2. Reykjavik- Borgarfjörour - Akureyri

Desayuno. Atravesando el túnel submarino de Hvalfjördur llegaremos a Borgarfjördur, donde visitaremos la zona termal de Deildatunguhver y la cascada de Hraunfossar. Continuación hacia Skagafjordur para visitar el Museo Glaumbaer.Continuación a través de majestuosas montañas y estrechos desfiladeros hasta la capital del norte. Llegada a Akureyri, ciudad a tan sólo 100 km al sur el Círculo Polar Ártico. Cena en el hotel.

Túnel Hvalfjörður:

Túnel de carretera bajo el fiordo Hvalfjörður 5.762 m de longitud y una profundidad máxima de 165 m por debajo del nivel del mar. Inaugurado en 1998. Permite cruzar el fiordo en 7 minutos en lugar de la hora que se tardaba antes. En el 2010, iluminación pobre, ausencia de sistema de alarma automático, falta de ventilación en caso de incendio y ubicación a una gran distancia de la estación de bomberos más cercana (28 km).

Borgarfjördur:

El Borgarfjörður es un fiordo en la costa occidental de Islandia cerca de la localidad de Borgarnes.

Sus aguas parecen tranquilas, pero en realidad el Borgarfjörður pertenece a un mar peligroso para la navegación debido a las corrientes submarinas y a los bajos fondos.

Dentro del Borgarfjörður están presentes varias islas, la mayoría deshabitadas. Además, cerca de Borgarnes, el hringvegur pasa por un puente de 500 metros dentro del fiordo.

Sus alrededores están habitados desde la colonización de Islandia, lo que se narra en la Saga de Egil Skallagrímson.

De hecho, el nombre del fiordo (en nórdico antiguo: Borgarfjǫrdr) parece provenir de la granja de Borg, cuyo fundador según las sagas es Skalla-Grímr Kveldulfsson, padre de Egill.

Llegaremos a Borgarfjördur, “El Valle de Cuentos de Hadas”- donde visitaremos la zona termal de Deildatunguhver y la cascada de Hraunfossar.

Deildartunguhver, el manantial geotérmico más espectacular del mundo. Sus manantiales de aguas termales generan al día más de 150 l por segundo de agua hirviendo a una temperatura de 97°C. El manantial termal más grande de Europa.

La cascada de Hraunfossar.

Hraunfossar no es ni muy caudalosa, ni especialmente alta, pero sí es realmente preciosa la forma que dibuja el agua al caer y además tiene la singular característica de ser una cascada que no nace de un río.

Es algo bastante inusual porque nace directamente del campo de lava Hallmundarhraun. El agua que queda atrapado entre las rocas de lava, crea una serie de riachuelos que forman cascadas finas que fluyen por muchos puntos y caen de forma maravillosa al río Hvitá. De ahí su nombre, en español sería “cascada de lava”, de la combinación de palabras “hraun” que significa lava en islandés y “foss” que significa cascada.

Al borde del río hay una capa de un material poco poroso e impermeable al agua (ignimbrito) que impide que se filtre a capas inferiores. Este material está recubierto de vegetación, lo que produce un efecto como si el agua saliese de las raíces de las plantas.

Siguiendo las rutas de los carteles se llega a otra a pocos metros de las anteriores: Barnafoss. En realidad esta cascada es un tubo de roca por el que el río circula a gran velocidad. Según la leyenda, dos niños de la granja Hraunfás se acercaron a esta catarata. Al atravesar un puente de roca natural se marearon, cayeron al agua y se ahogaron. La madre de los pequeños colocó un hechizo sobre el puente para que quien lo pisase se ahogase. Más tarde el puente se destruyó por un terremoto.

Continuación hacia Skagafjordur para visitar una antigua granja convertida en el Museo popular de Glaumbaer.

Skagafjörður municipio de Islandia situado en la región de Norðurland Vestra.Tiene áreas situadas bajo el nivel del mar. Fue creado en 1998. Tiene una población de 4077 habitantes (2008) y es el 13ºmunicipio más grande del país. Su nombre deriva del fiordo Skagafjörður, entre Tröllaskagi («península de los Gigantes») y Skagi.

Se conservan con primor en muchos lugares de Islandia edificaciones antiguas, iglesias, granjas y hasta aldeas enteras. Rarísima vez se trata de recreaciones. Por lo general son auténticas construcciones del siglo XIX y primera parte del XX, a menudo pertenecientes a granjas renovadas que continúan en explotación.

El Museo de Glaumbær en Skagafjörður se fundó en 1948. La exposición, que abrió al público en 1952, muestra cómo se vivía en el siglo XIX .

Durante siglos siempre ha habido una granja sobre esta colina. Según la época los edificios han ido variando de forma, tamaño, y lugar en la colina, de acuerdo con las circunstancias de los granjeros. Según la tradición oral del siglo XI, se cuenta que fue Snorri Þorfinnsson quien hizo construir la primera iglesia en Glaumbær. Snorri es considerado el primer niño europeo nacido en el continente americano, alrededor del año 1000, hijo de Þorfinnur y Guðríður, famosa ésta por haber viajado no sólo a América sino también a Roma.

La granja construída de turba, tiene los muros al estilo tradicional hechos de piezas de césped seco colocados de formas variadas. La falta de piedra en la zona de Glaumbær, obligó al uso de turba como alternativa. Para el armazón y el revestimiento de la casa se usó madera llevada al país por las corrientes del mar (hecho muy común en la época y hasta nuestros días), así como madera importada.

