PBits - La semana segun Zeni (III)

PBits, lista de distribución.

La semana según Zeni.

5-12 febrero, 1999

¿Estamos en guerra con Inglaterra? Es que Zeni ha tenido una semana muy ajetreada en la que no ha podido seguir la actualidad informativa, y los titulares que ha leído apresuradamente podían hacer pensar que unas sardinas de más o de menos eran el motivo del enfrentamiento bélico con la pérfida Albión. Zeni se pregunta por qué cuando son pescadores franceses los que pescan en el Golfo de Vizcaya nos roban el pescado y cuando son pescadores españoles los que pescan en aguas gibraltareñas el problema es que nos acosan las patrulleras y no nos dejan faenar. Menos mal que los nacionalistas sólo son los vascos y catalanes, que si no apañaditos estábamos... Donde no ha habido guerra esta semana es en PBits. Eduard nunca tendría que haber dicho esto...

PS. Perdonad si aflojo un poco mi ritmo esta semana. El único objetivo en mi vida durante los dos próximos meses es encontrar un sitio donde vivir mi vida real.

Saludos, Eduard, el "homeless"

... porque parece que fue recibido con alivio en la lista, como una especie de "esta semana, vacaciones". Y es que parece que a Eduard y a Júlia les comunicaron algo no muy agradable el viernes pasado:

Nos echan. Resulta que la hija de la dueña necesita más habitaciones, y quiere la casa donde vivimos Júlia y yo. O sea, que tenemos dos meses para irnos.

Nunca encontraremos una casa como ésta. Estamos muy apenados. Y nerviosos, porque ahora sería absurdo alquilar otra casa --mejor comprar una, y eso significa la ruina.

Y adiós viajes y todo lo demás durante una buena temporada.

Sólo de pensar en empaquetar todo me da un soponcio.

Agradecería mucho consejos para el proceso de compra. Y si alguien me hiciera un esquema de los pasos que hay que seguir, también se lo agradecería mucho. Esto es completamente nuevo para mi (y para Júlia) y no tengo ni idea de lo que hay que hacer (¿una hipoteca, qué es eso?)

Zeni les desea suerte y que encuentren casa pronto. Sea como sea, el resultado ha sido una semana con muy pocos mensajes. Cuando Eduard dijo que el WordPerfect le había colgado Linux, Julio contestó:

No, no lo creo. Tal vez se apropió del VT, pero no colgó el sistema. Eso es prácticamente imposible para un programa desde fuera del kernel.

Eduard responde divertido:

Je je, ya empezamos. O sea, esta es la lógica linuxera:

Para Linux:

X no es posible

X pasa

X no ha pasado, si acaso será Y.

Para Windows:

X siempre pasa

X no ha pasado

X pasará, sólo espera un poco.

Desde luego, es una lógica invencible 8-)

Pues si que se me inutilicen todas las teclas y se me congele la pantalla y pasen minutos y minutos y todo siga igual no es colgarse el Linux, ¿qué es colgarse el Linux????

Y sin saberlo, se lo pone en bandeja a Julito para que le devuelva la pelota de la semana anterior, y acaba con una pregunta chulesca:

Supongo que, al igual que tú te pones sociólogo :-), yo a veces me pongo "informático". Cuando en Windows una aplicación hace alguna tontería, rápidamente se desestabiliza *TODO* el sistema y acaba completamente colgado, los ficheros corrompidos, etc... En Linux, puede que un programa que haya abierto tu terminal en modo "posesivo" se quede atontado y no puedas salir de él, pero en ningún caso ese programa está colgando el sistema. Todos los demás programas y subsistemas siguen funcionando. Si el programa se desboca e intenta hacer algo que no tenga permitido, el núcleo lo sacará fuera sin pestañear. Nada quedará afectado. Puede que tú no puedas hacer nada, pero todo sigue en marcha. ¿Entiendes la diferencia?

Hablando de los "perros asesinos" Sonia dijo:

Es terrible que esto se tenga que legislar tras la muerte de un niño. Para mi es terrible el solo hecho de que haya gente que tenga perros por sus instintos asesinos. No entiendo la excusa de la autodefensa o el cuidado de la propiedad privada.

Pero Eduard discrepa:

Yo sí. Me parece que por estas latitudes europeas desdeñamos absurdamente el tema de nuestra seguridad personal, o el de la defensa de tus propiedades. Ni nos permitimos llevar armas, ni ahora parece que se puedan tener perros para defenderla, ni nos preparamos para la defensa física personal, ni nada. Que nos ataque quien quiera: que nos robe, nos viole o nos mate. No nos da igual, pero no hacemos nada para evitarlo. Parecemos arrastrados por el fatalismo: lo que tenga que pasar, que pase. Yo no estoy de acuerdo con eso. Creo que no deberíamos dejar que fuera tan fácil despojarnos de la vida o de nuestras posesiones.

