Calavera a madre Irma

Fecha de publicación: 05-abr-2015 5:27:13

Llegó la fiesta al panteón

entre flores y comida,

se viste de gala la Parca

y prepara su salida.

Ya sabe que está de moda

ser tan flaca como espectro,

y salir en las revistas

presumiendo el esqueleto.

“No es concurso de belleza,

eso sí quiero aclarar,

que me encuentro tan bonita,

no lo puedo yo evitar”.

Entre tanta vanidad

no le dio tiempo a la ciencia

para ampliar conocimientos

que se adquieren a conciencia.

Haciendo ronda nocturna

a pie, no crean que en coche,

descubre una luz encendida

a eso de medianoche.

De muchos libros rodeada,

algunos de Biología,

estudiaba la madre Irma,

que ni el sueño ya le hacía.

Y la Parca, muy curiosa,

se acercó para leer,

pero fue tanto el asombro

que nada pudo entender.

Entre tanto garabato

de escaleras retorcidas,

alaninas con timinas,

citosinas con guaninas.

Quiso entender un poquito

y solo sintió frustración;

“¡Eso me pasa por ser vanidosa

y vivir en el panteón!”.

La madre la observaba

con ojos de admiración;

de solo ver a la Flaca

le faltó respiración.

“Si tú me enseñas ahora

la ciencia con devoción,

te dejo vivir más tiempo

y no te llevo al panteón”.

“Esto sí será difícil

--pensó la madre al momento--,

con la pura secundaria

se me acaba hasta el aliento”.

Armándose de valor

con la Parca decide pactar:

“Yo te enseño Biología

y tú me dejas de molestar”.

“Ácidos ribo y desoxirribonucleicos

retorcidos en hileras,

prefiero ser vanidosa

y vivir a mi manera”.

Y la Flaca vanidosa

de la madre se burló,

pues no le importó el pacto

y al panteón se la llevó.

Alumna de segundo grado.

Primer lugar en el Concurso de Calaveras Rimadas 2006