Encuentro con Al Capone

Fecha de publicación: 16-mar-2015 5:28:35

Personajes:

Madre: señora pobre y cariñosa, forzada a mandar a su hijo a trabajar.

Niño: hijo de la Madre, alegre y respetuoso. Apoya a su madre.

Señor: personaje seco y arisco.

Señora: mujer muy maquillada, arrogante y presumida.

Al Capone: ícono de la mafia, pero educado y respetuoso.

Escena I

(En la noche. En una casucha, con techo de madera y despintadas paredes, en su interior están la madre y su hijo (el Niño). La puerta está entreabierta y deja ver el interior de la casa. Dentro hay una cocineta, una mesa y al fondo una cama y un armario de madera).

Madre: Te deseo suerte, hijo. No llegues muy tarde. (Le hace la señal de la cruz sobre su cabecita).

Niño: No te preocupes, madre. No volveré tarde. (Le da un beso en la mejilla, toma una caja de madera del suelo y se aleja).

(El niño camina muchas calles y después se encuentra en un lugar lleno de edificios, colores, anuncios luminosos, bares, antros y gente borracha tirada en las calles).

Niño: (mirando alrededor) Aquí parece un buen lugar para establecerse.

(Acomoda su caja de madera en el suelo y saca de ella una silla plegable pequeña. Entra a escena el Señor, el Niño lo ve acercarse).

Niño: (sonriendo) Señor, ¿le gustaría que le limpiara y sacara brillo a sus bonitos zapatos?

Señor: (molesto) ¡No, no gracias! Mis zapatos están bien. (Murmurando) ¡Ay con estas pestes! No sé cómo la policía les permite estar aquí. Estos mendigos no hacen más que molestar.

Niño: (sorprendido) Ah, bueno. Ahí viene otro. (A la persona que se acerca; suplicante) Señor, ¿gusta que le bolee su calzado? Le saldrá barato.

Señora: (ofendida) ¡Soy una dama, niño ciego! (Con tono arrogante) ¡Y no, no quiero que me bolees las zapatillas! ¡Son de seda y las arruinarías!

Niño: (disculpándose avergonzado) Disculpe, señora, pero tan pesadamente maquillada, y con ese sombrerote, no pude distinguir si era dama… o caballero.

Señora: (gritando sumamente ofendida) ¡Impertinente mocoso! (Se acomoda el chal con arrogancia y sale de escena, caminando con lentitud).

Niño: (triste) ¡Rayos! Me parece que ésta no va a ser una buena noche. (Tira el trapo al suelo, enojado).

(Se escuchan ruidos dentro del bar. Sale Al Capone con sombrero, apresurado, y cae a la calle. El Niño corre hacia él y logra arrastrarlo hacia la banqueta antes de que un coche lo arrolle. El sombrero se queda en la calle y el coche lo destroza).

Niño: (asustado) ¡Uf! Eso estuvo cerca. (Moviendo del hombro a Al Capone y hablando bajito). ¡Señor! (Asustado) ¡Señor! ¡Huy! (El hombre no reacciona). Voy a mojar mi trapo para echarle agua.

(Deja a Al Capone apoyado sobre una silla. Saca de la cajita de madera un trapo. Se acerca a una cubeta llena de agua que está a un lado del bar y moja su trapo en ella. Regresa con el hombre).

Niño: (preocupado) No se ha movido. A ver si esto ayuda. (Le exprime el agua del trapo sobre el rostro y le da unas palmaditas en las mejillas. Al Capone se recupera un poco).

Niño: (agradecido) Qué bueno que reacciona, caballero. Ya estaba empezando a pensar que estaba muerto.

Al Capone: (confundido) ¿Qué me pasó? (Se soba la cabeza y se limpia el agua del rostro).

Niño: Pues es que usted salió muy rápido del bar y se cayó en la calle. Por suerte lo traje a la banqueta antes de que un automóvil le pasara por encima. Mire, allí quedó aplastado su sombrero.

(Al Capone mira el sombrero destrozado en medio de la calle y luego mira atónito al niño).

Al Capone: (agradecido) Gracias, chaval. Salvaste mi vida. ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

Niño: Haber salvado una vida es recompensa suficiente, pero puede darme una cora a cambio de que le bolee los zapatos.

Al Capone: ¡Por supuesto!

Niño: (sonriendo) Muy bien, entonces siéntese aquí. (Le señala la silla).

(Al Capone se levanta, se limpia la ropa y se sienta en la silla señalada. El Niño saca de su cajita un boleador y un trapo limpio. Bolea los zapatos con cuidado y les saca brillo).

Al Capone: Hiciste un gran trabajo, pequeño. Aquí está tu cora.

(Le entrega la moneda. El Niño la recibe con una sonrisa y la guarda en su cajita de madera).

Niño: Gracias. (Se preocupa) ¿Sabe la hora, señor?

Al Capone: (Mirando su reloj) Sí, faltan quince minutos para las doce.

Niño: (murmurando) ¡Se me hizo tarde! Prometí a mamá que llegaría temprano a casa. (Guarda sus cosas en la cajita de madera y se levanta. A Al Capone). Fue un placer ayudarlo, señor. Pero me debo retirar.

Al Capone: ¡Espera!, por lo menos permíteme llevarte a tu casa. Ven chaval, mi coche está cerca.

Escena II

(En la misma calle, llena de bares, anuncios luminosos y gente borracha. Al Capone y el Niño caminan un poco. Suben a un automóvil. Al Capone lo enciende y lo pone en marcha).

Niño: (mirando con asombro el auto) Su vehículo es muy bonito, señor. Mi casa está a diez calles del Mexicali Beer Hall, aquel donde se escuchó el bonito vals Mexicali Rose.

Al Capone: Muy bien, llegaremos en poco tiempo.

Niño: Usted se ve como extranjero. ¿Está usted aquí por el asunto de la ley seca?

Al Capone: (sonriendo) Sí, pequeño. Ésa es la razón por la que estoy aquí.

(A medida que el carro avanza las calles se convierten en callejones y los bares en casuchas).

Niño: Dé vuelta aquí a la derecha. Mi casa es aquella con el perro fuera.

(El carro se detiene en la casucha despintada con el techo de madera en la que vive el niño).

Al Capone: (curioso) A propósito, antes de que bajes. ¿Sabes a quién has salvado la vida?

Niño: (confundido) No, la verdad no.

Al Capone: Mi nombre, buen niño, es Al Capone.

Niño: (sorprendido) En ese caso, muchas gracias señor, Al Capone, por haberme traído a mi casa. Es usted muy amable. (Baja del carro, le da unas palmaditas al perro y entra a la casa, cerrando la puerta. El coche se aleja).

(El niño se dirige a la cama. Abre el armario, mete su cajita, lo cierra y se mete a la cama).

Madre: (cansada) Hijo, ¿cómo te ha ido? ¿Ha pasado algo interesante?

Niño: (feliz) Sí, madre. Hoy le salvé la vida a Al Capone, y él me ha traído a casa en su coche.

Madre: (riendo) ¡Qué gran imaginación tienes! Buenas noches, corazón.

Niño: (bostezando) Buenas noches, madre.

(Se apaga la luz y cae el telón).

Segundo grado de secundaria, 2011