Pernalete “era luz y por querer un mejor futuro lo apagaron”

Por Crisbel Varela

“Mami, protestar no es un delito. Todo va a estar bien”, fue de las últimas frases que el jóven Juan Pablo Pernalete le dijo a su madre antes de salir a esa protesta, la que fue el escenario para su asesinato. Este recuerdo, que forma parte de los crímenes cometidos en Venezuela por los cuerpos de seguridad del Estado, es lo que relata “Unas veces se gana y otras se pierde” de Elvis Chaveinte, dirigida por Rossana Hernández.


Tras sus presentaciones en la sala Thespis, el montaje de la selección de teatro estable de la Universidad Metropolitana (Unimet) basado en la documentación e investigación llevó a las tablas del Trasnocho Cultural una historia real: El asesinato de Juan Pablo Pernalete, el joven deportista que murió durante las protestas del 2017.

Foto: Gleybert Asencio

El elenco, conformado por Mauricio Celimén, Clementina Arabia, Ana Celeste Mucci, Camila Rodríguez, Miguel Cabrera, Lino De Andrade, Yurvy Aponte, Ángel Moreno, acompañados por Rossana Hernández y Elvis Chaveinte (quienes interpretan a los padres de Pernalete), se dieron la tarea de remover la memoria, llevar a escena un mal recuerdo. Ese en el que jóvenes salían a protestar por sus derechos pero no sabían si regresaban a sus hogares.


Pernalete “era luz y por querer un mejor futuro lo apagaron”, fue la frase que usó uno de los personajes, mencionando que el impulso del deportista de salir a las protestas era querer conocer un país distinto, con otros políticos, uno donde la inseguridad no fuera lo imperante.

Foto: Gleybert Asencio

La obra muestra a un grupo de estudiantes de teatro, quienes en el ejercicio de su taller eligen trabajar la historia de Pernalete y las protestas del año en que murió. De esta manera los personajes cuentan la historia en tiempos distintos: El presente (su actividad actoral) y el pasado (el recuerdo de los hechos).


“Quisiera tener un puñal de acero para degollar un maldito guarimbero”, cantaron los jóvenes durante la interpretación, para hacer referencia a las consignas con las que los cuerpos de seguridad del estado se preparaban en sus entrenamientos.

La propuesta teatral involucró a los espectadores buscando que dieran su opinión sobre un tema álgido para la sociedad venezolana: ¿Vale la pena salir a la calle a protestar?


Las opiniones, una distinta de otra, se resumieron en: Hay que luchar por el país, exigir que se respeten los derechos de los ciudadanos y quienes admitieron estar cansados de salir a la calle y no ver resultados.

Foto: Gleybert Asencio

La iluminación pasó a ser otro personaje, con cada cambio de luz la narrativa variaba y el espectador se sumergía en el ambiente del momento. La puesta en escena se valió de pocos elementos en cuanto a la escenografía, pero los necesarios para dar el peso argumental: Una pizarra que rememoraba la época universitaria de Pernalete, una mesa y una cama que transportaban al público a la casa del protagonista.

Foto: Gleybert Asencio

La producción se había presentado anteriormente en el Festival Arlequín el pasado mes de julio, en los espacios de Teatrex, resultando ganadores por Dirección destacada, Mejor ensamble y tres menciones especiales: Texto original o adaptación destacada, Actuación juvenil destacada y Mejor construcción de personaje o caracterización.

Foto: Gleybert Asencio

Sobre Pernalete y las protestas

Ya pasaron cinco años desde el asesinato de Pernalete y el autor material de su muerte aún no ha sido identificado.

Desde la administración de Nicolás Maduro buscaron asegurar que Pernalete no había muerto por el impacto de una bomba lacrimógena, sin embargo la Fiscal General de la República para ese entonces, Luisa Ortega Díaz, denunció que las investigaciones del Ministerio Público arrojaron que el joven sí había sido asesinado por el impacto producido tras el “shock cardiogénico por traumatismo cerrado de tórax” con el arma química.

Foto: Gleybert Asencio

La Fiscal declaró que la responsabilidad de esta muerte fue de un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).


En agosto del 2017 el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) reportó en un informe que contabilizó 6.729 manifestaciones desde el 1 de abril hasta el 31 de julio de 2017 en todo el país. Además informaron que con el Plan Zamora se exacerbó la represión y la violencia, registrando extraoficialmente 163 muertes desde el 6 de abril hasta el 13 de agosto de ese mismo año.

Foto:Gleybert Asencio