Einstein no se equivocó

Fecha de publicación: Jun 10, 2012 4:1:4 PM

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El físico Dario Autiero y los científicos del experimento Opera del Instituto Nacional de Física Nuclear italiano habían medido una velocidad de vuelo de los neutrinos superior a la de la luz, sin embargo, el que podría haber sido uno de los mayores descubrimientos de la Física de todos los tiempos se ha quedado sin respaldo.

En realidad, la gran mayoría de los físicos teóricos se habían mostrado escépticos ante el resultado anunciado en septiembre: que los neutrinos pueden viajar más rápido que la luz, un límite inviolable para la teoría de la relatividad de Einstein. Parecían pensar, como hubiera hecho Einstein, que si el experimento contradecía la teoría, lo que estaba mal era el experimento, no la teoría. Si la ciencia es esclava de los datos, esa puede parecer una actitud curiosa, arriesgada y hasta anticientífica: un ejemplo más del carácter conservador de la élite científica.

Pero Einstein y la élite científica tenían razón. El experimento del CERN ha muerto y la teoría de Einstein sigue viva. Los investigadores creen que el experimento Opera, el que detectó en septiembre las partículas subatómicas superveloces y revolucionó el mundo científico, simplemente sufrió un fallo en el sistema de cableado de fibra óptica.

El director de investigación del CERN, presentó estas conclusiones en nombre de los cuatro experimentos situados en el Gran Sasso. Los cuatro detectores, Borexino, Icaro, LVD y Opera, han medido el tiempo de vuelo de los neutrinos y es consistente con la velocidad de la luz. En las nuevas mediciones, las partículas se comportan como era de esperar, no son superveloces.

Esto desmiente lo anunciado en septiembre por el experimento Opera, que sugería que los neutrinos lanzados por debajo de la tierra desde el CERN hasta Gran Sasso (a 730 km de distancia) llegaban 60 nanosegundos antes que la luz, algo que la Física consideraba imposible.

El experimento Opera ha utilizado un sistema informático desarrollado por científicos y empresas españolas para mejorar sus resultados. Esta tecnología, que se llama White Rabbit, es crucial para detectar posibles errores en los experimentos. Es un sistema independiente que se instala en paralelo con el experimento principal como medida de redundancia (si uno y otro no coinciden es que hay un problema).

White Rabbit puede sincronizar hasta 2.000 nodos separados más de 10 kilómetros entre sí con una precisión de un nanosegundo, algo imprescindible cuando lo que se quiere medir viaja prácticamente a la velocidad de la luz.

He querido hablar sobre este descubrimiento en particular porque creo que ha permitido al público ver el método científico en acción: al obtener un resultado inesperado, este fue examinado, puesto a prueba e investigado a fondo; hasta que (gracias a la colaboración de numerosos científicos y físicos que han trabajado sobre ello) se ha demostrado que sólo una de las teorías propuestas que competían entre sí era válida: La teoría de la relatividad de Einstein. Así es como la ciencia avanza.

“Los científicos comparten la fe de Einstein en que el mundo es comprensible”, ha dicho el astrónomo real del Reino Unido, Martin Rees. Adelantar a los fotones es incomprensible.