Y Julio ilustra el debate con una experiencia personal:

Es cierto. ¿Por qué será? Yo alguna vez me he encontrado en situación "delicada" sin mecanismo alguno de defensa. Una vez el conductor del coche de delante se bajó para matarme, con pinta de mafioso y cara de loco. Su coche me obstruía el único camino posible, así que me limité a poner el seguro y esperar pacientemente. Lo divertido fue cuando, loco de ira al ver que no podía sacarme para hacerme pedacitos, le pegó una fuerte patada a la puerta y acertó en la barra de protección lateral :-) Se le puso la cara verde de dolor, y en el coche no quedó un rasguño... Estuve a punto de coger el móvil y llamar a la policía.

Eduard intenta responder al "por qué será" de Julio:

Supongo que es coherente con nuestro marcado anti-individualismo. El europeo no se ve primariamente como individuo, sino como miembro de un grupo. Al definirse en la colectividad (bien sea de la familia, del grupo de amigos, del sindicato, ... , de la Iglesia, del Estado) encuentra normal cederle buena parte de los derechos y obligaciones que otras sociedades consideran responsabilidad inalienable del individuo. Así, se acepta por ejemplo que la familia determine (o influya en) el futuro profesional del individuo (aunque no tanto como en otras sociedades todavía más ascriptivistas, donde son los padres los que eligen el cónyuge de los hijos o hijas). Y de la familia se exige que protejan siempre a uno, en cualquier dificultad de la vida (de ahí como los altos índices de paro, por ejemplo, son atenuados por la unidad familiar). Al sindicato se delegan las reivindicaciones salariales y las negociaciones con los empresarios. Y así con todos los grupos a los que se pertenece. Un resultado es que la responsabilidad individual se diluye, cuando no se elimina completamente. Nadie es culpable, porque nadie es responsable. La culpa del crimen no la tiene el criminal: la tiene "la sociedad". Nadie es culpable de no tener trabajo, ni de no ganar lo que gana su compañero en el trabajo, ni de no haber planificado su jubilación. Son los grupos en los que nos sumergimos los que tienen que satisfacer todas nuestras necesidades vitales. Entre ellas las de defender nuestra vida y nuestras posesiones, y eso se le encomienda al Estado. Cuántas veces repetimos eso de que no hay suficientes policías. Consideramos escandaloso que justo en el momento que nos atracaron, en el trozo de calle donde lo hicieron, no hubiera una pareja de policías dispuestos a defendernos, que para algo pagamos nuestros impuestos.

¿Puede un violador seguir siendo tal y al mismo tiempo quitar los jeans a su víctima? Parece ser que no, según jueces italianos que esta semana absolvieron a un presunto violador porque la mujer llevaba tejanos en el momento de la supuesta violación. La verdad es que Zeni ha visto hacer cosas más difíciles con una sola mano... Como comentó en un editorial un periódico italiano, el fallo de los jueces es disculpable atendiendo a la novedad que para ellos supone una prenda como los vaqueros, con sólo 40 años de uso continuado en Italia... Yasher Arafat lanzó la idea de una confederación jordano-palestina, y teniendo en cuenta que 2/3 de la población jordana está compuesta por palestinos que huyeron a Jordania por causa de las guerras árabe-israelís (o por sus descendientes) parece una idea plausible... Julito responde lúcidamente a un comentario anterior de Sonia respecto al tema del zodíaco:

Sí, está claro que ese es el "truco" de los horóscopos. Todos somos un poco de todo, por que tenemos muchas formas de ser: lo que en realidad somos, lo que creemos que somos, lo que nos gustaría ser, y finalmente, lo que no somos. Cuando leemos la forma de ser genérica de nuestro horóscopo, aceptamos con resignación y algo de mosqueo lo que en realidad somos, con admiración lo que creemos que somos y nos engañamos un poquito más creyendo que somos lo que nos gustaría ser. Claro, si te pones a hacer cuentas, ¡nos sentimos completamente identificados!

Y habla de su primera vocación...

Por si acaso, te diré que yo siempre he sido mucho más "simple". Quería ser, simplemente, relojero. Me gustaba abrirlos y ver como funcionaban. Hasta que un día, bien pequeñito yo, apareció mi padre en casa con un ordenador: ¡aquello se podía destripar, explorar y analizar de arriba abajo sin utilizar herramientas ni tener habilidades manuales! Bastaba con utilizar la cabeza y el teclado. Entonces decidí que quería ser informático :-)

...que Sonia no desaprovecha para coger ventaja en su duelo particular:

¿Simple? Vamos a ver: curioso, paciente, meticuloso, perfeccionista, con elevada capacidad de concentración, intimista, sereno, equilibrado y pragmático.

Bueno, debes estar satisfecho. Ahora eres lo que querías ser de pequeño.

