Calavera a la profesora Judith

Cristina Olivarría Trejo

Entre diámetro y tangente,

tercero A no entendía

ni siquiera una palabra

que la profe les decía.

Entre rezos y plegarias

a la Parca ellos pedían

que se la llevara lejos,

caminando o en tranvía.

Un día vino la Flaca

por esa profe latosa,

se la llevó de las greñas

y tercero cantó "¡Gloria!".

Y allá en el inframundo

la Huesuda, arrepentida,

vigilada por la profe,

polinomios resolvía.

Por si alguno no sabía,

Judith se llamaba aquélla,

la maestra que ahora

a los muertitos enseña.

Primer lugar en el Concurso de Calaveras Rimadas 2010.

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