaciones parlamentarias del 14 de marzo de 2010.

Si se hubiere de escoger un día para celebrar la cultura costeña, habría de ser una fecha en que dicha identidad cultural hubiera alcanzado un alto reconocimiento universal, como el 21 de octubre, día en que le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura a Gabriel García Márquez, o el 10 de diciembre de 1982, fecha en que lo recibió de manos del rey Carl XVI Gustaf de Suecia. O el 7 de noviembre de 2003, cuando el carnaval de Barranquilla, aglutinante de la mayoría de las expresiones folclóricas de la Costa, fue declarado Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Esos sí han sido hechos que han elevado la “costeñidad” a sus puntos más altos, muy por encima de las demás idiosincrasias nacionales, aunque admito que tienen el inconveniente de ser demasiado personales los dos primeros, y muy puntual el último.