La semana según Zeni (I)

PBits, lista de distribución.

La semana según Zeni.

(16-29 de enero, 1999).

Todo empezó cuando Eduard se sentó un 16 de enero delante de su ordenador y tecleó:

Cuando vuelvo de trabajar, a las diez de la noche, y me paro con la vespa en un semáforo en rojo, me da por imaginar que algún día cruzará una chica guapísima, se parará delante de mi, me enseñará una teta y me la dejará tocar.

No ha pasado todavía, pero pasará.

Pero escampar a los cuatro vientos sus frustraciones aún no había dejado contento a Eduard --tenía además que referir sus obsesiones. En su segundo día va y dice:

Resulta que en la peluquería a la que voy utilizan una navaja tradicional, no desechable, para las patillas y la nuca. Obviamente es preocupante, porque a la mínima se producen pequeñas heriditas con sangre. He pensado en comprar una navaja y decirle a Domingo (el barbero) que utilice la mía en vez de la suya, pero temo herir sus sentimientos y me da mucha vergüenza. Igualmente no puedo decirle que no me pase la navaja, porque pensará que no confío en su habilidad como peluquero.

A lo que Julito (Julio) responde dubitativo, pero sugiriendo una posible solución...

Asumiendo nuestras limitaciones, yo creo que podemos partir de la base de que jamás podrás decirle nada a tu actual peluquero, así que lo quieras o no, tendrás que cambiar. Lo cierto es que se me ocurre la forma de llevarle tu propia navaja sin herir sus sentimientos, pero no sé como podría terminar. Imagínate que te presentas un día con tu navaja y le dices que te han diagnosticado portador (que no enfermo) de SIDA, y que traes tu propia navaja porque no quieres contagiar a otros clientes (díselo en voz baja o adiós a la peluquería, irá a la quiebra). Yo creo que con eso conseguirías que el meditase sobre el tema y tomase medidas, pero puede que te quedes sin peluquero.

Está claro que la perspectiva de declararse portador del SIDA no satisface a Eduard, que responde con una clara incitación a la violencia:

Desde luego, es la solución definitiva. Aunque todavía se me ocurre otra: entro con la misma navaja, pero en vez de decirle que tengo el SIDA, se la pongo en el bajo vientre y le digo que o me afeita con ella o ¡le rajo allí mismo!

Afortunadamente, Javier introduce un elemento de cordura cuando sugiere que

- Respecto al peluquero: propongo declararse portador de hepatitis. Es más discreto y socialmente aceptable.

El 17 de enero, Eduard se mostró emocionado al poder comprar, en Internet y en formato mp3, canciones por separado; lo cual significaba, en su opinión, el final de la dictadura de las discográficas. Julito expresó, no obstante, su escepticismo sobre la calidad de tales grabaciones, y en la contrarréplica, Eduard lanza una grave acusación:

jgago>Yo no acabo de estar convencido de la calidad de los MP3. Ojo, que nunca

jgago>he escuchado ninguno...pero sabiendo lo obsesivo que soy en ese y otros

jgago>aspectos, sospecho que podría distinguirlos perfectamente en un equipo de

jgago>música de calidad (no es mío :-)

edfabra>Tú cuando escuchas música piensas en algoritmos de comprensión, y así no edfabra>vamos a ninguna parte 8-)

Julio no tuvo más remedio que confesar:

Es cierto. Cuando uno sabe donde mirar para encontrar, entonces busca cuando ve. También "veo" algoritmos de compresión en la televisión digital. Nadie se da cuenta, pero están ahí, se ven en pequeños detalles. Por eso no se ha fabricado aún ningún monitor que supere mis pruebas de calidad. Los que más se acercan son los Trinitron, pero son caros :-)

Una vez, revisándome la vista para renovar las gafas, la oculista llegó a picarse conmigo. Intentaba demostrarme que era imposible que fuera capaz de detectar cambios del orden de décimas de dioptría en el astigmatismo, poniéndome y quitándome en ambos ojos cristales con y sin graduación.

Perdió :-) Y es que yo, cuando me gradúan la vista, no sólo me fijo en si leo o no las letras. Una vez que las leo, me fijo en los detalles: los rinconcitos, las curvas, los puntitos, las bases... Y ahí *SI* que se notan esas "décimas".

