2. Ammán Ajlum Jerash

Castillo de Ajlum

El castillo de Ajlun (Qal'at Ar-Rabad) fue construido por uno de los generales de Saladino en el año 1184 dC para controlar las minas de hierro de la zona de Ajlun y disuadir a los francos de invadirla.

El castillo de Ajlun dominaba las tres rutas principales que llevaban al valle del Jordán y protegía las rutas comerciales entre Jordania y Siria, por lo que se convirtió en un punto defensivo estratégico en la época de los cruzados, que lucharon sin éxito durante décadas para tomar el castillo y la ciudad colindante.

El castillo original tenía cuatro torres, saeteras en las gruesas paredes y estaba rodeado por un foso que medía aproximadamente 16 metros de anchura y 15 metros de profundidad. En el año 1215 dC, el oficial mameluco Aibak ibn Abdullah amplió el castillo tras la muerte de Usama, agregando una nueva torre en la esquina sureste, además de un puente en el que aún se pueden ver los relieves de figuras de palomas. El castillo se concedió en el siglo XIII a Salah al-Din Yousef Ibn Ayoub, gobernante de Aleppo y Damasco, que restauró la torre noreste. Estos trabajos de ampliación se interrumpieron en el año 1260 dC, cuando los invasores mongoles destruyeron el castillo, pero, casi inmediatamente, el sultán mameluco Baybars reconquistó y reconstruyó la fortaleza.

Para acceder al castillo se pasa por un puente de madera situado sobre un foso de unos 15 metros de profundidad. Una vez dentro, se pueden recorrer varias salas a través de un laberinto de pequeños pasillos. El interior está totalmente restaurado, aunque no hay ningún tipo de mobiliario que adorne las estancias, salvo en una pequeña sala que se encuentra una breve exposición con objetos de la época. Casi en cada estancia se encuentra un pequeño texto explicativo para completar la visita para aquellos que visitan el lugar sin guía. El castillo es curioso, pero lo más destacado son las vistas que se tienen de valle, llegando a poder ver Jerusalén en un día despejado.

Jerash

Más

Jerash es el actual nombre de Gerasa, una antigua ciudad romana que formó parte de la Decápolis romana. Éste fue el nombre que adoptaron las grandes ciudades romanas comerciales de la zona de Jordania, Siria, Israel y Palestina en el siglo I a.C. Aunque no se encontraba dentro de ninguna de las grandes rutas comerciales, adquirió muchísima importancia gracias a la fertilidad de sus tierras. El comercio que se realizaba, fundamentalmente con los Nabateos (fundadores de Petra), permitió que la ciudad creciese hasta llegar a su máximo esplendor en el s.III, alcanzando los 15000-20000 habitantes.

Cardo Mariano

Hoy en día solo quedan sus ruinas que cuentan, entre otros, con varios arcos de triunfo, un hipódromo, dos teatros, un foro, varios templos o una calle columnada. Jerash se considera la ciudad romana en ruinas mejor conservadas del mundo a excepción de la propia Roma.

Arco de Adriano y el Hipódromo de Jerash

Se accede desde la parte más meridional de la ciudad, a través del gran Arco de Triunfo que se construyó en el s.II d.C. en homenaje a la visita del emperador Adriano. Este precioso arco de 13 metros de altura en muy buen estado de conservación es tan solo el principio de la visita. Nada más atravesarlo nos encontramos con el hipódromo o circo. De él sólo se conserva una pequeña parte de sus gradas, una zona de arcos y, como no, la arena, es decir, el recorrido. Se construyó en torno al s.III d.C y tenía capacidad para unas 15000 personas. En este lugar se realizaban carreras de cuadrigas con frecuencia para entretener a la población. Pese a que tampoco se conserva una gran parte ,mide 254 metros de largo por 51 de ancho. Actualmente se realizan unas representaciones dos veces al día.

Tras el hipódromo, nos dirigimos al foro de la ciudad. No hay pérdida, solo existe una calle que lleva hasta el restaurante. Aquí podréis comer, compraros un granizado o agua. En nuestro caso llevábamos varias botellas de agua, pero nos hizo un día bastante caluroso y no nos duraron demasiado. Al final tuvimos que comprar allí una botella y el precio triplicaba el precio del agua en la entrada (1,5 litros por 2 JOD, unos 2,40 €). ¡Casi a precio de aeropuerto! A lo largo de la ciudad también os encontraréis con gente vendiendo agua que, aunque no esté recién salida del frigo, posiblemente tenga un precio inferior.

