II: EL CONOCIMIENTO
Sentir el vahído de la puerta
Cuando se abre a la luz del atardecer.
Ojalá el atardecer pudiera entender
Lo que siente la puerta perder.
Tantas entradas y salidas
Han gemido inseparables con su bisagra.
Si tan solo el sabio horizonte se detuviera
Algo conservaríamos del día.
Las copas de los árboles arrastran pasiones,
A su vera sentir el fluido entender
Más cerca de las nubes que alargan el cielo.
Entre las ramas del lúcido pensar
Vaciamos el espacio con cuerpos explicativos
Para que la reflexión haga más incierto el saber.
*
Pero no cierres la puerta al árbol que crece
Para poder atrapar de la nada, algo,
Ahora todo se desvanece
Entre los rayos de sol y velan nuestra mirada.
Árbol de tantos presentimientos,
Que tanta verdad retienes,
No dejes los goznes oxidar
Para permanecer siempre en el vaivén.
Muchos quieren explicarlo todo
Sin haber sentido a la puerta oscilar,
Sin haber crecido junto al bambolear.
En atardecer de vientos enrarecidos,
Del árbol no saben cuánto han perdido.
Y sin consuelo: no han vivido.