Al cabo de cinco días, por fin alguien más decide bajar a la arena. Júlia envía este mensajito, encantadoramente tentativo:

Afortunadamente para mi, Eduard ha enviado un mensaje que soluciona el primer interrogante que me planteaba pertenecer a PBits, ¿cómo presentarme? :-) Solo tengo que añadir que suelen considerarme una persona bastante seria, excepto mis compañeros de francés (hago primero en la Escuela Oficial de Idiomas) que se ríen siempre de mis intervenciones en clase, lo cual no deja de sorprenderme e inquietarme...

Ah, tampoco sé puntuar, como notaréis enseguida! :-)

Lo cual anima a Javier a hacer lo propio (aunque el muy precavido ya les advierte que disfruten de las perlas que vaya dejando, porque serán escasas):

Creo poco. Hay algo en lo que creo: la vida es puro azar. Y el sentido está en aprovechar, en lo se que pueda, la coincidencia.

La 'ocasión' la pintan calva, decía mi madre.

Mi experiencia, y la vicaria, me enseña que siempre, siempre hay algo que aprender.

Incluso del creído cretino.

He vivido en Madrid toda mi vida. Ahora, por azar, en Valladolid.

Aquí las cosas suceden despacio.

Las relaciones son forzadas a moderarse.

'Tiempo habrá para que nos encontremos....' es tácito.

Pero el tiempo sucede y el azar se mantiene.

Y puede que afecte el haber vivido el ciudades donde las cosas suceden rápidas.

Escribo poco, o nada (diría Eduard). Y me siento honrado de ser invitado aquí aunque, a pesar de una previa declaración de buenas intenciones, supongo que no podré mantener el tipo.

¿Qué pasa en el mundo mientras tanto? Pues que Clinton renace de las cenizas de los puros que se fumó con Mónica (o en Mónica). En palabras del articulista de Slate:

"In Italy, the Turin paper La Stampa carried a front-page editorial Thursday comparing Clinton to Julius Caesar. Under the headline "The Return of Super Bill," commentator Gabriele Romagnoli wrote, "Caesar climbed the steps of the Capitol, entered the hall of his judges, looked everyone in the face (including a few Brutuses), and then, great showman that he is, smiled; and in a 77 minute one man show he conquered the theatre (98 ovations) and the public (6 percent rise in his popularity)." It concluded, "Such a Caesar can survive the Ides of March. Especially because in saying that 'the State of the Union is in excellent health' he certainly wasn't committing perjury."

El 21 de enero, Julio sube su foto a la página web de PBits. Eduard comenta al respecto que

...mirar fotos antiguas es asomarse al precipicio del tiempo, que es un precipicio singular porque el vértigo no lo produce la altura, sino la posibilidad de sentir que el tiempo ha pasado en vano --que lo has desperdiciado, que eres más viejo sin sentido.

Júlia dijo que la gente la veía como una persona seria. Julio le preguntó si ella también se veía así. Y el bufón de la lista se mete donde no le llaman y suelta:

Yo pensé, cuando me fui a Madrid a estudiar, que en una ciudad nueva para mi, donde no conocía a nadie, me sería fácil evitar que en clase me vieran como me habían visto siempre en la escuela y en el instituto: como un chico serio, aplicado y estudioso. ¡Qué ingenuo era! A la semana de estar en clase, la gente ya me veía como un chico serio, aplicado y estudioso. Yo no hice nada para parecerlo, más que serlo sin quererlo.

Uno se puede considerar lo que quiera. Puede saberse distinto a como la gente le considera. Puede incluso actuar para hacer pensar a la gente que es distinto a como realmente es. Pero la cruda realidad es que necesitamos (¡desesperadamente!) saber cómo cree la gente que somos para poder actuar de acuerdo con sus expectativas de conducta hacia nosotros. Recuerdo que algunos psicosociólogos llamaban a eso la teoría del yo reflejo o algo así (¿no Javier? Mead y Cooley, creo recordar). La metáfora del espejo es poderosa: los otros (sobre todo los "significativos": padres, hermanas, amigos, "role models", etc.) reflejan nuestra propia imagen: en buena parte somos lo que ellos nos dicen que somos. En esto se basa, por ejemplo, la súplica de los psicólogos a los padres para que "reflejen" a sus hijos e hijas de manera positiva y motivadora (que en vez de "calla ya" les digan "eso está bien pensado"). Y también la advertencia de los criminólogos a los juristas y legisladores de que etiquetar a un joven de 16 años con la marca de "delincuente" (encerrándolo por ejemplo con delincuentes adultos) es darle la identidad de delincuente, y por tanto incitarlo a actuar en consecuencia.

