Nicola Rocco: La memoria es importante para las próximas generaciones

Por Crisbel Varela

La primera obra de teatro que Nicola Rocco fotografió fue “Pavlov” de Gustavo Ott en los años 90. En ese entonces no lo sabía, pero se convertiría en uno de los fotógrafos con mayor presencia en la movida teatral venezolana.


Rocco no era mucho de teatro, era más de cine y televisión, pero una serie de eventos aislados lo llevaron a la fotografía y a conocer a quienes serían sus maestros: Manuel Sáenz y José Pepe Domínguez (a quien calificó como un “guía”) y Miguel Gracia. Todos le enseñaron algo distinto sobre la fotografía y en medio de errores se fue enamorando de la profesión.


Rocco ha capturado con su lente el teatro venezolano desde que la fotografía tenía que revelarse en un cuarto oscuro.

“Me fui empapando y tuve la oportunidad de hacerlo asistiendo a muchos festivales de teatro”, dijo Rocco, quien confesó que entre aprender la profesión y adentrarse en la fotografía teatral “fue de enamoramiento tras enamoramiento”.

El fotógrafo venezolano ya perdió la cuenta de cuántas obras ha fotografiado, pero algunas “guardan un cariño especial”. Aseguró que elegir una sola como favorita sería imposible “porque son muchas”, sin embargo compartió su recuerdo de algunas que lo conmovieron: “El matrimonio de Bette y Boo”, “San Marcos de Venecia”, “Buenas noches mamá” e "Infierno".

Foto: Gleybert Asencio

“Hay obras que me han conmovido mucho. Hay una que se llama El matrimonio de Bette y Boo, esa obra la fotografié por primera vez en el 95 (si mal no recuerdo). Yo no podía parar de reír, me costaba tomar fotos porque me estaba riendo todo el tiempo. Me pareció fantástica la obra. En un momento le dije a Hector Manrique que tenía que remontarla porque me divertí muchísimo”, relató Rocco.


“San Marcos de Venecia” escrita por Julio César Alfonzo la vio dos veces y en ambas lloró. “La primera vez la vi en el Festival de Teatro de Oriente en 2005, lloré y no me podía contener; hasta me dio pena. Pero es que me impresionó muchísimo, me captó a nivel emocional”, mencionó, haciendo hincapié en que no fue por las fotografías sino por el montaje en sí. La segunda vez fue en el Ateneo de Caracas en 2008.

Otra pieza que lo hizo llorar fue “Buenas noches mamá” con Diana Volpe, dirigida por Juan Jose Martin. “Me hizo llorar tanto que abracé a Diana. Era muy emotiva”.


Nicola Rocco aseguró que hay una obra que nunca podrá olvidar. Se trata de “Infierno”, presentada en el Festival Internacional de Teatro. “No la voy a olvidar nunca por lo significó. Cuando la fui a ver sufrí, estaba totalmente excitado con las imágenes. Esta obra refleja la frase: Una imagen vale más que mil palabras. La obra era en un idioma totalmente desconocido para nosotros (no había generador de caracteres) pero viendo las escenas entendías todo. Había una base, sí, El Infierno de Dante. Pero entendías todo simplemente con ver cómo estaba puesta en escena”.

Foto: Gleybert Asencio

La memoria


Rocco tiene todo un repertorio por contar y por eso habla de la importancia de la memoria, como parte de un legado y la documentación que verán las próximas generaciones que estén interesadas en este mundo.


“Como cualquier registro que se haga de cualquier cosa hay generaciones que van a querer investigar cómo era todo esto. Por eso tengo la necesidad de hacer un libro y contar mi punto de vista de lo que ha sido el teatro con mis fotografías desde los años 90 hasta ahorita. He vivido un proceso completo: lo clásico, lo intermedio y lo moderno”, precisó, adelantando que podría llamarse “El teatro después de Carlos”, haciendo referencia a Giménez, creador del Festival Internacional de Teatro y fundador de Rajatabla.