Por fin, Bill Clinton fue absuelto por la Cámara de Representantes de los cargos que habían motivado el proceso de "impeachment" abierto contra él. Que fuera Mónica la causante de tamaño lío parece dar la razón a Eduard en su discusión con Julito respecto a quien tiene las de vencer en la lucha entre la inteligencia y el amor:

Si dejamos de lado el amor paternal y el enamoramiento, el amor restante es pura racionalidad. Siempre me han creado asombro los reportajes en la tele y demás sobre la nefasta influencia que supuestamente tienen sobre la juventud actual el ideal de "cuerpo perfecto" o "delgado" representado por modelos, actores y actrices. Bien: es posible que en el ámbito de la imaginación masculina "la mujer" sea Claudia Schiffer o Julia Roberts, y que en el ámbito de la imaginación femenina "el hombre" lo sea Brad Pitt o Banderas; pero en el de la realidad, "la mujer" es la tendera de delante con sus caderas de metro y medio, y "el hombre" el regordete del tercero que estudia para administrador de fincas. Y todos tan felices con nuestros michelines, nuestra calva o nuestros contratos matrimoniales. La inteligencia siempre vence 8-)

El "mensaje de la semana" va para Julio, que contó una experiencia sencilla y profunda:

Hablando de relaciones sociales...me pregunto si hay estudios acerca de las relaciones entre personas en la selva del tráfico de las ciudades. Lo digo por que hay gesto que jamás olvidaré, uno de esos gestos con personalidad propia que siempre me recuerda al que describía Kundera en los primeros capítulos de La Immortalidad, que cambió completamente mi forma de actuar en ese ámbito social.

Hace unos años, no recuerdo exactamente donde, creo que fue en Palma, yo caminaba por la calle cuando un coche que salía de un parking interior del edificio frenó bruscamente al ver que yo pasaba, obstruyendo la orilla peatonal y obligándome a rodearlo. El conductor juntó las palmas de sus manos y las llevó ante su boca como si estuviera rezando, y con su sonrisa alegre y la expresión de sus ojos me estaba pidiendo perdón. Le devolví la sonrisa completamente conmovido por ver un comportamiento humano en la jungla de la ciudad. Me enamoré de su gesto. Ese hombre acababa de darme una asombrosa lección de civismo. ¿Qué había en ese gesto que rompió todos mis esquemas? Era la primera ---y hasta el momento, la única--- vez en mi vida que veía a un conductor admitiendo un error. Es más, caí en la cuenta de que yo tampoco había reconocido jamás un error al volante. Desde entonces, siempre que me acuerdo, repito ese gesto cuando soy yo el que mete la pata con el coche. El efecto es fulminante: la gente, que en ese momento suele estar muy enfadada y con ganas de matarme (poseída por la agresividad urbana que les rodea), *siente* la humanidad de ese gesto y cambia completamente la expresión de su rostro. La sorpresa, la diversión y la comprensión aparecen en una sonrisa sincera que acepta mis disculpas, y yo me siento más humano durante ese instante en el que la urbe que nos rodea desaparece para dejar paso a una pequeña complicidad entre dos personas que de repente se reconocen la una a la otra como tales.

El mensaje afecta la emoción de Eduard, que responde:

Qué bonito mensaje, Julito... te comprendo perfectamente. Es cierto que a veces pasan cosas que parecen insignificantes pero que te marcan profundamente. Yo tuve el otro día una sensación similar, si acaso un poco menos intensa que la tuya, pero conmovedora. Salía de la panadería, con el pan en una mano y una carpeta en la otra, y quería meter el pan dentro de una bolsa que me colgaba del codo. Había llovido y el suelo estaba mojado, y como hacían obras en la calle había barro. Maniobrando con el pan, se me cayó la carpeta y se desparramaron un montón de hojas por el suelo. Antes de que pudiera agacharme, una chica que pasaba, sin decirme nada pero con una sonrisa, se puso a recogerme las hojas, ensuciándose las manos. La verdad es que me emocioné. Pensé lo importante que es ser amable, y ser amable también con los desconocidos, con la gente a la que no debes nada, de la que no esperas nada más que su ligero agradecimiento. De hecho, son estas veces en la que alguien es amable contigo las que te hacen (si no eres un cretino) ser amable con la gente. Hay una organización por ahí que siempre me ha despertado una enorme simpatía. Se llama Random Acts of Kindness, y abogan por eso, por hacer lo que dice su nombre.

Hace unos meses leí un discurso de Hillary Rodham Clinton en una fiesta de graduación (estos discursos me parece que son toda una costumbre en los EE.UU), dirigido a estudiantes de secundaria. Les daba consejos para la vida, y uno me gustó mucho: piensa cada día en algo por lo cual estás agradecido, algo por lo que crees que eres un ser afortunado. Aquel día tú y ese otro día yo tuvimos algo por lo cual estar muy agradecidos. Como tú dices, nos reencontramos con la humanidad.

Y es que, como dijo Sonia:

Si hay alguien al que (realmente) no le importe, aunque sea mínimamente, ser aceptado socialmente (en el trabajo,en la cafetería, en la familia, en la panadería, etc.), que lance la primera piedra.

No será Zeni.