Julito asiente, y su respuesta es aguda:

Una vez lo resumiste en una gran frase: "no somos nada que los demás no piensen que somos". Es una de esas frases que te hacen pegarte tortazos con el resto del mundo. Una de esas frases que no se pueden decir así como así, porque la gente las malinterpreta. Es uno de esos temas en los que las más inmediatas reflexiones, habitualmente superficiales y punto de partida de un análisis más profundo, acaban siendo el punto de retorno de ese análisis, después de darse uno de bruces con la realidad. Así, al decir frases como esa, uno corre el riesgo de que le crean en el camino de ida, cuando en realidad está en el camino de vuelta.

Anteriormente, Julio había manifestado que

Yo muchas veces me he imaginado a mí mismo yendo a algún lugar nuevo, donde nadie me conoce, donde nadie espera nada de mí ni tiene ninguna imagen preconcebida de lo que soy. Pobre iluso...

A lo que Eduard, jugando un poco tramposamente con la polisemia de la palabra "ilusión" (Zeni se lo perdona, porque el resultado valió la pena), responde dignificando la huida:

Sí... la ilusión de renacer; de abandonar la actitud fatalista ante las circunstancias y huir... Para mi la huida puede ser un gesto heroico --no es fácil reconocer que has sido vencido, que no tiene sentido continuar conservando lo que tienes, que es mejor abandonarlo todo y empezar otra vez... Hay gente empecinada a repetir sus errores, a vivir con mediocridad antes que arriesgarse a cambiar de camino.

Supongo que es esa la motivación esencial del emigrante genuino: romper con el pasado y hacerse un futuro nuevo. Puede que el único país que verdaderamente pueda considerarse un país de emigrantes sea Estados Unidos, marcado indeleblemente por la historia de su fundación (aquellos pioneros en el Mayflower, mayormente ex-presidiarios en su país de origen, y hombres libres en su país de acogida). Las sucesivas oleadas de inmigrantes no deseaban otra cosa que integrarse, cuanto más profundamente y cuanto más rápidamente mejor. Por eso abandonaban con presteza y sin pena su lengua de origen y sus costumbres peculiares y adoptaban, con la fe del converso, las del país que les daba la oportunidad de rehacerse. De hecho, es un fenómeno nuevo y extraño en la historia americana la nueva sensibilidad hacia las culturas originarias de la gente que llega (me refiero a la polémicas por la defensa de la enseñanza en español en las escuelas de los estados del sur, y similares).

De vuelta a casa, Júlia comenta que...

Respecto a las clases de la EOI, yo también odio los métodos de "pedagogía interactiva" a los que te refieres. Y, en mi caso, son bastante inútiles, estoy tan nerviosa pensando que he de decir o contestar que soy incapaz de prestar atención a lo que hacen los demás y, cuando ha pasado mi turno, estoy tan aliviada que olvido inmediatamente lo que he dicho. Pero no sé si esto le pasa a mucha gente o yo soy una excepción. :-) Lo que si que creo que no funciona bien es la mezcla que se da en mi clase entre el "método interactivo" y el tradicional. Mi profesora exige que apliques una serie de conocimientos que no has adquirido por métodos tradicionales (no se quiere dar demasiada gramática al principio, ni que se aprendan las cosas de memoria,etc ), en una serie de juegos o actividades que por si solos no te dan estos conocimientos. Sobre todo al principio el desconcierto era total!

