Hamlet, entre el teatro y los delirios
“Ser o no ser. He ahí el dilema”.
Fuerza, ímpetu, valor, dramatismo, son elementos que necesitaría cualquier actor para pronunciar esa frase del clásico de la literatura universal Hamlet, original del inglés William Shakespeare. Esto es lo que le hace saber el maestro (Ludwing Pineda) a su aprendiz (Omar Churión), quien quiere convertirse en el mejor actor y no ve más allá de su narcisismo.
La pieza es un ensayo de teatro en medio de un romance donde hay codependencia, que pasa casi al final a centrarse en los delirios de Hamlet, quien por momentos cree ver a su madre.
Los dilemas del teatro y ser actor están presentes en la historia, que pone su fuerza en la actuación de ambos artistas con una escenografía minimalista y una iluminación que hace poética la puesta en escena.
Con elementos sobre cómo convertirse en un gran artista en medio de la relación amor-odio que tienen los personajes, se turnan sobre a quién le toca ser sumiso en las palabras. El texto es intenso, no pierde su esencia teatral, es audaz y pasan de la actuación a lo que en la obra es la realidad casi de manera imperceptible.
Churión muestra a un personaje que se desarrolla como narcisista, que cree que para ser actor solo debe ser apuesto. Mientras su mentor se nutre de ese trastorno porque ya está mayor y dice que ya nadie lo espera cuando termina una función teatral.
Detrás de la mirada poética de la pieza, también nos topamos con la representación del complejo de Edipo. Hamlet es un personaje que refleja falta de cariño y atención, que en medio de sus rasgos de locura dice ver a su madre. Ante ese vacío emocional, tal vez el personaje veía ese amor reflejado en su maestro, que le exigía para que fuera mejor, y a cambio Hamlet le daba admiración y deseo.
La asistencia de dirección es de Yurahy Castro, producción de Jasón Hernández y Arístides Muñoz e iluminación de Alejandro Martínez.
Hamlet, versionada y dirigida por Rufino Dorta se presenta hasta este 12 de marzo en la sala Román Chalbaud del Teatro Alberto de Paz y Mateos en Caracas. Este clásico fue presentado bajo la versión de José Manuel Suárez el año pasado en el Teatro Teresa Carreño. Ahora llega la de Luis Domingo González a los espacios de Rajatabla.
Sobre la obra original
Hamlet, príncipe de Dinamarca es una tragedia de Shakespeare, una historia de venganza donde el protagonista buscará la justicia en sus manos ante el asesinato de su padre.
El año de publicación del texto que ha sido traducido en numerosos idiomas se sitúa alrededor de 1603, aunque no se conoce la fecha con exactitud. Es la obra más larga de Shakespeare y entre sus más reconocidos intérpretes figuran Richard Burton y Peter O’Toole, que la interpretaron en Nueva York y Londres, respectivamente.