PERCEPCIÓN DE LA PARTICIPACIÓN

Con base en el Plan de Desarrollo 2024-2027 “Innovación, Gestión y Progreso: Casabianca Hacia Adelante”, la participación comunitaria se plantea como un eje transversal para la construcción colectiva del desarrollo territorial. Se reconoce a la ciudadanía como protagonista activa en los procesos de planeación, ejecución y seguimiento de las políticas públicas. Durante la fase diagnóstica y de formulación del plan, se llevaron a cabo espacios participativos como talleres comunitarios, encuentros con sectores sociales y jornadas descentralizadas en corregimientos y veredas, lo que permitió recoger percepciones, propuestas y necesidades de distintos actores del territorio.

Además, el plan destaca el fortalecimiento de las Juntas de Acción Comunal (JAC), los Consejos de Juventud, la Mesa de Víctimas, el Consejo Territorial de Planeación y la Asociación Municipal de Juntas (ASOJUNTAS), las cuales han tenido un papel clave en la interlocución con la administración. Estas instancias, junto a líderes sociales y comunitarios, han permitido que la participación no sea solo formal, sino también incidente en la definición de prioridades del plan.

El enfoque comunitario se articula también con estrategias de desarrollo rural, ambiental y social, reconociendo la sabiduría local y el rol fundamental de sectores como las mujeres, la población campesina, los jóvenes y las personas mayores.

La participación comunitaria en el marco de la gestión del riesgo de desastres se refleja como un componente activo y estratégico. Con base en documentos como el Plan Municipal de Gestión del Riesgo de Desastres, la Estrategia Municipal de Respuesta a Emergencias (EMRE) y en el Protocolo Específico del Volcán Nevado del Ruíz, se evidencia que dicha participación, aunque presenta retos por fortalecer, se manifiesta especialmente a través del Consejo Municipal de Gestión del Riesgo (CMGRD), donde confluyen representantes institucionales y comunitarios. Se destaca el papel de las Juntas de Acción Comunal como actores clave en la articulación territorial, facilitando procesos de socialización, capacitación y liderazgo en la respuesta local. La EMRE refuerza esta línea al subrayar la importancia de que la comunidad entienda sus roles en situaciones de emergencia y exista una coordinación efectiva entre entidades públicas, privadas y la ciudadanía.