COLCHÓN AMARGO
Reposo mis bulbos
escotados en alambre
sobre tus hielos.
Tu morada estrecha
abierta ríe sangre,
se cubre de extravíos.
Cansada de emprenderla
con fundillos de vestíbulo,
silbas escapes en curvas.
Afluentes invitan,
remolinean en la unión
con los dedos salivados.
Caldo de folículos
transpira en el vector,
se cuecen labios.
Sentada criando asfixia,
posando sin desposarse
y hierves, reseca.
Hundido conducto estanca
tic-tac de leche cortada,
rememora visita protuberante.
Caramelo envainado.
Echado sobre tus pliegues
me rocías, te inquietas.
Vellos te cortinean
en carne de periódico,
te desatoras y las mallas arden.
Acostado en tu desmoronarte
te escapas entre mis yemas
apenas ver hilillos y estertores.
Recostada es devaluación
y redundar, sin desmerecer
tus partes relamiéndose.
Y el olor pica,
nervios encriptados
agradecen vaselina.
Kegel detenido ajusta
el tiempo que no tienes
y sueltas abismos.