3. INICIATIVA EMPRENDEDORA

Emprender es salir de tu zona de confort. Te encantará este vídeo para motivarte a comenzar:

INICIATIVA EMPRENDEDORA

En los últimos años han aparecido productos y servicios que no podíamos ni imaginar cuando éramos niños: las telecomunicaciones, Internet, sofisticados aparatos para la telefonía móvil, aplicaciones de todo tipo, muchas de las cuales ponen en contacto, en segundos, a compradores y vendedores de objetos que ya no se utilizan, relojes que reciben mensajes o que controlan nuestra actividad física y nuestro ritmo cardíaco... Pues todo ello, cualquier novedad, cualquier avance en la sociedad, es resultado de la iniciativa emprendedora de alguien.

La iniciativa emprendedora supone la capacidad de convertir una idea en una realidad utilizando imaginación e ingenio (creatividad) para hacer algo nuevo o algo que ya existe, pero con alguna modificación (innovación), y siempre asumiendo el riesgo de las decisiones. Una persona emprendedora ve oportunidades donde otros ven problemas. Debido a los continuos cambios que se producen en nuestra sociedad, la creatividad y la innovación son las características que diferencian una iniciativa emprendedora de éxito de otra condenada al fracaso.

Podemos definir la iniciativa emprendedora como la capacidad para hacer realidad una idea innovadora, es decir, emprender es transformar una idea en un proyecto concreto, generando algún beneficio.

La iniciativa emprendedora surge con la identificación de una oportunidad y la capacidad para explotarla con una idea de negocio, que debe cumplir ciertos requisitos para tener éxito:

  • Cubrir una necesidad en el mercado, es decir, los clientes necesitan ese producto.

  • Producir beneficios, es decir, el producto debe ser rentable a corto plazo o en un futuro.

  • Ser técnicamente posible, es decir, se puede llevar a cabo con los medios técnicos actuales.

  • Aportar novedad o distinción, es decir, el producto debe diferenciarse de la competencia de algún modo.

La iniciativa emprendedora es muy valorada como instrumento de desarrollo económico y social, ya que favorece la innovación, el desarrollo tecnológico, y la creación de empleo. Por eso, la Unión Europea fomenta la cultura emprendedora como un elemento estratégico en las políticas educativas, de empleo y económicas.

Es cierto que la iniciativa emprendedora se basa en una serie de características personales. Pero hay aspectos de nuestra personalidad que solo podemos desarrollar si recibimos los estímulos necesarios para ello. En otras palabras, la iniciativa emprendedora se puede aprender.

En esta línea, podemos hablar de cultura emprendedora, definida como el conjunto de valores, cualidades, habilidades y competencias que se enseñan y que comparte una comunidad. La cultura emprendedora enseña a las personas a identificar las oportunidades y reunir los recursos suficientes para transformarlas en una empresa. La cultura emprendedora está ligada al crecimiento económico y a la creación de riqueza y bienestar social en un espacio geográfico concreto.

Una persona emprendedora es aquella capaz de identificar una oportunidad y organizar los recursos necesarios para aprovecharla, aunque eso conlleve afrontar riesgos. Ser emprendedor supone una actitud, una forma de vida. Para un emprendedor es básica la iniciativa, la ambición, la toma de decisiones, organización, creatividad, optimismo, pasión y sobre todo, arriesgarse. Un emprendedor debe ser capaz de organizar y liderar.

Así, la iniciativa emprendedora se asocia con las siguientes capacidades y destrezas:

1) Motivación: Nadie puede abordar un proyecto ambicioso y arriesgado sin la ilusión y el empuje que da creer firmemente en ese proyecto. Los motivos concretos por los que se elige un proyecto u otro pueden ser muy distintos, pero tienen que motivar al emprendedor.

2) Creatividad: La capacidad de innovar define al emprendedor; ser capaz de ver una nueva necesidad en un mercado o en la sociedad, de concebir una nueva manera de resolver un problema, de ver las cosas de forma diferente, de cambiar las reglas.

3) Capacidad de análisis: La creatividad no basta si el emprendedor no es capaz de pasar de la intuición al análisis de la realidad. Solo así es capaz de identificar y aprovechar las oportunidades, de establecer un plan de trabajo, de entender los puntos fuertes y débiles de su proyecto, de detectar los errores cometidos y corregirlos.

4) Iniciativa: La capacidad de iniciativa personal, el gusto por organizar nuevos proyectos, es probablemente el elemento que mejor resume el adjetivo emprendedor. Se asocia a la autonomía en la toma de decisiones, a la energía a la hora de afrontar el trabajo, a la confianza en uno mismo y a una actitud proactiva, es decir, que gusta de tomar el control de la situación y de anticiparse a los acontecimientos.

5) Inclinación a asumir riesgos: El emprendedor debe estar dispuesto a enfrentarse a situaciones de riesgo en los proyectos que emprende. Se trata de entender que toda decisión importante conlleva un riesgo y que el que no arriesga no gana, aunque sea esencial calcular el riesgo en la medida de lo posible. Eso implica también una tolerancia al fracaso, que es asumido como una forma de aprender de los errores.

6) Compromiso: De nada vale iniciar un proyecto si no se siente el compromiso de continuarlo. El compromiso con el proyecto implica responsabilidad, que el emprendedor sienta que es responsable de sus actos, responsable ante sus empleados, sus socios o sus clientes, responsable ante la sociedad. El compromiso también se asocia con la dedicación al trabajo y con la tenacidad, es decir, la capacidad de seguir adelante afrontando las dificultades.