Y en un arrebato incontrolable, entre transacción y transacción bursátil, Juan escribe el que Zeni considera que no habrá polémica en considerar el "mensaje de la semana":

Julia, no sabes hasta que punto te comprendo. Me ha venido de golpe a mi mente la edad del famoso "cole". Y más particularmente, debido a lo que dices, las clases de francés y lengua. Había unos juegos que odiaba a MUERTE!!!!!. Bueno en realidad el juego era sólo en francés, pero en lengua también lo pasaba mal. Había unas cinco filas de pupitres y empezaban por la primera a pedir el significado de una palabra que debíamos saber o al menos aprender. Como de vocabulario nunca he ido muy bien, no sé si debido a mi casi total falta de memoria o a otros problemas más graves, lo que yo hacía era contar las filas que había delante de mí y les sumaba todos los alumnos que había, así me iba a mi libro miraba la palabra en curso, le sumaba todos los que tenía delante de mí y ya sabía lo que me preguntarían 15 minutos más tarde. No sabes la agonía que me entraba al ver que no tenía ni puñetera idea de lo que significaba la palabra que siempre me tocaba. Parecía como si el destino me castigara o el que escribió el libro (uno muy famoso que sale en muchos libros de lengua y ahora no me acuerdo) lo hubiera hecho con el sólo propósito de fastidiarme. Todas las palabras eran más o menos fáciles menos la mía. Se me cerraba la mente, me ponía rojo. Todos iban acertando, todos parecían listos, menos el imbécil de Juan que cuando le toque no sabrá que decir. agggg que angustia. No sabes la de cosas que pasaban por mi cabeza, ¿pido para ir al baño?, ¿me cambio furtivamente de pupitre y dejo el regalito para el que tengo justo detrás? pero siempre era igual, el tiempo se iba acortando cada vez más y más. El corazón me iba a tope cuando le tocaba al que tenía justo delante de mí. Ahora, decía, ahora será mi turno y haré el imbécil. -Carbonell, decía el profesor, ahora es tu turno-. Y yo ya medio muerto por el castigo al que me había sometido los ultimos 15 minutos, balbuceaba y me sucedía lo que me tenía merecido. Era mil veces mayor el castigo y flagelamiento que yo mismo me sometía, que hacer el ridículo por unos segundos. Y aun me acuerdo la última, y si no la última si una de las últimas palabras que me tocaron, era TORNASOLA. Si, ahora parece fácil, pero ahí fue lo más difícil del mundo. Después del trance y la tortura de la espera llega mi turno, -Carbonell tu turno-, decía siempre el profe. Yo sudoroso, y daba igual si hacía un frío que pelaba, digo. -TORNASOLA-, -bien Carbonell y que significa- y yo callado pensativo. No sé que puñetas pensaba en esos momentos si hacía ya media hora que sabía que me tocaría esa palabra, no lo iba a arreglar ahora en unos segundos con todo el mundo mirándome. Al cabo de unos segundos más el profe -CARBONELLLLLLLL!!!!!!!!estamos por tíiiiiiii-. Y yo buscando ese botón dentro del pupitre, ese que se usaba en una película que te teletransportaba a otra galaxia y te permitía desaparecer al instante. Pero no, nunca encontré ese botón. Como siempre me tuve que enfrentar a la cruda realidad pues ella no perdona por mucho que queramos. Así que miro al profe fijamente y le digo TORNASOLA significa que VUELVE-SOLA. 8-))) no quieras sabes como se descojonaba de risa el muy...... y de paso todos los de la clase. Y ala decía yo, Juan ya ha vuelto a hacerla, vivaaaa. Se ve que eso me afectaba pues me acuerdo muy bien a pesar de mi mala memoria. Lo del juego de francés era peor, pero del mismo estilo, con el agravante de que había que hacer grupos. Era en plan del juego de la tele 1-2-3 y los grupos eran de 4 personas. Lo malo ahí era que si en lengua hacía yo el ridículo, lo hacía yo solo, no arrastraba a nadie conmigo. Era yo solo con el problema. Pero aquí no, aquí si hacías el tonto arrastrabas a todos contigo y te miraban mal. O sea que la presión era infinitamente superior y además como no era el tonto de la clase pues esperaban algo bueno de mí. Ahí si que la presión ya fue demasiado para mí y me escapaba, me iba al baño, decía que tenía que ir a ver al director, lo que fuera con tal de salir de esa tortura. Lo que más me fastidiaba era que a todos les gustaba ese día, todos reían y les encantaba ese viernes de cada mes que teníamos juego. Yo pensaba en lo tranquilas que eran las clases de matemáticas que nadie te decía nada y sólo tenías que salir a la pizarra una vez en todo el año o quizás ni eso. El de matemáticas era mi amigo y la de francés era mi enemiga, hubiera deseado que le entrara gripe cada viernes a final de mes. Y para quien diga que el carácter no es hereditario el otro sábado (de payés) mi hijo me comentó que ir al colegio no le gustaba pero bueno...... era pasable. Sólo odiaba a muerte los lunes, ese dia era una tortura. Y lo le pregunté a ver que sucedía los lunes en ese colegio que le afectaba tanto. Me dijo que ese dia, la profe, al azar pedía a unos cuantos que salieran a la tarima y explicaran lo que habían hecho el fin de semana. El primer dia que le tocó se puso a sudar, enrojeció, y empezó a vomitar ahí delante, dijo que se sentía enfermo y se lo llevaron. Le entró el pánico. Me lo contaba con angustia. Se sentía como si todo el mundo fuera normal menos él. Así que le conté mis batallitas del colegio, y lo tonto que era su padre. Las tácticas que usaba y como me sentía. El me decía, ¿de verdad?, ¿hicistes eso? y se reia. Lo noté aliviado al ver que sabía que su padre hizo mil veces más ridículo que él. De este tema hablamos mucho, incluso preparábamos el trabajo del lunes cuando lo devolvía a casa con su madre el sábado. Al siguiente yo le preguntaba ¿ te ha tocado??????? si???? el decía no aun, no. Y yo, uiii lástima. Lo habíamos preparado tan bien la semana pasada.

