SHI'ÚR 13

El Legado del Pueblo Judío

¿Qué es lo que marca la singularidad del pueblo judío? Uno de los rasgos característicos es que Dios le comunicó Su Voluntad a través de los Diez Mandamientos a todo el pueblo judío, compuesto por aproximadamente dos millones y medio de personas, en un evento de revelación nacional que tuvo lugar en el Monte Sinaí hace más de 3,300 años. Luego Dios le enseñó toda la Toráh a Moshéh y le ordenó enseñársela al resto del pueblo, para que la practicaran y la transmitieran de generación en generación.

Una organización rabínica en una oportunidad estaba buscando un hotel en el cual poder realizar un seminario. Encontraron un establecimiento que ofrecía un precio razonable y que era adecuado para sus necesidades y ya estaban dispuestos a reservarlo para la fecha del evento. Sin embargo, a último momento se suscitó un conflicto con los empleados de la cocina. Los Rabinos necesitaban tener control exclusivo sobre la cocina para poder estar seguros de que toda la comida del evento sería kashér. Si tan solo uno de los utensilios del hotel llegaba a mezclarse con los utensilios kashér, eso comprometería la integridad del evento. Los empleados de la cocina del hotel se mostraron ofendidos. Un Rabino les explicó:

- No tenemos posibilidad de negociar al respecto. Lo hemos estado haciendo de esta manera durante 3,300 años.

- ¡¿Tres mil trescientos años!? –exclamó el chef principal- ¡Yo no deseo ser quien vaya a romper esa cadena! (De “I Wouldn’t Want to Be the One to Break That Chain!”, por el Rav Label Lam, Torah.org)

La Toráh es un regalo maravilloso y no es nada simple ser los portadores de esta herencia. El hecho de observar los mandamientos de la Toráh es ampliamente recompensado, pero eso también requiere mucha entrega. Recibir la Toráh no es algo que puede tomarse a la ligera; requiere preparación y entendimiento de la misión que eso acarrea. En Shavu’ót, tenemos la oportunidad de visualizar una mínima porción de la inmensidad de la Toráh y ganar una mayor valoración de nuestro rol como el pueblo que recibió este legado.

Los Diez Mandamientos

Los Diez Mandamientos son el punto central de la lectura de la Toráh el primer día de Shavu’ót. En la Revelación del Monte Sinaí, todo el pueblo judío –aproximadamente dos millones y medio de personas, «oyó» los Diez Mandamientos. Dios también gravó los Diez Mandamientos en dos tablas de piedra y Moshéh las bajó del Monte Sinaí el día 17 de Tamúz, pero las quebró al ver el Becerro de Oro. Posteriormente Dios le ordenó a Moshéh que grabara los Diez Mandamientos en unas nuevas tablas y las llevó al pueblo judío en Yom Kipúr.

Parte H. ¿Cuáles Son los Diez Mandamientos?

1. Shemót (Éxodo) 20:2-14 – Los Diez Mandamientos

א) אָנֹכִי יְהֹוָה אֱלֹהֶיךָ אֲשֶׁר הוֹצֵאתִיךָ מֵאֶרֶץ מִצְרַיִם מִבֵּית עֲבָדִים:

ב) לֹא יִהְיֶה לְךָ אֱלֹהִים אֲחֵרִים עַל פָּנָי:

ג) לֹא תִשָּׂא אֶת שֵׁם יְהֹוָה אֱלֹהֶיךָ לַשָּׁוְא:

ד) זָכוֹר אֶת יוֹם הַשַּׁבָּת לְקַדְּשׁוֹ:

ה) כַּבֵּד אֶת אָבִיךָ וְאֶת אִמֶּךָ:

ו) לֹא תִרְצַח:

ז) לֹא תִנְאָף:

ח) לֹא תִגְנֹב:

ט) לֹא תַעֲנֶה בְרֵעֲךָ עֵד שָׁקֶר:

י) לֹא תַחְמֹד:

1. Yo soy el Eterno tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto.

2. No tendrás otros dioses fuera de Mí.

3. No pronunciarás el Nombre del Eterno tu Dios en vano.

4. Recuerda el Shabát para santificarlo.

5. Honra a tu padre y a tu madre.

6. No asesinarás.

7. No cometerás adulterio.

8. No robarás.

9. No darás falso testimonio.

10. No codiciarás.

Si bien muchos de los mandamientos se entienden por sí mismos (por lo menos a nivel superficial), vale la pena aclarar algunos puntos para poder lograr un entendimiento básico de todos ellos.

