PINJÁS
PINJÁS
PARASHÁT PINJÁS
(Porción "Finees")
Bemidbár (Números) 25:10 -30:1
HAFTARÁH
Melajím Álef (1 Reyes) 18:46 - 19:21
Yirmeyáhu (Jeremías) 1:1 - 2:3
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NOTA:
En la mayoría de los años, Parashát Pinjás cae después del 17 de Tamúz, y en su lugar se lee la Haftaráh de Parashát Matót (Yirmeyáhu / Jeremías 1:1 - 2:3). La Haftarát Pinjás se lee raramente y solo en algunos de los años que tienen un segundo mes de Adár.
Resumen
HaShém le ordena a Moshéh que le informe a Pinjás que habrá de recibir el "pacto de la paz" de HaShém en recompensa por su acto intrépido (ejecutar a Zimrí y Kozbí, la princesa midianita). HaShém le ordena a Moshéh que el pueblo mantenga un estado de enemistad con los midianitas, debido a que ellos fueron los que incitaron al pueblo judío a que pecara. Moshéh y El’azár reciben la orden de contar al pueblo judío. La Toráh enumera los nombres de las familias de cada una de las tribus. La cantidad total de hombres aptos para servir en el ejército es de 601.730. HaShém le explica a Moshéh el modo de distribuir la Tierra de Israel a los israelitas. Se registra la cantidad de familias que componen la tribu levita. Las hijas de Tzelofejád presentan un reclamo ante Moshéh: en ausencia de un hermano varón, reclaman para sí la porción de su padre de la Tierra de Israel. Moshéh Le pregunta a HaShém cuál debe ser el veredicto en tal caso, y HaShém le responde que el reclamo de las hijas es justo. La Toráh enseña las leyes y prioridades que determinan el orden de herencia. HaShém le ordena a Moshéh que suba a la montaña y contemple la Tierra a la que el pueblo judío pronto habrá de ingresar, si bien el propio Moshéh no entrará a ella. HaShém pide a Moshéh que designe al líder que lo sucederá, y HaShém elige a Yehoshúa Ben Nun. Moshéh designa a Yehoshúa como su sucesor, en presencia de toda la nación. La parasháh concluye con enseñanzas especiales referidas al servicio del Bet HaMiqdásh.
Comentario
Como judíos nos surge reiteradas veces la pregunta: ¿Cuál es la mitzváh más importante?, ¿cuál es el mandamiento más importante de todos?, si es que existe uno que se defina como tal.
Para responder a esta pregunta encontramos un midrásh que habla de tres Sabios que se encontraban sentados en una mesa y se hacían esta misma pregunta que nos hacemos nosotros hoy.
El primer Sabio dice que la mitzvhá más importante es recitar el Shemá Isra’él. Porque reconocemos a Adonáy como el único Dios, y así estamos cumpliendo la mitzváh más importante que está escrita en la Toráh.
El segundo Sabio no está de acuerdo. Él cree que la mitzváh más importante de la Toráh la vemos en el pasúq “Veha’avtá lere’ajá kamója” “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Vayiqrá 19-18). Porque nos habla de cómo comportarnos con los demás, y así poder concretar un mundo mejor.
El tercer Sabio, Shim’ón Ben Pazí, no está de acuerdo con ellos. Dice que la mitzváh más importante se encuentra en la porción de Toráh que leemos esta semana, Pinjás:
אֶת־הַכֶּ֥בֶשׂ אֶחָ֖ד תַּעֲשֶׂ֣ה בַבֹּ֑קֶר וְאֵת֙ הַכֶּ֣בֶשׂ הַשֵּׁנִ֔י תַּעֲשֶׂ֖ה בֵּ֥ין הָֽעַרְבָּֽיִם׃
“Uno de los corderos ofrecerás por la mañana, y el otro cordero ofrecerás al amanecer” – Bemidbár 28:4
Esto hace referencia al Qorbán Tamíd, es decir, los sacrificios animales que se hacían en la época del Primer y Segundo Sagrado Templo.
Lo curioso es que precisamente el pasado 17 del Tamúz, fue la fecha en la que las murallas de Jerusalem fueron destruidas. Y posteriormente, tres semanas después (el 9 de Av), destruido el Segundo Sagrado Templo de Jerusalem allá por el 70 de la era común y, por ende, el día en que estos sacrificios terminaron, debido a la imposibilidad de hacerlos sin el Sagrado Templo en nuestras manos.
Hace casi 2000 años que como judíos no nos conectamos de esa manera con Dios. Pero, dos mil años después, seguimos recordándolas por las mañanas y por las tardes en nuestros rezos, en representación de aquella forma de conectarse con lo Divino.
Este último Sabio nos cuenta que ésta es la mitzváh más importante, porque representa ser persistente, hacerlo una y otra, y otra vez. No es lo que hacemos, sino cómo lo hacemos, y cuán seguido lo realizamos, sabiendo que no nos vamos a dar por vencidos. En hebreo este concepto se llama התמדה Hatmadáh (“Perseverancia”).
Esta parasháh nos enseña el secreto del éxito, el por qué seguimos aquí hoy, como pueblo judío y como comunidad. Si por algo es, será por no habernos dado por vencidos frente a nuestros ideales y acciones
Que podamos seguir teniendo Hatmadáh, con nuestro judaísmo, con nuestras buenas acciones y con las personas que nos rodean, para que todo esto que hacemos día a día siga siendo cada día mejor por otros dos mil años más y los que vengan.
Lehitra'ót!
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