Por eso me hace tanta gracia cuando alguien, Eduard por ejemplo, me dice que no soy tímido. Si, quizás no lo parezca. La vida me habrá enseñado como esconderlo para que no se me note. Me impongo retos en los cuales si no lo hago perderé mi autoestima y me flagelaré. Y así suceden cosas y cosas en la vida y todo se va torciendo hasta que he llegado al punto de perseguir una cubana que estaba en un taxi. Quería que bajara y viniera conmigo, me lo propuse seriamente. Sentía como si mi vida fuera en ello. Al final lo conseguí, se bajó y vino conmigo. En otro mensaje contaré el proceso de la persecución del taxi. Ahora lo cuento y siento sorpresa, como me atreví, pienso a menudo.

Mientras Hussein de Jordania regresaba a su país para destituir a su hermano como sucesor al trono y nombrar a su hijo Abdullah en sustitución, Toni aprovechó para presentarse:

Lamento no participar apenas.

Lamento que Zeni comparte... pero el trabajo es el trabajo, y esto de escribir mensajitos es un lujo. Como le contesta Eduard:

Don't worry! Aquí rige el viejo adagio marxista de "De cada cual según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades" 8-)

El mismo Eduard se inventa después una "regla de oro", que Zeni no puede dejar de resaltar:

Creo que una regla de oro para que esto funcione "smooth" (como está yendo hasta ahora) es que nadie se sienta obligado a contestar ningún mensaje, y que por tanto no se fuerce a escribir nada que no le apetezca; pero por contra, que nadie deje escapar la ocasión, por pereza u otras razones, a decir y contestar cuando de verdad se sienta motivado a hacerlo.

Si lo conseguimos, será la felicidad 8-) : placer sin obligaciones. El secreto está en el número, la variedad y la buena voluntad.

El papa de Roma, de visita pastoral a México y EE.UU, reprobó duramente el capitalismo. No obstante, justificó que los gastos del viaje los pagaran, además de las empresas de patatas fritas que pusieron su cara (la del papa) en las bolsas, compañías tan poco capitalistas como Pepsi, Federal Express, Sheraton y Mercedes-Benz, que son las patrocinadoras del evento. Todo un alarde de lógica por ambas partes. En el pequeño mundo de los partícipes de la lista, Julio reprodujo una redacción que había escrito, y en la cual se podían leer joyas como ésta:

Experts say that vision takes place in our brain instead of in our eyes, and that's the reason why sights are never impressive by themselves: they need the help of our memories and our cultures.

Pero Julito no se conformó con eso. Cogiendo valientemente el guante que le había lanzado Eduard , se atrevió a describirse a sí mismo; y lo hizo con tal estilo, honestidad y sentido del humor que maravilló a la concurrencia:

¿Me conozco a mí mismo? Supongo que no, pero estoy en ello, y creo que estoy avanzando a buen ritmo. Cada vez me analizo más y pongo más atención a mi reflejo en los demás. Soy cada vez más consciente de mis virtudes, mis defectos y mis limitaciones.