El primer mandamiento, en particular, requiere cierta explicación. A nivel superficial, pareciera ser una afirmación de una realidad y no un mandamiento. Sin embargo, nuestros Sabios explican que esta afirmación constituye de hecho una mitzváh: La mitzváh de creer en Dios.

2. Séfer HaJinúj, Mitzváh Nº 25 – El primero de los Diez Mandamientos requiere que creamos en la existencia de Dios y en Su rol en el éxodo de Egipto.

להאמין שיש לעולם אלוק אחד שהמציא כל הנמצא, ומכחו וחפצו היה כל מה שהוא ושהיה ושיהיה לעדי עד, וכי הוא הוציאנו מארץ מצרים ונתן לנו את התורה. שנאמר בתחילת נתינת התורה "אנכי ה' אלקיך אשר הוצאתיך מארץ מצרים" וכו' ופירושו כאילו אמר תדעו ותאמינו שיש לעולם אלוק כי מלת אנכי תורה על המציאות. ואשר אמר "אשר הוצאתיך" וכו' לומר שלא יפתה לבבכם לקחת ענין צאתכם מעבדות מצרים ומכות המצרים דרך מקרה אלא דעו אנכי הוא שהוצאתי אתכם בחפ. ובהשגחה כמו שהבטיח לאבותינו אברהם יצחק ויעקב.

[El primer mandamiento es] creer que existe un único Dios en el mundo Quien creó todo lo que existe y todo lo que fue, es o será para toda la eternidad es un resultado de Su poder y de Su deseo; y Él es Quien nos sacó de la Tierra de Egipto y nos entregó la Toráh. Como está escrito al comienzo de la entrega de la Toráh: «Yo soy el Eterno, tu Dios, Quien te sacó de Egipto…». Lo cual es como si Él hubiera dicho: «Debes saber y creer que hay un Dios en el mundo», porque la frase «Yo soy» indica Su existencia. Y cuando Él dijo: «Quien te sacó de Egipto», implica que no debes verte tentado a interpretar tu redención de Egipto y las plagas que cayeron sobre los egipcios como meros actos del azar; sino que debes saber que «Yo soy Quien te sacó», intencionalmente y con providencia, tal como Él le había prometido a nuestros patriarcas Avrahám, Itzjáq y Ya’aqóv.

3. Basado en el Rav Isasjár Frand, «Listen to Your Messages», ArtScroll, páginas 60-61 – La Importancia de los Diez Mandamientos.

El primer mandamiento – Yo soy el Eterno, tu Dios. La fe en el Todopoderoso es la base de nuestra religión. El segundo mandamiento: No tendrás otros dioses. Obviamente está prohibido practicar la idolatría. Tercero –no mencionar el Nombre de Dios en vano- la reverencia y el respeto son fundamentales. El cuarto es el Shabát. Al observar y santificar al Shabát damos testimonio del hecho de que Dios creó al mundo en seis días. Muy importante. Honrar a los padres –el quinto mandamiento nos condiciona a ser agradecidos con la fuente de nuestros beneficios, sentimientos que en última instancia son canalizados hacia nuestra relación con Dios.

Asesinato. Adulterio. Robo [secuestro – ver más adelante]. Dar falso testimonio. Todas estas conductas son opuestas a la fe en un Creador benevolente Que desea un orden social moral y justo.

El décimo – No codiciar. Los celos. No codicies la esposa de tu vecino, ni su burro, ni ninguna de sus posesiones. Éste es un principio básico del judaísmo [ver la explicación más adelante].

De acuerdo con la tradición rabínica, el octavo mandamiento: «No robarás», no debe ser entendido literalmente. Nuestros Sabios enseñan que el octavo mandamiento en verdad se refiere a la prohibición de secuestrar o raptar. Obviamente que la Toráh prohíbe el robo, pero esta prohibición aparece en otra parte.

4. Rashí, Shemót (Éxodo) 20:13 – El versículo de los Diez Mandamientos que prohíbe el robo en verdad es una referencia al secuestro.

לא תגנוב – בגונב נפשות הכתוב מדבר. לא תגנובו – בגונב ממון.

«No robarás» – el versículo se refiere al secuestro. «No robarán» [en plural, un versículo que aparece después en Levítico] se refiere al robo monetario.

