En busca de una idea Gonzalo trabajaba en una estación de televisión. Tenía que pensar en una idea original para un programa dentro de veinticuatro horas. No había dormido durante dos semanas porque pensaba día y noche en esa idea. Se puso agitado porque no tenía mucho tiempo. Un día, fue a dar un paseo por la ciudad. Vio a unos atletas jugando al fútbol en el parque. Algunos de los atletas eran fenomenales. Competían como profesionales. Al final del partido, un atleta metió un gol y todos aplaudieron. El equipo del atleta ganó y fue el campeón de la liga.
Gonzalo tuvo una buena idea para su programa. En el programa, los atletas competirían por un millón de dólares, Gonzalo se puso muy emocionado. Regresó a la estación de televisión y presentó su idea, pero resultó que al presidente de la estación de televisión no le gustaban los deportes. Gonzalo estaba furioso. Regresó a casa y trató de pensar, pero se durmió. Durmió solamente tres horas.
Fue otra vez a caminar. Observó a algunas niñas jugando. Algunas hacían un concurso de belleza. Una era la presentadora. Otra hacía comentarios acerca de los vestidos. Una de las niñas se puso muy alegre cuando ganó el concurso de belleza. Gritó y saltó y lloró un poco. Las otras niñas aplaudieron y gritaron: "¡Fenomenal!" Entonces, inmediatamente, las niñas empezaron a competir otra vez. Esta competencia fue de talento. Esta vez otra niña ganó. Ganó millones de dólares. Ella también se puso emocionada y casi se vuelve loca: Al final, Gonzalo regresó a la estación y le explicó al presidente que tenía una idea para un programa de concurso de belleza. El presentador le daría un millón de dólares a una mujer al final del programa. Pero resultó que al presidente no le gustaba esa idea tampoco.
Gonzalo solamente tenía diez minutos más para proponerle una idea fenomenal al presidente de la estación de televisión. Pero no tenía más ideas buenas. Se puso agitado porque había pensado casi toda la noche y ahora solamente tenía ideas malas. Propuso una mala idea: "Podemos poner a diez personas en un auditorio por unos días y podemos hacer un programa de lo que hacen en el auditorio cuando no pueden salir por unos cuantos días. La última persona que se quede en el auditorio ganará un millón de dólares".
El presidente de la estación de televisión se puso muy emocionado. A él le gustaba mucho la idea, pero pensaba que había demasiado espacio en un auditorio. Pensó que sería mejor poner a las personas en un autobús por un mes. Resultó que hicieron el programa y Gonzalo por fin pudo dormir.