Calavera a profesora Marina

La muerte pensando está:

“¿Cuántos muertos he traído?,

porque ya perdí la cuenta;

esto no tiene sentido.

“Necesito cuentas claras,

resultados comprobados

y una que otra resta,

divisiones y quebrados”.

Saca lápiz y cuaderno:

“¿Cómo le hago para sumar?

Necesito a la maestra

que hace cuentas sin parar”.

¡Ay, Marina, Marinita!

Ya pensó en ti la flaca.

Por saber matemáticas

ya te quiere la calaca.

“Mira, flaca huesudita,

si mi alumna has de ser

necesitas un cerebro

para que puedas entender.

“Eso sí que es ofensa

cuando eres puro hueso,

porque ya no tienes carne

ni siquiera en el pescuezo”.

Sus palabras no sirvieron,

porque no pudo escapar,

y la pobre Marinita

con la parca fue a parar.

Flores, velas con incienso,

perros, gatos, sumas, restas,

se llevaron a Marina

sin tener las chanclas puestas.

Alumna de tercer grado.

Primer lugar en el Concurso de Calaveras Rimadas 2007