MUSEO

El MUSEO DEL PUERTO DE HIDROAVIONES [LENNUSADAM, o en inglés SEAPLANE HARBOUR]. Está localizado en el antiguo puerto [Kalamaja], en el exterior están anclados diversos barcos que también se pueden visitar. Horario: 10 a 19. Precio: 10 €, con Tallinn Card gratis.

Al comprar la entrada te dan una tarjeta magnética para que puedas entrar y salir del recinto. Al lado de las taquillas hay unos percheros donde puedes dejar las chaquetas y también consignas para bolsos y mochilas, y la verdad es que está muy bien.

Este museo inaugurado este año antes del verano, esta en el hangar de los hidroaviones; y es una autentica pasada. Desde la parte superior vas por pasarelas y lo vas viendo todo desde arriba, y luego desde la parte de abajo tienes otra perspectiva y diferentes cosas interactivas. Un simulador en un avión antiguo, un simulador con una metralleta, un pequeño submarino donde te proyectan una peliculita, unos pequeños barquitos teledirigidos, unos trajes y gorras para que te hagas fotos. Esta todo muy logrado y es muy divertido, todo en un color azul como si estuvieras en el mar. Hay hasta un submarino y puedes entrar dentro. Sin entreteneros mucho echamos allí más de dos horas, se nos pasaba el tiempo volando. Por cierto cada hora, a las y 15 se apagan las luces, y durante un par de minutos proyectan sombras, como si te sobrevolaran aviones con ruido incluido, muy logrado.

Allí hay una máquina que te hace la foto y te la envías por mail, y queda muy lograda.

Salimos fuera y subimos al Rompehielos de vapor Suur Tõll, que es el más grande de Europa construido en 1914, pero como estaba chispeando hicimos la visita rápida y ya nos fuimos.

Al llegar a la parada de taxis no había ninguno, y como quedaba poco para que oscureciera y no teníamos muy claro el camino, comenzamos a andar; pero nada más salir vimos un taxi que llegaba (había algún evento) así que volvimos y pillamos ese. Creo que era de misma compañía que en de la ida, y hasta la Puerta Viru nos costó 4’90 €.