Los elementos que componen la granja datan de épocas diferentes, el edificio más reciente, la baðstofa o sala común fue construido entre 1876 y 1879. La construcción más antigua es la cocina, cuyos elementos principales datan del 1750.

Las edificaciones más antiguas que hoy se conservan datan del siglo XIX. La serie de seis casitas adosadas que mira al sur está unida por un corredor central que evita salir al exterior cuando la nieve alcanza una gran altura. A su vez, desde estas dependencias se accede a las cuatro largas naves construidas detrás. Cada edificio tiene su dedicación específica.

El tejado cubierto de terrones con su verde hierba fue habitual en Escandinavia y en Islandia hasta época no muy lejana. Se llama torfþak (techo de hierba). Nunca utilizaron paja de centeno porque en Islandia no existe esa materia prima.

En cuanto a las paredes, en Escandinavia y Finlandia se fabricaron con troncos, pero en Islandia, donde no había más madera que la que llegaba a la deriva sobre las olas, se utilizaron piedras de lava tallada.La sección de los gruesos muros maestros es trapezoidal, con una base muy ancha. La cara interna es vertical pero la exterior se inclina hacia dentro y hace de contrafuerte para sostener el techo. Entre las sucesivas hiladas de piedra se intercala una capa de terrón. Con esta disposición, es posible rematar la estancia con una tosca bóveda cubierta de terrones. El peso del tejado es grande –mucho más cuando hay sobre él una gruesa capa de nieve- por lo que no es factible construir más que casas de muy pequeña planta y adosar unas a otras. La disposición de las paredes de piedra soporta bien los empujes y la compresión de las capas intermedias de terrones asegura la impermeabilización de las estancias.

En Varmahlið, carteles en la carretera señalan el emplazamiento de la iglesia de Viðmyri. De ella han dicho que es el más puro ejemplo y el más valioso recuerdo de la arquitectura vernácula. La madera de la fachada principal e interior fue seleccionada entre los troncos que el mar trajo desde el continente. El pórtico de entrada al atrio y al cementerio –común a todas las iglesias del país- permanece tal cual desde la reconstrucción de 1834. El púlpito y el altar son mucho más antiguos.

Historia.La granja de Glaumbaer tiene una leyenda muy interesante. En el paso de los siglos X al XI estuvo habitada por los primeros islandeses que colonizaron Groenlandia y descubrieron la actual Norteamérica. La Saga de los Groenlandeses y la Saga de Eirikur el Rojo se ocupan de este asunto. La segunda habla de Leifur Eriksson y de su hermano Þorsteinn, hijos de Eirikur el Rojo, y habla asimismo de la esposa de Þorsteinn, Guðríður Þorbjarnardóttir, de su segundo marido, Þorfinnur Karlsefni, y del hijo de ambos, Snorri.

Guðríður Þorbjarnardóttir nació hacia el año 980 en Laugarbrekka, al sur de la península de Snaefellsnes. Su primer marido, Þórir, murió en el mar. Guðríður abandonó Islandia junto con su padre, acompañando a Erik el Rojo en ruta a Groenlandia. Casada en segundas nupcias con Þorsteinn, hijo de Erik el Rojo, emprendieron ambos un primer viaje a Vinland, la parte del continente americano que había sido descubierta poco antes por Leifur Eriksson. Durante un segundo viaje a Groenlandia, una epidemia acabó con la vida de Þorsteinn.

Guðríður regresó a Groenlandia y se asentó en Brattahlíð donde se casó por tercera vez con un comerciante llamado Þorfinnur Karlsefni.Hacia el año 1010, el matrimonio organizó una nueva expedición al continente americano formada por tres barcos con 160 colonos. Según las sagas antes citadas, entre los navegantes estaba Freydís Eiríksdóttir, hermana de Leifur Eiríksson. Durante el primer invierno en Vinland, Guðríður tuvo un hijo que fue llamado Snorri Þorfinnsson. Es el primer europeo nacido en el Nuevo Mundo del que se tiene constancia.

Al poco tiempo, la familia tuvo que regresar a Groenlandia y a Islandia. Fue entonces cuando se establecieron en Glaumbaer.

Islandia se había convertido oficialmente al cristianismo. Þorfinnur falleció y, cuando Snorri se hubo casado, Guðríður decidió peregrinar a Roma a fin de expiar sus pecados. Para asegurarse un feliz retorno, prometió construir una iglesia en Glaumbaer. Snorri la edificó antes de que ella regresase. Guðríður volvió sana y salva y, desde entonces, vivió dentro de la iglesia como una ermitaña.

Seguramente Guðríður Þ. fue una de las mayores y más valientes viajeras de la Edad Media. Hizo hasta ocho travesías por el Atlántico Norte, habitó en América, parió allí un hijo y, ya mayor, atravesó Europa, ida y vuelta, desde el Ártico al Mediterráneo.

Ante la iglesia de Glaumbaer y también en Laugarbrekka hay sendas reproducciones de la escultura de Asmundur Sveinsson que representa a Guðríður a bordo del drakkar, con su hijo Snorri alzado sobre el hombro izquierdo.

La granja de Glaumbaer. Entre la puerta de la iglesia y las casas se ve (casi hay que adivinarla) la escultura de Guðríður Þorbjarnardóttir con su hijo al hombro.

Continuación a través de majestuosas montañas y estrechos desfiladeros hasta la capital del norte. Llegada a Akureyri, ciudad situada a tan sólo 100 km al sur el Círculo Polar Ártico. Cena en el hotel y alojamiento.