Partidas

Fecha de publicación: 06-jul-2015 6:29:06

Los ojos cerrados,

recordé el pasillo

de la casa de mi nana,

el calor vespertino

agobiante, pesaroso,

y el fresco olor de la mañana

que llegaba desde las huertas

y bajaba por los cerros.

Te miré sentada,

escuché tu voz y tus risas,

llena de vida otra vez

en el hogar familiar.

Caí en la cuenta

del ambiente y el paisaje

plenos de exotismo,

tan diferentes de aquellos

donde me acunaste.

Y comprendí entonces

que Mulegé era tan tuyo,

y lo siguió siendo siempre

sesenta años después

de que partiste.

Que su olor y su calor

y su paisaje serrano

habían acompañado

tus mañanas y tus días

cotidianamente

por tres décadas.

¿Qué pensabas y sentías al volver,

al recuperar amaneceres

y tardes de sopor,

al reencontrar amigos de infancia

y vecinos de tantos años?

Minutos después al teléfono

escuché a la Yaqui avisarme.

Y se fueron desgranando las horas

de tu partida final.

Junio de 2015