Jodhpur

la Ciudad Azul de la India

En la ciudad de Jodhpur, ubicada en el estado de Rajastan de la India, no hay espacio para otro color que no sea el azul. Desde sus orígenes, cada construcción de La Ciudad Azul, tal como se la conoce en el mundo, fueron pintadas del color del cielo por iniciativa de los brahmanes, que eran miembros de la clase sacerdotal, para indicar su domicilio y diferenciarse del resto de la población.

Con el tiempo, esta costumbre de la clase alta se trasladó al resto del pueblo y todos volvieron a elegir al azul como color favorito para colorear sus hogares. Además de la presencia de este color, Jodhpur se caracteriza por sus calles estrechas que reducen el resplandor del sol, pues se encuentran en una zona demasiado calurosa cerca del desierto de Thar. Y así la sombra es maximizada entre las construcciones azules.

La urbe cuenta con unos 800.000 habitantes y el color azul lo cubre casi todo, las fachadas de las casas, los comercios…dándole a la ciudad un tono encantador. El turismo, es la segunda actividad económica de la ciudad luego del impresionante desarrollo de las artesanías, con productos de exportación como muebles y alfombras.

Otra de las versiones más extendidas es que las casas de Jodhpur están vestidas de un color azul porque según su población, éste color sirve para ahuyentar insectos, mosquitos, y además, como aislante térmico de los fuertes rayos solares que cubren esta zona desértica de India.

Emplazado en lo alto de la colina y dominando la ciudad se alza majestuoso el Fuerte Meherangarh. La fortaleza más imponente y formidable del Rajastán, se extiende en lo alto de un risco, desde donde se puede contemplar toda la ciudad. Esta muy bien conservado, puesto que sigue siendo administrado por el antiguo Maharajá de Jodhpur, lo cual consigue trasladarte a otros tiempos, a tiempos de esplendor y riquezas, donde los Maharajás eran el poder supremo. Cuenta la leyenda que un hombre alguna vez vivió allí en el monte y fue obligado a retirarse en el momento en que comenzó a construirse la fortaleza. Como venganza, el hombre lanzó una maldición sobre la estructura: prometió que esta árida zona del planeta no tendría agua. Casualmente, Jodhpur sufre alrededor de 2 o 3 sequías importantes por año.