“Anónimo Veneciano”: A veces si es tarde para amar 

¿Cómo retroceder el tiempo para amar, decirle al otro que sí, que le querías pero no lo expresaste, que te equivocaste y quieres volver a empezar?

¿Alguna vez se les hizo tarde para amar a alguien? Por dejar pasar el tiempo, porque no era el momento, por los errores, los daños, porque ya había otra persona… Tal vez no se haga tarde para amar, pero a veces sí lo es para demostrarlo.

En “Anónimo Veneciano” los errores y la muerte costaron el: ¿qué hubiese pasado si nosotros…?

El amor, la moral y la muerte son algunos de los temas que aborda “Anónimo veneciano”, una pieza escrita por Giuseppe Berto, bajo la versión libre de Virginia Aponte y César Manzano, que se presentó en la sala Virginia Aponte de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) para celebrar los 48 años de la agrupación teatral de la casa de estudios.

Valeria (Andreína Blanco) y Enrico (César Manzano) son un matrimonio (solo legalmente) que después de muchos años se reencuentran en Venecia, donde recordarán lo bueno, las malas experiencias que llevaron a su ruptura y abordarán una noticia trágica que los hará cuestionarse por qué no hicieron de su historia una mejor.   

Este drama goza de un humor ligero gracias a las actuaciones de los personajes, quienes ya habían presentado la pieza 20 años atrás, en la misma sala teatral .

Blanco trae a escena a un personaje con una audacia que permite ver al público a una mujer en dos facetas en conjunto: Una donde a pesar de estar en sus últimos días de vida, no pierde la sonrisa ni sus chistes cínicos y otra que no puede dejar de embriagarse como escape ante la tristeza que la invade. 

Ella llama a Enrico para decirle que sabe, le hizo mucho daño, pero nunca agrede. “Era una fuerza externa que me impedía hacer y decir las cosas que yo no quería hacer y decir”, menciona en uno de sus diálogos.

Manzano nos regala la figura de un hombre con sentimientos encontrados, con los recuerdos a flor de piel y que en su dolor dice odiar a Valeria, escudándose en que hay momentos en la vida en que las personas deben defenderse “y la mejor manera es dejando de amar. O por lo menos intentándolo”.

“Nuestro amor siempre fue una larga lucha contra el engaño. Los dos queríamos poseernos por completo, hasta la destrucción del alma y el cuerpo. Si tú en cierto momento no hubieras ido nos hubiésemos vuelto locos los dos”, es una de las palabras que le dice Valeria a Enrico para tratar tal vez de compensar ese adiós inconcluso que mantuvieron durante muchos años. 

El texto es un diálogo emotivo que puede hacer reír y llorar, combinando elementos como el recuerdo, la incertidumbre de lo que será el mañana y la culpa por los errores del pasado.  

La producción de la pieza que se presentó el pasado 17 de mayo es de Ago Teatro, la asistencia de dirección de Natalia Djekki, dirección artística de Wilfredo García y la iluminación de Miguel Abreu.

Celebrando los 48 de Teatro UCAB

Al terminar la función para celebrar los 48 años de Teatro UCAB, su fundadora, Virginia Aponte, relató cómo Venezuela le abrió los brazos al llegar con solo 14 años y ella a cambio, durante años, se ha encargado de mantener su propia “utopía”, una donde muchos han creado, reído e interpretado. 

“Medatia es pensar que hay otros como nosotros que quizás no han tenido la misma oportunidad, pero hay que abrirla y se la abrimos en la medida de nuestras posibilidades a los barrios cercanos a la universidad y construimos una utopía que sigue funcionando”, dijo, agregando que es un proyecto para una Venezuela que a veces se olvida. 

Teatro UCAB fue fundado en 1975 por Marcos Reyes Andrade y Virginia Aponte, quien cuatro años más tarde, asume por completo la dirección. Desde entonces, de sus filas han egresado profesionales como Aminta de Lara, Nelson Rivera, Javier Vidal, JulieRestifo, Carlota Sosa, Alba Roversi, Unai Amenábar, José Rafael Briceño, Leonard Zelig, Maria Isabel Párraga, entre muchos otros.