02/10/2023

Deus Ex Machina, 10 años creando con “una fe inquebrantable”

Por Crisbel Varela

“Una fe inquebrantable en el arte teatral, en el talento que hay en el país, en el diálogo y el encuentro entre los seres humanos” es lo que mantiene en pies a Deus Ex Machina, una agrupación teatral venezolana que está cumpliendo 10 años de crear, hacer, interpretar, producir y dirigir teatro. 


Gabriel Agüero, Rossana Hernández y Elvis Chaveinte conforman esta agrupación.

Foto: @macborgo 

Agüero recuerda que la primera obra escrita para la agrupación fue “Trece Rosas”, un texto con el que Elvis Chaveinte se estrenó como dramaturgo/director y reunió a 17 actores en escena a lo largo de tres temporadas en diferentes teatros.


Aunque “Trece Rosas” fue la primera obra escrita para el grupo, el primer montaje fue “Saverio, el cruel” del dramaturgo argentino Roberto Arlt, que surgió del proyecto de tesis de Gabriel Agüero, y que además coincidió con el surgimiento de la La Caja de Fósforos, siendo la segunda pieza en presentarse en este espacio cultural.


“Hemos tenido muchas primeras veces a lo largo de todo este tiempo”, señaló el actor Gabriel Agüero.


En 10 años de trabajo, Deus Ex Machina se identifica por su versatilidad. Rossana Hernández se estrenó como Productora Ejecutiva en la agrupación de la que forma parte, por ejemplo, y a Gabriel Agüero que acostumbramos a verlo actuar, en algún momento llegó a diseñar una escenografía, porque como equipo creen que “se trata de explorar en nuevas áreas, investigar y ponerse a prueba”.


“Somos muy libres a la hora de seleccionar nuestros proyectos. Siempre estamos abiertos a descubrir nuevas dramaturgias y sobre todo discutir y actualizarnos en relación a los temas que nos van movilizando. Si ves nuestros proyectos a lo largo de 10 años puedes notar esa pluralidad de temas y formas de abordarlos. La curiosidad creativa nos ha movido y creemos que es algo que nos identifica”, mencionó Agüero.

Foto: @bartografia 

Además de las ya mencionadas Deus Ex Machina tiene en su repertorio obras como Un vestido para Doris Wells, con la que celebraron sus 10 años, el ciclo Sergio Blanco, entre otras piezas con las que han recibido importantes reconocimientos como Madame Pythie y Abrázame así (obras breves; Oswaldo Maccio, Venezuela), La cocinera (Eduardo Machado, Estados Unidos), Niños lindos (Fernando Azpúrua, Venezuela), Emilia (Claudio Tolcachir, Argentina), Mi hijo camina un poco más lento y Mirjana y los que la rodean (Ivor Martiniç, Croacia). Es por esta razón que no se imaginan seleccionando una sola obra que les marcara a lo largo de su carrera.


“No hay forma de seleccionar una obra puesto que cada una nos ha marcado de diferentes formas en lugares completamente distintos. Hay piezas cuyo tema nos moviliza profundamente y hay otras donde la simple estética nos cautiva e impulsa a seguir ahondando. Cada proyecto ha representado una oportunidad para exponernos y hacernos más preguntas. Definitivamente después de cada obra que hacemos salimos cambiados”, confesó Gabriel Agüero.


Elvis Chaveinte recordó el momento en que eligieron cómo se llamaría la agrupación a conformar hace años, y aseguró que este fue un momento “inolvidable”.


“Las propuestas iban desde Arroz con mango, Los tirapiedras, por supuesto, eran en tono de broma, pero que dejaba entrever que no dábamos con lo que queríamos comunicar o con lo que nos sentíamos identificados, hasta que apareció Deus Ex Machina y todo cayó en su lugar.  En cada trabajo alguien toma el rol de El ultimador, que viene una vez que ya está terminado el montaje y casi para estrenar, a dar el toque extra, el acabado final, o sencillamente a cortar un hilo que sobresale, a tapar una rendija que no debe verse, pintar una esquinita mal pintada, enderezar una línea…este rol se asume por impulso, es espontáneo y, por eso, hermoso”, dijo Chaveinte.

Foto: Gleybert Asencio

Deus ex machina es una frase utilizada en el teatro que se aplica a cualquier elemento inesperado que se introduce en la acción y que provoca repentinamente el desenlace.

Tras largos años de trabajo Rossana Hernández admite que hacer teatro en Venezuela es una tarea complicada, pero dice, también es “un acto de resistencia”. 


“El entorno es completamente hostil para el creador, no se cuenta con apoyo ni del Estado ni de la empresa privada, nos apoyamos entre nosotros mismos porque sabemos lo cuesta arriba que es hacer teatro porque es nuestra realidad compartida. No existen suficientes espacios para nuestra actividad, la afluencia del público a las salas es escasa. Si vemos todo esto, es bastante difícil. Hacer teatro en Venezuela es una proeza que requiere de mucha valentía y un profundo amor por nuestro oficio”.

Foto: Gleybert Asencio

A pesar de las dificultades, Chaveinte agregó que siguen adelante por la convicción de contribuir con la sociedad, “por la esperanza puesta en una mejor Venezuela. La que merecemos”.