Escena 1

Fecha de publicación: 04-abr-2012 4:45:54

Personajes:

    • Miguel Hidalgo
    • Sacerdote
    • Teniente
    • Soldados 1, 2 y 3
    • Gente del pueblo

Escenografía: En un extremo del escenario, un patio vacío. Al fondo, cercana a la pared, un banco de madera. Frente a éste se colocarán, formados, los tres soldados.

Vestuario: Hidalgo vestirá pantalón negro o de color oscuro y camisa blanca de mangas largas; en la mano derecha portará un breviario, y en la izquierda un crucifijo o un rosario. El sacerdote vestirá sotana color oscuro. El teniente y los soldados vestirán a la usanza militar de la época.

(Se escucha un redoble de tambores. Entra el pelotón a las órdenes del teniente y se coloca en formación frente al banco donde se sentará Hidalgo para ser ejecutado. El teniente se dirige a una puerta, por donde sale Hidalgo portando el breviario y el crucifico o rosario, seguido del sacerdote. El teniente escolta al preso, que se dirige a los soldados).

Hidalgo: (al teniente) Señor teniente, en mi celda hay unos dulces. ¿Podríais enviar por ellos?

(El teniente ordena con la cabeza a uno de los soldados, que presuroso va a cumplir su cometido. Regresa con los dulces y los entrega al preso).

Hidalgo: (toma los dulces y entrega uno a cada soldado del pelotón. En seguida les da la bendición, hablándoles con tranquilidad) La mano derecha que pondré sobre mi pecho será, hijos míos, el blanco seguro a que habéis de dirigiros. Que Dios os bendiga.

(Hidalgo, rezando con el breviario y acariciando con sus dedos el crucifijo, se dirige lentamente al banco, inclinada la cabeza. Se postra ante él y lo besa. A su lado se encuentra el sacerdote, a quien entrega el breviario y el crucifijo, una vez puesto de pie. Se sienta de frente en el banco, el cuerpo erguido, mirando fijamente a los soldados).

Teniente: (con energía) ¡Sentaos de espaldas!

Hidalgo: (ve al teniente y le responde con tranquilidad) Moriré de frente.

Teniente: ¡De espaldas, he dicho!

Hidalgo: (se pone de pie y alza la voz) ¡Y yo os digo, teniente, que moriré de frente!

(El teniente le sostiene la mirada al reo y asiente. Hidalgo se sienta de nuevo y el teniente ordena con la cabeza a uno de los soldados, para que prepare al reo. El sacerdote se retira y se mantiene en oración, a un costado del patio. El soldado ata los pies de Hidalgo a las patas del banco y le venda los ojos. Hidalgo pone la mano derecha en el pecho).

Teniente: ¡Preparen…! ¡Apunten…! ¡Fuego…!

(El pelotón dispara, pero solo logran herir al preso, que se inclina en el banco y mueve la cabeza a los lados).

Teniente: ¡Fuego!

(El cuerpo de Hidalgo se estremece y se inclina hacia el otro lado, con gestos de dolor).

Teniente: ¡Fuego!

(El cuerpo de Hidalgo se desploma en el piso. Queda inerte y se escucha un redoble de tambores. El sacerdote, el teniente y los soldados permanecen inmóviles. Al terminar el redoble, por el otro extremo del escenario entra un grupo de personas, hombres y mujeres, vestidas de manera humilde, que lanzan una porra al aire. Mientras ellos gritan, los actores de la escena del fusilamiento se retiran en silencio. Los nuevos personajes dicen la porra mientras se desplazan lentamente por el escenario, hasta salir por el otro extremo).

Voz 1: ¿Quién al gachupín humilla?

Todos: ¡Costilla!

Voz 2: ¿Quién al más pobre defiende?

Todos: ¡Allende!

Voz 3: ¿Quién a su libertad aclama?

Todos: ¡Aldama!

Todos: Corre, criollo, que te llama

y, para más alentarte,

todos están de tu parte:

Costilla, Allende y Aldama.