“La memoria, la que sea, teatro, danza, ópera, es necesaria porque tienes que pensar en las generaciones que están por venir. Sería bueno dejar un gran registro. Luego está la parte personal, éste es mi legado de alguna manera. Quiero que cuando la gente las vea diga que buenas son, raras, que exista una opinión. Mi intención es salir del registro habitual para hacer fotos que merezca que la gente las vea”, sentenció.

El artista en materia de fotografía opinó que los periódicos deberían tener un registro de la movida teatral en el país, sin embargo resaltó casos como el diario El Universal donde hay archivos de la web que desaparecieron en 2016 y microfilme al que le salieron hongos porque no existió el cuidado necesario del material fotográfico.


Indicó que espera las redes sociales sean una herramienta que realmente puedan guardar el registro a lo largo de los años, aunque opinó que sería algo “tedioso” buscar por cada usuario las fotografías que se necesitan


“Con lo digital uno se pregunta: ¿Cómo guardo esto y que no le pase nada? El diario El Universal tenía un servicio, dejaron de pagarlo y se lo quitaron. Perdieron la memoria. Eso no puede ser”, cuestionó.

Nicola Rocco comparte sus experiencias como fotógrafo de teatro en un conversatorio llevado a cabo en la Galería de Arte Nacional. | Foto: Gleybert Asencio

La crisis también afectó el teatro


Como fotógrafo Nicola Rocco explicó que busca mostrarle al público eso que a veces se le puede escapar de una escena, quizás lo que hace el actor que no está en el foco de una escena en particular, algún detalle de la escenografía y por eso aseguró no puede evitar hablar de cuando la crisis también afectó al teatro.


“Hubo un proceso que vivió el teatro venezolano a partir del 98 y es lo que quiero recoger de alguna manera en mi libro. Pasamos de grandes montajes (estaba Rajatabla en su esplendor, el grupo Theja), grandes escenografías, al teatro átomo, donde prácticamente eran dos sillas como escenografía por falta de presupuesto. Los grupos dependían mucho de lo que les daba el Estado”, mencionó, señalando que ahora se están empezando a ver de nuevo escenografías con más presupuesto.

“Estamos empezando a ver de nuevo escenografía, pero si, hubo una temporada muy dura en que el teatro se redujo por cuestión de gastos. Esto fue más que nada en el 98/99 hasta nuestros días”, cuestionó.


Rocco también resaltó los cambios en cuanto a la forma de pago que tienen los actores. Relató que antes el Estado les daba un salario a las agrupaciones teatrales así no hubiesen funciones y existían los llamados "dozavos", que llegaban tarde e incompletos y hacían que las temporadas se retrasaran. Luego estaban los programas de mano que les permitían tener publicidad. Ahora se manejan por contratos.

Siglo XXI: Mundos de escenas en un solo país


Quienes deseen ver las obras del fotógrafo venezolano pueden acceder a su blog http://photomanifiesto.blogspot.com donde encontrarán 16 años de registro teatral.


También pueden asistir a la exposición “Siglo XXI: Mundos de escenas en un solo país” en la Galería de Arte Nacional, propuesta organizada por el Festival Círculo Escénico que estará a disposición del público hasta el 30 de octubre, aunque se espera que la fecha pueda extenderse.

La exposición muestra 40 fotografías de obras de teatro capturadas por Nicola Rocco, Arturo Moreno, Roland Streuli, Jacobo Méndez y Félix Gerardi.


“Esta exposición pretende reconocer y generar memoria sobre el hecho escénico del país desde su identidad visual y la forma en cómo es captada por el lente de la cámara: en tal sentido se propone realizar un recorrido histórico por los montajes teatrales de los últimos años de autores y dramaturgos venezolanos, bajo el lente de un grupo de reconocidos fotógrafos que han realizado el registro de espectáculos en las diversas salas del país a lo largo de sus trayectorias”, señaló el festival.

Foto: Gleybert Asencio