El día terrible de la curandera (versión adaptada)
Celeste era curandera en un pueblo de una zona rural que se llamaba Salsipuedes. Esa zona no tenía hospital con enfermeros. Nunca daba ni recetas ni inyecciones. No tenía ni sala de emergencia ni ambụlancia. La gente solamente usaba muletas porque no había sillas de ruedas. No podía sacar radiografías. ¡Qué lástima! Celeste la curandera viajaba por todo el pueblo ayudando a la gente.
Un día, a las cuatro de la mañana, Celeste vino corriendo a la casa de Marisol y Héctor Sánchez. Marisol estaba embarazada. Sentía un dolor fuerte y estaba gritando. Celeste quiso salir corriendo de la casa con medicinas, pero se le cayeron todas sus medicinas. Las puso en su bolsa, pero era un desastre. No sabía qué medicina era para qué dolor. Cuando el niño nació, Celeste le dio una medicina para bebês. Inmediatamente al bebé le creció más y más pelo en la cabeza. Celeste le dijo: "¡Pobrecito! La medicina le dio más pelo!"
A las siete, todavía estaba trabajando en la casa de los Sánchez cuando oyó. que Yayo, un hombre muy viejo, tenía un problema. Yayo siempre tropezaba con cosas en su casa y se caía. Ese día tropezó con el perro y se cayó otra vez. Celeste vino y le dijo: "¿Qué le pasó, señor?" Yayo se había caído y se había lastimado el tobillo. Yayo dijo: "¡Me caí!" Yayo pensaba que tenía un hueso roto. Celeste le dijo: "¡Qué lástima!" Examinó a Yayo y le dijo que no tenía ningún hueso roto. No se podía sacar una radiografía; pero Yayo podía mover la pierna. Celeste le dijo que no necesitaba un yeso, pero le puso una venda y le dio muletas. Yayo tomó la medicina. De repente la pierna ya no le dolía, pero se lastimó la espalda cuando se movió para tomar las pastillas.
Al mediodía, Celeste oyó un chico de trece años que estaba gritando. Trajo su: bolsa de medicinas y vino corriendo tan rápido que le dolieron los músculos. Celeste le preguntó: "¿Qué te pasó, Guapísimo?" Guapísimo había tenido un accidente cuando su bicicleta había chocado con un árbol. Se había cortado el tobillo. Se había lastimado el tobillo. Estaba llorando. Se sentía muy mal. Dijo: "Choqué con el árbol!" Celeste limpió toda la sangre de la ropa de Guapísimo y le dijo: "Pobrecito. ¡Qué lástima!" Le dio unas pastillas. Guapísimo dejó de llorar, pero empezó a estornudar. Era alérgico a las pastillas. ¡Qué raro! Celeste no le puso una inyección para las alergias porque no sabía cuál inyección de su bolsa era para las alergias.
Celeste regresó a su casa y puso un cartel en la ventana. Aquí se vende medicina que CAUSA enfermedades. 900 pesos. Ahora es muy rica.