La puerta sur de Jerash y la galería abovedada

A unos 200 metros dese el hipódromo nos encontramos con la puerta sur de la ciudad. Al llegar aquí nos volvieron a pedir el Jordan Pass. Así que si habéis comprado entrada, no la tiréis. Esta puerta es una de las cuatro que daban acceso a la ciudad y a ambos lados podemos ver parte de la muralla que protegía a la misma. Esta puerta nos da la bienvenida a la zona principal: el foro y su preciosa columnata. Nada más pasar el arco, a mano izquierda, se encuentra una galería abovedada con una pequeña exposición de mosaicos, columnas, capiteles y una reconstrucción del templo de Zeus, donde se ve lo que fue su imponente entrada formada por un patio al que pertenecía esta galería.

La plaza oval y la columnata de Jerash

Al salir de la galería y subir las escaleras llegamos a uno de los sitios más bonitos de Jerash, el foro y su preciosa columnata oval. Esta enorme plaza de 80 por 90 metros rodeada por 56 columnas jónicas, que en su momento sostenían un pórtico. La plaza conectaba la vía principal de Jerash (Cardo Máximo) con el templo de Zeus y servía como plaza del mercado y centro de la vida social de la ciudad. Esta plaza tiene una curiosidad, a medida que nos alejamos del centro, las losas que forman su pavimento aumentan de tamaño, dando una sensación óptica que hace que la plaza parezca más grande y que lleva la mirada hacia la columna central.

Recorriendo el Cardo Máximo de Jerash

Desde allí se pueden tomar dos caminos, continuar por el Cardo Máximo o dirigirnos hacia el Templo de Zeus. En nuestro caso, como se vuelve por el mismo sitio, decidimos continuar por la gran avenida romana y dejar el Teatro Mayor y el Templo de Zeus para el final de la visita. El Cardo Máximo es la calle principal de Jerash. Tiene unos 800 metros y lo que más llama la atención es que está completamente flanqueada por columnas, una muestra más de la grandiosidad que alcanzó esta ciudad. Data del siglo II d.C. y conducía todo el tráfico de gente y carros desde la ciudad hasta el foro y lo que en su día fue el edificio más importante de la ciudad, el Templo de Zeus. Caminando por la calzada se pueden observar las roderas dejadas por el continuo paso de los carruajes. A ambos lados de la avenida van apareciendo las ruinas de los diferentes edificios que conformaban la cuidad como el Ágora, el Ninfeo, la Catedral, el templo de Artemisa o varios propileos.

El Ágora de Jerash y la escalinata de la Catedral

Nosotros fuimos recorriendo el Cardo Máximo visitando las ruinas que nos encontrábamos a nuestro paso. Lo bueno es que a la entrada de cada edificio hay carteles explicativos que nos permiten hacernos una idea de la función que tenían y de su majestuosidad. El primer edificio que nos encontramos a mano izquierda es el Ágora. Actualmente sólo quedan los restos de la fuente, rodeada por dos filas de columnas corintias de las que sólo unas pocas siguen en pie. Este lugar, donde se reunía la gente de la ciudad para charlar alrededor de la fuente, tenía que ser un espectáculo.

Más adelante nos encontramos con la entrada a la Catedral. Una escalinata, precedida por un pórtico y varias columnas, lleva hasta lo que en su día fue una enorme basílica cubierta de mármol, de la que hoy solo quedan sus ruinas.

El Ninfeo de Jerash

Justo al lado, continuando por el Cardo, se encuentra una de las estructuras mejor conservadas, el Ninfeo. Una elegante fuente ornamental de varias alturas cubierta por una semi-cúpula en forma de concha. El agua manaba por las estatuas situadas en la parte inferior hasta la gran pila. Además, cuatro columnas corintias sostenían un pórtico que se extendía hasta el mismo Cardo Máximo.

El templo de Artemisa de Jerash

Continuando por la calzada romana nos encontramos varios frisos de gran detalle hasta llegar al propileo del templo de Artemisa. El propileo es el monumental vestíbulo que precedía al templo. Se construyó sobre el 150 d.C. y sus magníficas escaleras llevan directamente hasta el patio donde se ubica el templo de Artemisa. Este punto es uno de los más elevados de la antigua Gerasa y se tienen unas vistas panorámicas espectaculares del foro, el Cardo Máximo, templo de Zeus o el teatro sur.

En el patio, en otros tiempos repleto de columnas, se encuentra el templo de Artemisa con sus 11 impresionantes columnas corintias. El resto del templo se desmanteló en el s. IV d.C. y ha perdido todo el esplendor que debió tener en su día aunque las columnas doradas nos dan una idea de lo que tuvo que ser. De vuelta hacia el Cardo Máximo, nos dimos cuenta de una curiosidad de la escalinata del propileo y es que está hecha de modo que no parece haber escaleras. Tal y como se aprecia en la foto, la dimensión de los descansillos hace que las escaleras queden ocultas y no de la sensación de estar bajando.

