RUT LA MOABITA, BISABUELA DEL REY DAVID Y EJEMPLO DE MUJER FUERTE, VALIENTE Y SOLIDARIA
El Libro de Rut es una historia extraordinaria del Tanáj. En su centro está la valiente amistad entre dos mujeres que conduce a la fundación de la dinastía davídica, y una heroína cuyos rasgos de carácter la convirtieron en un símbolo eterno de belleza. Entre los cientos de historias que aparecen en la Tanáj, el relato que se desarrolla en el Libro de Rut está imbuido de un espíritu único, fresco y de una originalidad sin igual. Es una historia desprovista de figuras masculinas heroicas o villanas, sin pecado ni castigo, sin guerra ni paz. Es una historia de la vida misma plasmada en las figuras de dos protagonistas femeninas: Rut y Na'omí. El Tanáj dedica muy poco espacio a las historias de mujeres, y pocas figuras femeninas reciben un libro completo. Algunas mujeres en el Tanáj ni siquiera son mencionadas por su nombre, y aquellas que lo son tienden a enfatizar su apariencia externa. Rut es una excepción.
El libro narra la historia de Elimélej, un hombre judío de Bet-Léjem de Yehudáh que emigró con su familia al país de Mo'áv. Su esposa se llamaba Na'omí y sus hijos, Kilión y Majlón. Al morir Elimélej, sus dos hijos se casaron con Orpáh y Rut de Mo'áv, respectivamente.
Unos diez años más tarde, murieron también los dos hijos sin dejar descendencia, y entonces Na'omí, acompañada de su nuera Rut, regresó a Bet-Léjem, mientras que Orpáh decidió regresar con su familia.
Rut es una heroína cuyas acciones definen su carácter: su devoción por su suegra Na'omí, quien no puede ofrecerle nada más que compañía; su voluntad de dejar atrás su vida familiar y mudarse a un país extranjero, sin dinero, propiedad o seguridad; su modestia, ingenio y la valiente amistad entre la joven viuda extranjera y su suegra. Todos estos factores hacen de Rut una bella figura, sin que sepamos nada de su aspecto físico.
Estos rasgos explican por qué Rut cautivó la imaginación de tantos artistas y, a menudo, sirvió como modelo de belleza femenina en pinturas de escenas bíblicas, particularmente durante la era romántica. Por lo tanto, no sorprende que una serie de postales publicadas por la editorial “Lebanón” a fines del Siglo XIX y principios del Siglo XX incluya una serie de maravillosas reproducciones de obras de arte que representan escenas del Libro de Rut.
Rut no es una heroína clásica. Es una figura al margen de la sociedad: extranjera, viuda y pobre. Pero, como en un cuento de hadas, su historia no solo termina con un feliz matrimonio con un hombre respetable, miembro del pueblo elegido, sino que también es recompensada: su linaje establece la dinastía real del rey David. Este éxito no debe darse por sentado en el mundo patriarcal del Tanáj. De hecho, una historia tan positiva que trata sobre la relación entre dos mujeres -Rut y Na'omí- es única en el panorama literario del Tanáj.
En apenas cuatro capítulos, el Libro de Rut logra crear la imagen de un mundo completo para las heroínas de la historia, esbozando una relación delicada y amorosa, que, contra viento y marea, cambia destinos, y para bien. El breve diálogo del primer capítulo entre Na'omí y sus nueras viudas, Orpáh y Rut, prepara el escenario para una trama mucho más amplia.
Na'omí pide virtuosamente a sus nueras que regresen a su comunidad para reconstruir su vida. Sin embargo, Rut elige compartir el destino de su suegra a pesar de las muchas dificultades, ofreciendo una fuerte declaración de amor:
“No me ruegues que te deje, y que deje de seguirte; porque a donde tú vayas, yo iré; y donde tú te alojes, yo me alojaré; tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios; donde tú mueras, yo moriré, y allí seré sepultada; solo la muerte me separará de ti” - Rut 1: 16–17
Los lectores aprenden sobre sus dificultades solo tácitamente a partir de la historia. En su momento más vulnerable, Rut y Na'omí encuentran una solución inteligente que se basa en sus respectivos talentos. En un esfuerzo por salvar a su suegra de morir de hambre, Rut va a los campos a recoger los tallos de trigo que arrojan los segadores. Mientras tanto, Na'omí, que no se une a Rut en el campo, usa su sentido práctico para idear un plan para salvar a su valiente nuera en caso de peligro. El cuidado mutuo y la capacidad de escucharse son las claves de su alianza. Sabiendo que una mujer joven e impresionante como Rut llama la atención, Na'omí crea las condiciones para una solución al predicamento de su nuera, que en el mundo bíblico es el matrimonio y el estatus.
En la siguiente parte de la historia, se esconde más de lo que se revela. El autor bíblico deja cosas aparentemente inocentes en la superficie. Sin embargo, al colocar la escena entre Rut y Bó'az en la noche y usar un lenguaje repleto de verbos que tienen un significado sexual secundario, construye una tensión sexual palpable. Nunca sabremos qué pasó esa noche entre Rut y Bó'az en el campo de trigo, pero la historia termina felizmente: Bó'az redime a la pobre extranjera Rut y su matrimonio la convierte en una mujer rica y respetable. De este matrimonio nació un hijo, Ovéd, que más tarde sería abuelo del rey David. Así, Rut ingresa por sus propias virtudes en la religión judía.
Con el nacimiento del hijo de la pareja, Na'omí también es recompensada, se convierte en abuela, un papel que casi le fue negado. La dinastía davídica se estableció gracias a estas dos mujeres y su historia está consagrada en el Tanáj.
Al final, el destino de Rut y Na'omí fue cambiado por las acciones de los hombres. Sin embargo, esas acciones fueron moldeadas cuidadosamente por la instigación y la guía femenina reflexiva.
Los primeros tres capítulos describen una hermandad emprendedora y valiente de dos mujeres únicas. Rut es asertiva, independiente y leal a Na'omí. Actúa con modestia y con total confianza en la sabiduría de su mayor. En recompensa a su lealtad y bondad, la sabia Na'omí guía la vida de la joven para asegurar su futuro bienestar. Na'omí y Rut demuestran una autonomía y sabiduría femenina que no se describen en ninguna otra parte del Tanáj. Juntos actúan en beneficio propio dentro de las convenciones sociales de la época y sin comprometer su reputación.
Lehitra'ót! 🙋🏻♂️