“Anónimo”, el reflejo de una sociedad provida
“Anónimo”, una pieza escrita y dirigida por Dionys Fuentes, se presentó en el escenario de la sala Dorys Wells de la Casa del Artista el pasado 29 de julio, en el marco del Festival teatral de autor (FESTEA).
Annie Ferrer protagonizó la obra que trata sobre el aborto, un tema controvercial, aún, para gran parte de la sociedad a pesar de ser un asunto de salud pública. Cuenta dos historias: La de una mujer que queda embarazada tras mantener relaciones con varios hombres y dice que abortará pero al final decide no hacerlo y la de otra que se entera será madre y estaba feliz de tenerlo a pesar de que el padre no quiso responsabilizarse.
“Anónimo” es un texto conciso ante la complejidad del tema que presenta, aunque se entiende que fue el resultado de un taller de dramaturgia. Tiene una narrativa sencilla, dividida en dos historias distintas, que simplifican a la mujer y el papel que desarrolla en la sociedad frente a las decisiones que toma sobre su cuerpo y su sexualidad.
Es un texto que cuestiona al público sobre cuántos de ellos no estarían allí si sus padres los hubiesen abortado.
El texto se apoya en una voz que narra cifras reales sobre las mujeres que mueren por practicarse el procedimiento. Lo que es válido. Pero la narrativa cae en desinformación cuando no sustenta que las muertes son por prácticas clandestinas e inseguras a las que mujeres, niñas y adolescentes, se someten al tener leyes restrictivas, aún cuando la OMS ya estableció que con procedimientos legales y seguros las cifras de mortalidad pueden disminuir considerablemente. En resumen hace falta más investigación para que el texto no recaiga en la estigmatización de la mujer, teniendo en cuenta que el teatro por lo general es un momento puro de reflexión.
La actuación de Ferrer mantiene el ritmo durante los 30 minutos de la puesta en escena y en ocasiones se pierde cuando la actriz se mantiene en un solo lado del escenario.
La escenografía para la ocasión creada por Armando Yánez fue bastante acertada. Muestra en escena dos fetos pintados, que resaltan y hacen juego con las hojas ralladas con dibujos que están sobre el suelo del escenario.
El vestuario varió según las historias presentadas. En la primera parte vemos a una mujer vestida con la típica camisa verde que usan las manifestantes cuando protestan para exigir que el aborto sea legal y seguro. En el segundo caso vemos a una mujer en vestido que está feliz por su embarazo. Al final termina quitándose la ropa y quedando con una malla rosa que hace referencia al feto.
La realidad
En Venezuela la Constitución penaliza el aborto. Mientras tanto las mujeres y organizaciones feministas siguen en protestas y llamados al Estado, recolectando firmas en apoyo a la despenalización legal y social de la interrupción del embarazo ante la Asamblea Nacional.
Las mujeres y personas gestantes tienen el derecho a no morir por causas relacionadas con el embarazo y el parto. Esto forma parte de sus derechos sexuales y reproductivos, que además deberían ser garantizados por el Estado, así como su derecho a la vida y a la salud.
Desde organizaciones como AVESA y ACCSI tras un estudio que realizaron sobre “Los derechos y la salud sexual y reproductiva en Venezuela” en 2015, recomendaron orientar a revisar las normas que penalizan el aborto.
Las mujeres y personas gestantes tienen el derecho a no morir por causas relacionadas con el embarazo y el parto. Esto forma parte de sus derechos sexuales y reproductivos, que además deberían ser garantizados por el Estado, así como su derecho a la vida y a la salud.