Tethrapylon Norte y la puerta norte de Jerash

Ya de nuevo en la calzada principal seguimos en dirección hacia la puerta norte. Antes de llegar hay una intersección con otra calzada denominada Decumano Norte. Sobre ese cruce se encuentra un Tethrapylon, una estructura en un gran estado de conservación que servía como acceso al Teatro Pequeño o Norte. Se situaba sobre los cruces de las calles principales y se trata de un monumento de planta cuadrada con un arco sobre cada una de sus cuatro entradas. Se construyó en el s.III en honor a la esposa del emperador Séptimio Severo, aunque se reconstruyó recientemente. Si a lo largo del Cardo Máximo el número de visitantes era cada vez menor, en esta zona sí que no había apenas nadie. Una maravilla recorrer este lugar casi en soledad. Nos acercamos a la puerta Norte, otra preciosa estructura reconstruida y que marca el fin de la antigua Gerasa. Ya de vuelta, se tiene una magnifica vista del Tethrapylon y la imponente columnata. Además, para los más observadores, muchas de las piedras que conforman el Tethrapylon se encuentran talladas .

El Teatro Norte de Jerash

La siguiente parada obligatoria es el Teatro Norte, también conocido como el Teatro Pequeño, en comparación con su hermano mayor situado a los pies del templo de Zeus. Para llegar hasta él tendremos que girar hacia la izquierda en el Tethrapylon, dejando la puerta Norte a nuestra derecha.

El Teatro Norte es una pequeña joya construida en el s. II d.C. y reconstruido recientemente con mucho mimo. Nosotros entramos directamente al escenario a través del pórtico y nos quedamos muy sorprendidos. Apenas había gente y, pese a ser pequeñito, tiene mucho encanto. Nosotros subimos por la grada izquierda hasta un pequeño palco. Allí los asientos son diferentes y hay una curiosidad sobre ellos, la piedra utilizada tiene tanto metal que con sólo golpearla ligeramente con los nudillos suena mucho. Esto se utilizaba como "aviso" para cuando había terremotos. Hay que decir que la zona sufrió varios seísmos de gran magnitud, siendo el del 747 y sus réplicas posteriores las que hicieron que la ciudad quedase abandonada.

Camino de vuelta: Templo de Artemisa y Catedral de Jerash

Salimos del teatro por la grada superior. Desde allí volvimos hasta el Templo de Artemisa. Desde este ángulo se ve incluso más bello que desde el que se contempla al subir desde el propileo. Salimos del patio por el camino que sale por la izquierda de éste. Este camino corre paralelo al Cardo Máximo y nos permite ver los edificios romanos desde la zona posterior. Nosotros, cuando llegamos a la Catedral, nos metimos para verla. En sus tiempos debió de ser espectacular, pero hoy sólo se encuentran en pie algunas de sus columnas y pequeños elementos. Pese a todo el lugar es precioso.

El Teatro Sur de Jerash

Bajando por las escaleras llegamos de nuevo al Cardo Máximo y volvimos sobre nuestros pasos hasta llegar al foro y su columnata. Desde aquí decidimos subir al Teatro Sur, el más grande de Jerash. Se terminó de construir en el s.I d.C. y podía acoger hasta 5000 espectadores. Hoy en día se conservan 32 filas de asientos y una de las dos alturas que conformaban su frente escénico. Además, desde lo alto de sus gradas se tiene una panorámica espectacular de toda la ciudad. Una curiosidad es su increíble acústica. Hay un punto marcado en la zona de la orquesta desde el que al hablar notamos como nuestra voz retumba por todo el teatro. Una segunda curiosidad es que si os colocáis dos personas en la zona de la orquesta, cada una a un lado de donde comienzan las gradas y os agacháis, pegando el oído a la pared, podréis hablar entre vosotros pese a otros ruidos que pueda haber.

El Templo de Zeus de Jerash

Una vez que salimos del Teatro Sur, la última parada fue el templo de Zeus. Este templo fue en su momento el edificio más importante de la ciudad. Precedido de un enorme patio que en su día estaba circundado por los cuatro lados por un pórtico cubierto y que hoy en día se encuentra completamente en ruinas. Del templo apenas se conservan 10 columnas de las muchas que lo rodeaban originalmente, pero desde allí se tienen una preciosa vista del foro, la columnata y el Cardo Máximo.