7) Capacidad de organización y adaptación: El emprendedor es un organizador. La parte fundamental de su trabajo diario es planificar tareas, priorizarlas sobre la base de unos recursos escasos y de un tiempo limitado, distinguir lo importante de lo urgente, abordar los problemas en orden en vez de sentirse desbordado. Pero también debe saber adaptarse a los cambios con flexibilidad. De hecho, el gusto por el cambio es una virtud en un emprendedor.

8) Habilidades sociales y liderazgo: El emprendedor es un comunicador. Trata ante todo con personas y debe ser capaz de relacionarse con ellas, de convencerlas, de escucharlas, de inspirar confianza. Pero además suele dirigir a personas. Por eso es tan importante el liderazgo, es decir, la capacidad de influir en las personas, de sacar lo mejor de ellas, de lograr que colaboren con el proyecto y se sientan personalmente involucradas en él.

Cuando pensamos en un emprendedor pensamos normalmente en un empresario, tal como hemos hecho. La creación de empresas es la manifestación más típica de la iniciativa emprendedora, pero ésta no es algo exclusivo de las empresas y los empresarios, sino que, como hemos visto más arriba, se refiere a un conjunto de cualidades personales que se pueden materializar en otros proyectos y ámbitos.

PRINCIPALES MODELOS DE EMPRENDEDOR

El emprendedor empresario es la persona que advierte una oportunidad en el mercado y es capaz de desarrollar un proyecto empresarial innovador y viable a partir de ella.

El emprendedor social es un emprendedor que, en vez de dedicar su creatividad a la creación de proyectos empresariales, la dedica a la creación de proyectos destinados a mejorar el bienestar social (creadores y gestores de Organizaciones No Gubernamentales -ONGs-, fundaciones, proyectos sociales, asociaciones culturales, políticas o sindicales, entidades de economía social...) Su iniciativa y sus estrategias cotidianas no se distingue mucho de las propias del emprendedor empresario, aunque sus fines no sean los mismos.

El intraemprendedor es un directivo o un gestor que trabaja por cuenta ajena en una empresa u otro tipo de organización (desde una ONG a la propia Administración Pública) y cuya función en ella consiste en aportar ideas innovadoras y desarrollar proyectos a partir de ellas.

El trabajador emprendedor es también un trabajador por cuenta ajena. Es sencillamente el trabajador que en el ejercicio de su trabajo se caracteriza por una actitud emprendedora, aunque su función prioritaria no consista en aportar innovación a la empresa (como ocurría en el caso anterior). Aunque no se define como un emprendedor, actúa como una persona emprendedora.

TAREA 1

Indica si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas:

1) La iniciativa emprendedora está relacionada con la capacidad de ver nuevas formas de abordar los problemas, de desarrollar ideas que los resuelvan y de ser capaz de llevarlas a la realidad.2) Emprendedor significa lo mismo que empresario.3) Un trabajador por cuenta ajena no es un emprendedor. Es su jefe el emprendedor.4) El objetivo que define al emprendedor es conseguir que su empresa gane mucho dinero.5) No se puede aprender a ser emprendedor, ya que serlo o no depende de tu carácter.

TAREA 2

Ve el vídeo con las 12 claves para pensar como un empresario y anótalas en un listado, subrayando las 4 que te parecen más importantes y explicando porqué.

En estos días de encierro a veces ya no sabemos ni qué ver en la televisión. Por eso voy a aprovechar para recomendaros películas muy interesantes y entretenidas para emprendedores, que reflejan las tres cualidades fundamentales de un emprendedor: conocimientos, pasión y perseverancia. Algunas son auténticos clásicos. Tenéis el listado pinchando en el título. Animaos a verlas, no os decepcionarán.

Emprender es sobrevivir. No hay éxito sin emprendimiento.

Te animamos a que leas ¿Quién se ha llevado mi queso?, un curioso librito publicado en 1998, obra de un escritor estadounidense, Spencer Johnson. (Si pinchas el enlace tendrás acceso al libro completo; es muy cortito y se lee en un rato).

Presenta en forma de parábola una manera sorprendente de afrontar el cambio en el trabajo y en la vida privada. Contando la historia de dos ratones, dos liliputienses, que buscan el queso que necesitan para vivir, describe el cambio en el trabajo y la vida, y las típicas reacciones ante él: resistirse por miedo a algo peor, aprender a adaptarse al cambio puesto que puede conducir a algo mejor, detectar pronto las novedades y aprovecharlas, anticiparse al cambio y correr a la acción.

Te aseguramos que después de leerlo serás más fuerte, más inteligente y más competitivo en el mercado laboral.

¿SABES EN QUÉ CONSISTE EL EMPRENDIMIENTO SOCIAL?

Se trata de la creación de un tipo de empresa distinto de la típica empresa privada con fines de lucro y también de la empresa pública del sector estatal; su objetivo es la satisfacción de las necesidades sociales, medioambientales o de otro tipo, de la comunidad en la que se desenvuelve.

El emprendimiento social aplica métodos de mercado para lograr objetivos sociales. Esto incluye tanto a organizaciones sin fines de lucro, como empresas con fines comerciales pero cometido social. Este tipo de empresas se proponen metas de impacto social en sus comunidades o el mundo, como financiar actividades gratuitas, prestar apoyo a microemprendimientos, proteger a los sectores más débiles, etc.

Con mucha frecuencia los emprendimientos sociales son financiados por el Estado o por inversores privados, pero en líneas generales aspiran a cierto margen de autonomía y libertad que necesariamente pasa por lo autosustentable. Las cooperativas, las uniones, muchas ONG’s y organizaciones comunitarias son buenos ejemplos de emprendimientos sociales.

Puedes encontrar ejemplos e ideas de emprendimiento social en la página web Social Enterprise.es