Bikaner

El principal motivo por el que los viajeros hacen parada en Bikaner es acercarse hasta Deshnoke, un pueblo situado a unos 30 kilómetros donde se encuentra el templo de Karni Mata.

Karni Mata fue una encarnación de la diosa Durga que en el siglo XIV pidió a Yama, dios de la muerte, que devolviera la vida a su hijo Lakhan, quien había muerto ahogado. Al ver negada su petición, Karni Mata decretó que todos los miembros de su familia se reencarnarían en ratas, animales que hoy pueden contarse por centenares en este templo donde se les cuida y venera.

La visita sigue siendo bastante… asquerosilla. No tanto por los roedores, sino por todo aquello que su presencia acarrea:un olor nauseabundo y el suelo lleno de orines y heces que desgraciadamente hay que pisar con los pies descalzos (o con calcetines, en el mejor de los casos).

Las ratas en sí me sorprendieron por pequeñas en comparación con las que se encuentran en las calles. Para supuestamente vivir con todos los lujos a los que una rata puede aspirar, tienen un aspecto realmente enfermizo, dando la impresión de trasmitir cientos de enfermedades si alguna roza tus pies.

En teoría ver una rata blanca es señal de buena suerte.