El pequeño Ezequiel

Eran los años cincuenta

cuando la gente vivía contenta

mucho trabajo existía

pues oro blanco se producía.

Había un niño llamado Ezequiel

no muy blanca era su piel

mas un gran corazón él tenía

sin contar su gran simpatía.

Era un muchacho muy bueno,

de nueve hijos él era el noveno,

su familia humilde y tranquila,

sin ningún problema se mantenía.

Y se debía a que sus hermanos,

orgullosos bajacalifornianos,

tenían un trabajo magnífico,

en la Jabonera del Pacífico.

Y como ya he dicho antes,

los trabajos más abundantes

eran por la producción

del muy apreciado algodón.

Pero volviendo a mi historia inicial,

desarrollada en la capital,

en su valle, para ser más precisos,

en donde no se encontraban narcisos.

Ezequiel nueve años tenía

y a la escuela él ya no acudía,

tenía a su padre como mentor,

para convertirse en agricultor.

Trabajar en la Jabonera planeaba

cuando una edad mayor alcanzara,

pero sus sueños se destruirían

cuando la planta industrial cerrarían.

Sus hermanos desempleados quedaron,

pero un gran terreno compraron,

en donde harían un rancho familiar,

un negocio que llegaría a funcionar.

Y ésta fue la historia del pequeño Ezequiel,

que no muy blanca era su piel,

pero un gran corazón él tenía,

sin contar su gran simpatía.

Segundo grado, 2010