El décimo mandamiento prohibiendo la envidia también requiere ser analizado. Podemos entender la razón por la cual las prohibiciones del asesinato, del adulterio y otras cosas similares, que son ofensas dolorosas y graves, merecieran ser incluidas en los Diez Mandamientos. ¿Pero de qué manera la envidia cabe en estas prohibiciones? Muchos preceptos de la Toráh no fueron incluidos en los Diez Mandamientos. ¿Por qué éste fue destacado?

5. Aví Ézer, Shemót 20:14 – El precepto de «No codiciarás» aparece al finalizar los Diez Mandamientos porque la codicia y la envidia es la raíz de muchos pecados.

ולדעתי נראה בציווי לא תחמוד וכן לא תתאוה שהמה באים בסוף הדברות כמו מוכיח חכם על אוזן שומעת מזהיר תחלה הפרטים ואחר כן כולל בסוף ענין אחד הכולל כל הפרטים וכשנשמר מהכלל אשא מזהיר בסוף נשמר מכל הפרטים. כי ידוע דעיקר ורוב עבירות באים מחמוד ממון או חמוד זנות וטרם עובר עבירה חומד בלבו תכלית ממון המגיע ממנה כמו עדות שוא ושקר ושבועת שקר ועשות מלאכה בשבת ורצוח, וכן מחמת חמדת ממון פוגע בכבוד יולדיו, ולפעמים עובד עבודה זרה למצוא חן בעיני העובדים לפרנס אותו. . . .

En mi opinión, el precepto «No codiciarás» (y la correspondiente mitzváh de «No desearás») aparece al finalizar los Diez Mandamientos por la misma razón que una persona sabía que reprende a una audiencia primero los amonesta por ciertos actos específicos y luego concluye con un reproche sobre un comportamiento general que incluye todos los detalles específicos, de manera tal que todo el que desista de ese comportamiento general automáticamente quede también protegido de los comportamientos más específicos. De manera similar, la mayoría de los pecados son el resultado de un deseo de riqueza o inmoralidad, y cualquier pecado que una persona comete está precedido por el deseo del beneficio económico que espera recibir de él, tales como el perjurio, jurar en falso, realizar tareas prohibidas en Shabát y el asesinato. De manera similar, el deseo por el dinero a veces puede llevar a la persona a actuar de manera deshonrosa con sus padres y a veces una persona puede hacer idolatría para caer en gracia con los miembros de esa idolatría para que le provean sustento.

Hay otra razón más y fundamental por la cual la obligación de no codiciar está incluida en los Diez Mandamientos.

6. Rav Isasjár Frand, «An Offer You Can’t Refuse» (Una oferta que no puedes rechazar), ArtScroll Publications, páginas 54-55 – La raíz de los celos es una deficiencia en la fe en Dios.

El Gaón de Vilna señala en Éven Shelemáh que «lo tajmód» abarca también a todos los otros mandamientos. Ésa es la raíz de todo mal. El Rav Jaím Vital escribe que por esta razón es el último de los Diez Mandamientos, porque es comparable a todos ellos juntos.

¿Por qué somos tan propensos a «lo tajmód»? ¿Por qué deseamos aquello que no tenemos? La respuesta radica en una fundamental falta de emunáh, una fe insuficiente en la Providencia y en la conducción del Creador. Si verdaderamente creemos desde las profundidades de nuestro ser que tenemos aquello que poseemos porque ésa es la manera en la cual el Todopoderoso desea que sea, y que los demás tienen lo que poseen porque eso es lo que el Todopoderoso desea, entonces no tendremos ningún problema en este sentido –incluso si no podemos llegar a comprender completamente el plan Divino. Pero el problema es que en algún nivel de nuestra conciencia o subconsciencia continuamos creyendo que nosotros tenemos el control, que si tratamos un poco más lograremos aquellas cosas que deseamos. Simplemente no podemos aceptar que no somos los dueños y los directores de nuestro propio destino.

Por lo tanto, el décimo mandamiento es el fundamento de todos los otros mandamientos. Los celos son el resultado de una falta de fe en Dios; la falta de fe puede llevar a las más serias transgresiones. Una persona que entiende que todo emana de la Voluntad de Dios y que en última instancia todo es para su bien, no caerá en la trampa de los celos y la envidia, ni en las transgresiones que vienen junto con ellos. De esta manera, la prohibición de codiciar puede entenderse como una llave que permite cumplir toda la Toráh.

Lehitra’ót! 🙋🏻‍♂️