Laboratorio Anna Julia Rojas, 51 años siendo “obreros del teatro”

Por Crisbel Varela

“Si hay sentido de pertenencia podemos seguir apostando”, es lo que piensa Carmen Margarita Jiménez, directora del Laboratorio teatral Anna Julia Rojas, quien se define como “una obrera del teatro” y aún cree después de muchos años trabajando en el mismo espacio educativo en materia artística que los jóvenes tienen oportunidades de seguir haciendo arte en el país.


Este 2022 el Laboratorio cumplió 51 años y Jiménez ya tiene entre 37 y 38 haciendo vida en el. Siendo su directora desde 2002, asumiendo el cargo tras el fallecimiento del chileno Horacio Peterson, fundador del Laboratorio, actor, guionista, director de teatro y cine con una amplia carrera en Argentina y Venezuela.

Horacio Peterson | Restauración: Gleybert Asencio

Carmen Margarita Jiménez empezó a trabajar en el Laboratorio “sin saber nada de teatro”, pero quería hacer gestoría cultural. Empezó como secretaria, luego participó en algunas producciones y finalmente llegó a la dirección del lugar.

Carmen Margarita Jiménez, directora del Laboratorio teatral Anna Julia Rojas / Foto: Gleybert Asencio

La directora confiesa que es difícil ser líder de la escuela teatral en la actualidad, sin embargo rescató que quienes trabajan allí “hacen que la labor sea más ameno. Como si estuvieran en familia”.


“Esto es duro porque vivimos de los talleres y no hay subsidio. Hemos hablado con organizaciones pero parece que esto no les importa mucho”, afirmó Jiménez.

“La negra”, como la conocen en el ámbito cultural, señaló que el Ministerio de Cultura tampoco les brinda apoyo, pero tienen el aporte de la Compañía Nacional de Teatro y Fundarte.


“El Ministerio de Cultura debería pasarse por aquí. Ese ministerio no existiría sin los que hacemos arte en el país”, criticó.


A pesar de los contratiempos económicos que la crisis ha dejado, en la escuela teatral siguen creando y formando.

Celebración, aniversario e inseguridad


Con motivo de la celebración aniversario, desde docentes hasta estudiantes, planificaron toda una jornada cultural que integró teatro, títeres, danza, para que la gente, al pasar, recuerde que cerca de la estación del metro Bellas Artes, hay un lugar donde la juventud sigue apostando por el arte y “a veces pasa desapercibido”.

Foto: Gleybert Asencio

El arte en la calle resulta algo novedoso para las personas que transitan (eso mencionaron durante una presentación del Laboratorio) y ven que están haciendo actividades, porque la inseguridad ha permeado los espacios.


Jiménez dijo que no es fácil intentar regalar un momento de esparcimiento con el arte, en exteriores, cuando tanto el público como los actores “están pensando en que les puede pasar algo o los pueden robar”. A esta complejidad se le suma la falta de presupuesto que los mantiene trabajando “con las uñas”.

El laboratorio mantiene su programa de extensión a la comunidad, para que todos los que estén interesados se acerquen y puedan brindarles herramientas.


La organización funciona como sala de teatro, tienen salones de ensayos y una biblioteca especializada. El lugar es todo un museo, por decirlo de alguna forma, con materiales de iluminación, fotografías y programas de mano, parte de lo que es la historia del teatro en Venezuela.

Programa de mano archivado en la Biblioteca Nacional.
Programa de mano archivado en la Biblioteca Nacional.
Programa de mano archivado en el Laboratorio Anna Julia Rojas.

Las obras que se presentaron en este lugar forman parte de la historia del teatro venezolano, pero de los registros que deberían estar guardados en la Biblioteca Nacional, llamados programas de mano, solo quedan dos. Otros tantos aún quedan almacenados en el Laboratorio Teatral.

Talleres de montajes tanto para niños como para mayores de 18, en distintos horarios, maquillaje, para principiantes en la actuación, es parte de lo que ofrece la institución.


"La negra" cree que aún hay oportunidad para los jóvenes que busquen formarse en el país como artistas. Dijo que “hay mucho que se pueden hacer para impulsar la cultura”.


El Laboratorio forma parte del complejo cultural que intenta seguir haciendo vida en medio de la crisis y la inseguridad, tal como la plaza de los museos, el Teresa Carreño, la Galería de Arte Nacional, el ahora llamado Museo Armando Reverón, el Teatro de Bellas Artes y la Fundación Rajatabla.

Sobre la historia del laboratorio, se sabe que en 1971, Peterson, junto a Esteban Herrera y Anna Julia Rojas fundaron el Laboratorio teatral. En ese entonces se mantuvieron transeúntes, hasta que años después consiguieron el espacio que hoy conocemos, ubicado en Bellas Artes, avenida México de Caracas.

Así se encontraba el espacio del Laboratorio antes de su remodelación.
Anna Julia Rojas |Restauración: Gleybert Asencio
Esteban Herrera |Restauración: Gleybert Asencio

Recuerdos del Laboratorio