¿Cómo me veo? Reflexivo (mucho), práctico (demasiado), despistado, abúlico (crónico), perfeccionista, cabezota (infinitamente), algo obsesivo y muy exigente conmigo mismo. Me cuesta mucho reconocer mis errores, y cuando lo hago, jamás me los perdono. Pero soy consciente y voy mejorando, cada día reconozco más. Soy (me veo) racional, casi cartesiano, y esclavo de mi sentido común. También tengo cosas buenas: soy (me veo) comprensivo, tolerante, confiado y nada rencoroso. Me cuesta horrores expresar mis sentimientos, aunque más que por inhibición, porque me cuesta ser consciente de ellos, darme cuenta de que existen. Están reprimidos. En este aspecto también me estoy auto-tratando, y estoy progresando muy rápidamente. Cada día soy menos máquina y más humano. El día que llore con una película, habré dado un gran paso adelante. Me pondré una medalla.

Eduard hace una observación obvia:

Te veo como tú te ves, en lo que puedo llegar a saber: tendría que conocerte mucho más "en persona" de lo que te conozco. Si lo pienso, el 90 por ciento de lo que sé de ti es lo que tú has querido que sepa. Es fácil controlar las impresiones ajenas si éstas sólo se expresan por escrito. En el cara a cara tienes a tu alcance la observación, por ejemplo, del lenguaje corporal, que es más difícil de controlar. Y sólo el estar en el mismo sitio al mismo tiempo que otra persona te permite apreciar cómo reacciona a las palabras, a los acontecimientos, a las personas... antes de que lo pase por el filtro de su voluntad... y no es que crea que ese conocimiento sea el bueno, o el auténtico... pero es parte integrante de cómo es uno.

Y después de una pequeña diatriba...

Internet es algo nuevo, que no se parece en nada a lo que una persona *normal* mayor de 25 años ha experimentado en su vida. Y de repente, se convierte en una realidad desconocida pero omnipresente para él. Puede ignorarla, pero también puede querer probarla. Y entonces 8-)

1. Llama a su amigo (o hermano, etc.) para que le diga qué ordenador se tiene que comprar.

2. Llama a su amigo para que le monte el ordenador que se acaba de comprar.

3. Llama a su amigo para que le instale el software que ese mismo amigo le acaba de pasar.

4. Llama a su amigo para decirle lo mal y lo lento que le va el equipo que le ha *hecho* comprar y la porquería de programas que le ha *obligado* a instalar...

...hace otra:

Y por fin se conecta a Internet. Pero nadie le ha dicho que si no sabe qué buscar, nada va a encontrar; que si se pone delante de la pantallita y espera a que le diviertan, nadie lo va a hacer; que si le envían un email, lo normal es contestarlo en un tiempo razonable, o al menos dejar constancia que lo ha recibido; que las cosas no "están" en Internet como por gracia de Dios, sino que alguien, con esfuerzo y generosidad las ha puesto; que Internet no es nada más, ni nada menos, que la suma de esos pequeños esfuerzos altruistas individuales; que si saca provecho de ellos, lo menos que puede hacer es agradecerlos (no siempre, ni todos... pero sí a veces, algunos...) Y lo que decía en el anterior mensaje: nadie le ha dicho que detrás de cada página o mensaje hay una persona, normalmente ilusionada por la respuesta que espera recibir; orgullosa del producto que acaba de crear; preocupada de poder decepcionar; temerosa de las reacciones que pueda cosechar.

Y el mundo se divide cada vez más entre los conectados y los no conectados (que es casi como si no existieran). Y entre los conectados, entre los que lo navegan a vela desplegada y los que no se alejan cinco metros de la orilla. Lo peor es que la incomunicación entre los tres grupos es casi absoluta...

