La vida de las cartas

Fecha de publicación: 22-feb-2014 16:52:27

Cada instante, minuto, momento, te pasan por la cabeza todas las aventuras que algún día viviste con las personas adecuadas.

A lo largo del trayecto ves una casa y humo saliendo de su chimenea. Te llama la atención, pero no te puedes desviar: tienes que llegar a tu café de las siete en punto.

Sin embargo, tú mismo sabes que no tienes nada que hacer y por la simple curiosidad vas hacia aquella dirección. Vas caminando por la calle, una tarde lluviosa, pensando en tu larga vida. Y te das cuenta, por primera vez, de que ya no rindes igual. Es duro admitirlo, pero al final sabes que es cierto.

En ese hogar de una familia muy bien acomodada, ves a una niña llorando en la puerta de su casa. Te preguntas qué tendrá aquella mujercita no mayor de seis años.

Quieres preguntarle, tienes ganas de hacerlo, pero luego piensas: ya estás viejo, la niña solo se asustará con tu simple presencia. Te apenas de ti mismo.

Sin embargo, ya no tienes nada importante que perder, porque hace mucho te quitaron al amor de tu vida. Pero eso no importa ahora.

Te acercas con cierta duda. Al final te armas de valor y le preguntas: “¿Qué tienes, pequeña?”. Ella escucha, y sin pensarlo dos veces te dice: “Es que perdí a mi muñeca favorita”.

Pasa por tu cabeza en ese momento una tremenda idea: ¡quieres volver a activar tu vida! Le respondes: “¡Ah, esa muñeca! No te preocupes: la acabo de ver caminar, dice que se irá a un viaje muy largo, pero que estará de regreso en un año. Y me mandó a decirte que te estará escribiendo cartas de todos los lugares que visitará”.

Juliana se limpia los ojos con su blusita y te cuestiona: “¿En serio, señor? ¿Me está diciendo la verdad?”. Y tú le respondes: “Claro”.

Te vas a tu casa feliz de que hiciste una buena acción. Y ahora comienzas por escribirle la primera carta. Así lo haces durante un año.

Te enfermas.

En la camilla del hospital decides que es tiempo de parar tu mentira, y le escribes tu última carta, diciéndole que todo lo que había hecho su muñeca en realidad era tu vida.

En fin: “muchas veces la verdad puede ser desconsoladora.” La niña rompe y quema todas las cartas. Te enteras por su madre.

Tercer semestre de preparatoria (2013)

Juliana se limpia los ojos con su blusita y te cuestiona: “¿En serio, señor? ¿Me está diciendo la verdad?”. Y tú le respondes: “Claro”.

http://tinyurl.com/VidaDeLasCartas