El 26, Ximo decide presentarse:

Lo cierto es que después de los cuatro o cinco días que he pasado luchando contra los elementos (léase Telefónica, InfoviaPlus, etc)

Y todo el mundo asiente y comprende. La tortura a la que Telefónica somete a los internautas que no pueden escapar a su tiranía está llegando estos días a límites insoportables. Si por casualidad alguien del futuro está leyendo estas líneas, que sepa que, en el año 1999, una empresa monopólica en las comunicaciones locales cobraba, en España, 2 euros por hora de conexión; que la velocidad de la transmisión no solía pasar, y con suerte, de 1Kb por segundo; que los cortes eran tan frecuentes que hubo que inventar programas para recuperar los ficheros truncados por la desconexión traidora; que los políticos del país todavía consideraban Internet como un entretenimiento de los jovencitos de clase media-alta urbana... Pues para escarnio de ellos y para que las generaciones futuras se rían a gusto al saber de la estupidez de (algunos de) sus antepasados, que conste.

En Colombia se produjo el peor terremoto en el país desde 1875, que mató a más de 700 personas y dejó sin hogar a otras 180000. Milosevic continuó masacrando, esta semana, a los albaneses de Kosovo; y la OTAN continuó amenazando con intervenir. Alemania renunció, por presión de los verdes (ahora en coalición de gobierno con los socialdemócratas) a la energía nuclear. En Cataluña, las grandes distribuidoras amenazaron con no estrenar sus películas si se las obligaba a doblarlas al catalán. El euro perdió posiciones respecto al dólar.

Julio, respondiendo a Júlia, observa que

A mí cada día se me hace más difícil encontrar diferencias entre la inteligencia y el sentido del humor.

Y Eduard aprovecha el comentario para explicar su pasión por (que no su posesión de) la inteligencia:

Lo que pasa es que a mi me obsesiona la inteligencia, hasta el punto que la incluyo en la valoración que hago de la gente, y le doy un peso muy considerable. He pensado algunas veces que no tengo ningún amigo o amiga que no sea inteligente. O sea, si es amigo mío, es inteligente --la inteligencia seria condición necesaria, pero no suficiente (aunque es cierto que juego con una definición estrecha de amistad y ancha de inteligencia). Y aunque no consideraré amigo a un cretino inteligente, seguramente no podré evitar admirarlo. Lo que está claro es que no confundo nunca la inteligencia con la educación o la cultura de cada uno: tengo amigos excelentes que casi no saben ni leer y escribir, pero que son bastante más inteligentes que muchos licenciaditos acabados de salir de la facultad. Y es que una persona inteligente, para empezar y necesariamente: a) es humilde b) es autoconsciente c) es consciente de los otros d) es tolerante e) es comprensiva f) es confiable y g) recogiendo tu reflexión de hace unos días, tiene sentido del humor (así se comprende mejor que sólo considere amigos y amigas a los inteligentes, ¿verdad? 8-) ).

Y así llegamos al viernes 29. Ese día, a Julito se le ocurre plantear a la concurrencia el tema del nacionalismo. Queda para la semana siguiente. También quedan pendientes (a Zeni no se le escapa nada) la historia del taxi de Juan, la valoración de Paula de Julio cuando la acabe y una cita de Somerset Maugham prometida por Eduard. Zeni también anima a todos los participantes en la lista que sigan el ejemplo de Julito y que pongan su foto en la página web --promete ser más benévolo con aquellos que lo hagan.

Y para acabar, una rabieta de Eduard:

Digo estúpidamente porque una cosa que no soporto de este mundo es la manía besucona 8-) ¿Qué tiene de malo dar la mano? El contacto es mucho más intenso que el del beso en la mejilla, y puedes expresar muchas más cosas (y saber muchas más cosas de quien te la da) que con aquel. Pero de repente, está demodé. Primero se les negó a las mujeres: entre hombres, un apretón, pero si saludas a una mujer, un besito. ¿¿¿POR QUE??? ¿No es discriminatorio? ¿Y no es tonto alterar una norma social clara y largamente establecida (dar la mano cuando te presentan a alguien, sea del sexo que sea) por otra confusa y que crea ansiedad (la ansiedad del ridículo que puedes sentir al preparar la mejilla y ver que la otra persona está extendiendo la mano, o lo contrario). Después se ha ido extendiendo a los saludos entre hombres también: en ciertas circunstancias puedes parecer un "estirao" si todavía intentas dar la mano. Y lo que ya es el colmo de la ridiculez es cuando "el besito" se extiende a las relaciones formales: Chaves dando besitos a Tocino o Alberdi a Ruiz Gallardón, agggggg.